Losing to You (MITZU)

2: Una verdad que pesa.

Tzuyu tenía que pasar el tiempo en sus clases de ballet. Nuevamente había fallado en varios movimientos, no podía concentrarse debido a la mirada que le imponía su madre Chaerin.
Fallando tras cada intento, temiendo por el regaño que le esperaría.
Al salir su madre que, era de pocas palabras la miró fijamente. Para la pequeña Tzuyu de 8 años, era la mirada de su mayor lo que más temía, sabía que al llegar a su casa un buen regaño le esperaba.
Ambas se subieron al auto, sin decir nada.
Hasta que Tzuyu rompió el silencio.
—Madre. Perdón por lo que viste, es solo que no te esperaba en el ballet...—
La pequeña vio como su madre apretó el volante con fuerza. había visto con anterioridad esta acción, pasaba cuando su hermana mayor era reportada por mala conducta en el colegio. Se veía enojada y Tzuyu tenía miedo de su madre, no quería que la golpearan como a su hermana mayor.
—Tzuyu, insististe demasiado al pedir esas malditas clases, ¿es demasiado pedir que seas perfecta?, me hiciste pasar una maldita vergüenza.—
Era habitual escuchar a su madre maldecir en más de una ocasión.
—Perdón mamá, estaba muy nerviosa.— Dijo, pero la mayor lo tomó como un molesto balbuceo.
Tzuyu aprendió esa tarde que debía ser perfecta para gustar a su madre. Quería que la notara un poco más.
Al llegar a su casa, bajaron de la camioneta negra blindada que amaba Chaerin sobre todas las cosas.

Una vez dentro, Tzuyu tuvo la intención de correr en busca de Sandara, su otra madre, pero un jalón del brazo la hizo mirar a la causante de esto.
—No quiero que le digas a Dara nada de esto, ¿entiendes? Si soy dura contigo es porque quiero que seas perfecta, no quiero que me entregues mediocridades y mucho menos que seas una malcriada, tal cual te está convirtiendo Sandara. Eres mi hija y a partir de hoy dejarás el ballet, te moldearé a mi imagen y semejanza. Buscaré otra disciplina para ti. Y le dirás a tu madre que lo dejas porque lo odias, ¿quedó claro?—
Tzuyu asintió temerosa, no entendía bien a que se refería su madre, pero sus primeras palabras causaron conmoción en la pequeña niña que solo buscaba su aprobación. 
Chaerin la abrazó fuertemente, para dedicarle una sonrisa de orgullo. La menor pocas veces era abrazada por ella, sin embargo, amaba cuando su madre le mostraba afecto. Después de todo, Chaerin fue y siempre será su heroína.

[...]

La joven se maldijo cuando miró a sus compañeras modelos con sus maquillajes perfectos. Ella había olvidado la sesión, para su desgracia, Chaerin la había acompañado ese día.
La miró por el rabillo del ojo discretamente, descubriendo que la mujer tenía el ceño fruncido.
"Estoy muerta."  Pensó.
—¿Qué significa esto?, ¿por qué no estás vestida y maquillada como ellas?— Le preguntó con su tono de voz relajado, pero Tzuyu la conocía a la perfección, no le haría un escándalo frente a todos, sabía que se estaba conteniendo. Lo podía notar en su mirada oscura y penetrante, un escalofrío de temor pasó por su columna vertebral y se disipo en sus pies.
—Yo... lo olvidé.— Masculló con temor.
Sabía que no podía mentirle, después de todo, escucharía el regaño.
—Bien. No tenemos nada que hacer aquí entonces.— Tomó del brazo a su hija y se la llevó fuera de la academia. Algunas personas las miraban curiosas, pero Chaerin sabía excusarse.
—Señora Lee, ¿qué pasa?—
Afortunadamente para Tzuyu, una de sus mentoras intervino. Se trataba de la maestra JiSoo.
—Nada, profesora Kim. Tzuyu se sintió mal, me la llevó de vuelta a mi casa.—
La madre de la joven le sonrió con amabilidad, pero parecía como si quisiera matarla, Tzuyu sabía que esa sonrisa era forzada.
—¿Es verdad eso, Tzuyu?—Preguntó la profesora tocando el hombro de la menor. Parecía preocupada.
Tzuyu entró en un debate mental, quería estar ahí, pero si decía la verdad le iría peor al llegar a su casa.
—S-si, me duele mucho el estómago...—
Jisoo la miró con preocupación y asintió.
—Recupérate pronto, no soportaría que a mi alumna favorita le pasara algo malo.—
Le dedicó una tierna sonrisa, sin ocuparlas más tiempo se fue.