10: Rumor.

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Tal como se había previsto. Sana se quedó a dormir en el hospital la noche en que Tzuyu tenía que quedarse.
Sana estaba sentada a un costado de la joven, leyendo un libro. Eran las diez de la noche apenas.
—No era necesario esto, Sana. Llama a mi mamá para que pase por ti y vete a descansar.—
Sana la miró con una ceja levantada y le sonrió con ternura.
—No me iré, amor. Tengo que cuidar de ti.—
Su mirada se posó sobre los orbes de Tzuyu. Mirándola a los ojos fijamente.
—Mina está aquí para eso. Estaré bien.—
Y casi como si una bomba de tiempo hubiese estallado, Sana se puso de pie, por la mirada que tenía dejaba de nervios a la joven.
—Y justo porque esa mujer está aquí no te quiero dejar. ¿Qué tal si no te perdona lo que le hiciste y se venga de ti? Siendo doctora sabe mentir, no le creas nada de lo que te diga, ¿no sabes lo que pasó con una de sus novias?— Dijo en un tono bastante misterioso. Quizá para dejar con intriga a la modelo.
Tzuyu confiaba plenamente en su novia, pero ¿Mina?, la había tratado muy poco. ¿Y si Sana tenía razón?
—¿Qué pasó?—
Contestó Tzuyu, pues quería saber de lo que hablaba Sana.
—Conocí a Mina en uno de mis viajes a Japón y se rumoraba muchas cosas. Una de ellas es que en su época de doctora novata ella tenía una novia, de nombre... Momo. Esa joven era una chica bastante popular, era su enfermera. Era una joven divertida, alegre y sobre todo muy social. Un tiempo estuvo saliendo con Mina, decían que Mina era muy posesiva y celosa con ella. Hasta el punto de enfermarla a propósito. Dicen que la joven falleció por un infarto, o algo así. Por eso tienes que tener cuidado con ella. No sabes lo que su mente planea.—
Tzuyu quedó petrificada, pues su novia o había estado leyendo mucha ficción o se había vuelto loca.
—Creo que lees mucho sobre ficción. ¿No lo crees así, Tzuyu?—  Una tercera voz interrumpió a las jóvenes.
—Doctora...—Dijo Sana con nerviosismo.
—¿Quién es usted?, ¿dónde está mi doctora?— Preguntó Tzuyu al ver a otra doctora.
—Se fue a su casa, tiene que descansar. Yo soy la doctora en la noche. Soy la doctora Bae.—
La mujer era demasiado hermosa, nuevamente Tzuyu se cautivó con su belleza.
—Oh... está bien. Gracias doctora Bae.—
Dijo mientras le revisaban el suero al que estaba conectada.
—No es nada. Y usted, le pido de favor que no hable de cosas que no puede comprobar. Puede dañar la imagen de una doctora profesional como los es mi colega Myoui.— Se dirigió a Sana de manera fría, sin quitarle su mirada pesada de encima.
Tzuyu miró mal a su novia, por chismosa.
—Wendy vendrá en un rato a cambiarlo.— Le dedicó una calida sonrisa a la modelo y se acercó a la puerta.
—En cuanto a las visitas... quedarse a dormir es prohibido. Le pido se marche ahora.— Dijo en su tono frío antes salir de la habitación.
Sana se despidió de Tzuyu y salió de la habitación.

A la mañana siguiente Tzuyu despertó por la voz de Mina hablando con la otra doctora guapa.
— Nos vemos luego Tzuyu.—
La doctora Bae salió de la habitación dejándolas a solas.
—¿Cómo te sientes Tzuyu?, hoy te doy de alta y depende de cómo te sientas para saber si te la doy o no.—
Dijo Mina con tranquilidad.
—Si te digo que mal ¿me quedo más tiempo?—
Mina la miró divertida. Y negó. —Puedes quedarte el tiempo que quieras, siempre y cuando sigas pagando. Pero tienes que ser honesta para saber como estás recuperándote.—
Tzuyu asintió.  —Estoy bien, Minari. ¿Podré irme?—Preguntó con timidez.
Mina asintió con una pequeña sonrisa adornando su rostro.
—Efectivamente, solo necesito que vengas aquí cada mes para ver que tan saludable o no estás.— Dijo tranquilamente la japonesa. Sin faltar su pequeña sonrisa.
Tzuyu asintió. —Gracias por cuidar de mi, Minari...— dijo con verdadera gratitud. Mina negó con la cabeza y le acarició el cabello con ternura.
—Es mi trabajo Tzuyu. Deberías hablar a tu madre para que venga por ti.— Sugirió para que la menor se apresurara.
Tzuyu revisó su agenda y tenía varios pendientes.
—Me iré por mi cuenta.—Miró a Mina, la doctora asintió y no dijo más.
—Iré por tu alta. Ve a recepción para hacer lo que falta.—
Tzuyu asintió.
Ambas salieron de la habitación, pero con distintos caminos.
Sin duda alguna Mina se sorprendió por la independencia de Tzuyu. No necesitaba más a sus madres, era toda una adulta ahora.  Observaba como Tzuyu leía detenidamente todo lo que firmaba, como era su manera de tratar a la recepcionista del hospital, siempre amable, a pesar de que fue reconocida por varias personas que se acercaron a pedir fotos. La actitud de Tzuyu era más madura ahora. "Ha crecido tanto.", Veía como sonreía con sus seguidores y no se negaba a recibir algunos detalles. Era tan linda como siempre, pero Mina sabía que ya no podía seguir observándola como acosadora. Así que se retiró un momento para después salir y poder firmar ahora su alta.

Luego de firmar su alta Mina acompañó a Tzuyu fuera del hospital para que pidiera su taxi.
Antes de subirse, Mina le abrió la puerta. Tzuyu abrazó a la japonesa nuevamente. —En verdad gracias por todo lo que hiciste por mi, Mina. Estoy muy feliz de habernos encontrado nuevamente. Y espero podamos seguir viéndonos.— Dijo Tzuyu, pidiéndole a Mina entre líneas frecuentarse.
—Me temo que así será. Profesionalmente hablando, no puedo verte más a que a una paciente menor que yo y ya. Fue un gusto volver a verte, nos vemos para tu revisión, Lee Tzuyu.—
Tzuyu se subió rápido al auto después de eso. Mina le cerró la puerta y no esperó nada más para marcharse. La actitud de Mina la había conmocionado.

Losing to You (MITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora