Los días y las semanas pasaron como si el viento se los llevara.
No dejaba de pensar en aquel recuerdo borroso, en un bano intento de recordar a JeonGguk, quería poder recordarle igual que recordaba mi vida humana y a ciertas personas en específico, incluso busqué entre los humanos a alguien con los mismos rasgos que conocía. Pero en un país asiático, en el que el noventa por ciento de la población tenía los ojos oscuros y el pelo azabache, era casi imposible encontrar a un humano que no se pareciera.
Aunque tampoco podía tener la certeza de que él se hubiera convertido en un humano, ¿a caso los Ángeles de la Muerte reencarnaban en humanos cuando los creadores acababan con ellos?, sino, ¿qué pasaba con sus almas?
En un momento de la noche, mientras me alzaba sobre los edificios pues a nadie le había llegado la hora aún, me crucé con TaeHyung, cosa que me extrañó pues si no recordaba mal el trabajaba sobre todo en Japón; pero lo que más me extrañó fue la expresión que mostraba su rostro, como si no sólo estuviera agotado, sino asustado y preocupado por algo que me veía incapaz de imaginar.
Tratando de alcanzarle comencé a seguirle hasta que por fin pude ponerme a su altura y llamar su atención al rozar nuestras alas, antes de reconocerme la expresión que mantenía cambió por una de terror.
—Por Dios, por fin te encuentro.— comenzó a frenar el vuelo, al igual que lo hice yo.— Escucha, tengo muchas cosas que necesito contarte, pero tenemos que ocultarnos.— fruncí el ceño ante su petición mietras le veía mirar de un lado a otro de manera paranoica.
Unos minutos después estábamos escondidos en el interior de un ático.
—Hemos encontrado a Gguk,— alcé mis cejas ante la sorpresa; el mismo sentimiento de presión arroyante me oprimió el pecho y esperé a que continuase hablando.— el problema es que otro de los nuestros nos pilló y se lo contó a los creadores.
—Eso no puede ser nada bueno para nosotros.— TaeHyung se pasó las manos por el pelo en respuesta a mi frase.
—No lo es, nos tienen vigilados, no podemos reunirnos, es decir, — pareció travarse urante unos segundos.— si intento llamar a cualquiera de mis hermanos ellos no acudirán al llamado, no me oyen, y por lo que he visto tú tampoco. — negué con la cabeza, pues no había escuchado su voz desde la última vez que nos reunimos todos... buebo, casi todos.
—Por eso volabas con tanta preocupación, ¿me estabas buscando?— TaeHyung asintió y volvió a mirar hacia todos lados, incluso si en aquel ático no había más que una pequeña trampilla que daba a la planta de abajo.—No pueden vernos desde aquí Tae, respira hondo y dime donde está él.
—Está en Seúl, va a la universida de Hanyang, está estudiando Artes escénicas y deportes. Tiene el pelo negro, los ojos oscuros y tiene una pequeña cicatriz en una de sus mejillas.— me guardé en la memoria su descripción, al menos ya sabía un par de cosas nuevas.
La primera era que un Ángel de la Muerte podía convertirse en un humano, aún no sabía como, pero podía.
La segunda era su universidad y lo que estudiaba.
Y por último un pequeño rasgo que no cualquiera poseía.
Por un momento incluso pensé que al encontrarle podría recordarle a él y todos los momentos que seguramente pasamos juntos. Una imprudente urgencia de buscarle se adueñó de mí y me impulsó a salir volando de aquel ático con la única necesidad de encontrarle.
Entonces un nuevo recuerdo atacó mi memoria con un pinchazo, la urgencia de huir de una casa que recordaba de mala manera y la necesidad de hundirme en los brazos de alguien con el que me sintiera segura, que pudiera acabar con el pánico y el dolor. Mi vi corriendo por las calles, con poca ropa cubriéndo mi piel en invierno, mis piernas y estómagos doloridos por las heridas y golpes que arrastraba, mis pies descalzos hiriéndose ante el contacto frío y duro del suelo.
—Debo buscarle Tae, sé-— me quedé sin palabras, eran tantas las emociones que me ahogaban en ese momento que tuve que verme forzada a respirar y frenarme a mí misma con el único propósito de calmarme.— Sé que debo verle, necesito hablar con él.
—Intentaré ayudarte como pueda, — la mirada de Tae se volvió dulce y amable, sus brazos me rodearon en un pequeño abrazo momentáneo.— te llevaré hasta él. Te lo prometo.
Con ese pensamiento y esa ayuda en mente, lo único que faltaba por saber era, sí JeonGguk sería capaz de verme como yo se suponía que le veía cuando era humana. Y rezaba por que así fuera.
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Bueno mis personitas, nuevamente me disculpo por la tardanza, se supone que ahora con el tema de las vacaciones iba a publicar como normalmente, pero no lo he hecho.
Por otro lado quería agradecer a una personita con la que me encantaría seguir trabajando y la autora de la nueva portada de este libro, (que me ha encantado), y espero que ha vosotrxs también.
So... muchísimas gracias por esta preciosidad de portada y espero poder seguir trabajando contigo Daxchwita_mxxn_byul
Feliz año, y espero que todo os esté yendo genial!
Nos leemos!
Black.
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El regreso de la Muerte.
FanfictionSegunda parte del Ángel de la Muerte. Pero debía cumplir con mi trabajo, sólo que esa vez, no tardé tanto como lo hice con Hye, tenía tantas dudas en mi cabeza que necesitaba darme prisa para poder encontrarme de nuevo con Tae. Portada hecha por: @D...