Aquella universidad, en la que JeonGguk estudiaba, quedaba en la capital del país, lo que me sorprendió pues estaba bastante lejos de donde él y yo nos conocimos por primera vez. Tal vez los creadores habían hecho aquello con sus intenciones, pues si él reencarnaba y yo le recordaba, que naciera en el mismo lugar en el que se me asignó recoger almas, sería como reescribir la misma historia una y otra vez.
Por suerte unas horas después por fin empecé a ver los indicios de una ciudad, de Seoul, ya casi podía rozar aquel lugar con las yemas de mis dedos cuando un tirón en el pecho hizo que aquellas vistas desaparecieran de mis ojos. El pecho se me llenó de frustración.
Con el ceño fruncido miré a mi alrededor, en busca de algo que me indicase el lugar en el que me encontraba, pero eran todo edificios altos que a penas permitían ver el cielo; el ruido de los coches y la gente que caminaba me ensordeció, hasta ese momento nunca había escuchado sonidos tan continuos e incómodos que, además, eran producidos por aquellos seres humanos.
Suspiré, cuanto antes acabase con mi trabajo antes podría volver a mi búsqueda.
Frente a mí un hombre de ya avanzada edad se encontraba tendido en el suelo bocabajo, la punta de sus dedos ya comenzaban a contar con un tono amoratado por la sangre atrapada en aquel lugar. Tal vez a aquel hombre le había dado un infarto, puede que una embolia, pero tampoco me importaba demasiado.
Recogí el alma y la guardé en uno de los tarros de cristal vacíos que cargaba en mi bandolera, la verdad es que aquella situación me dejó perpleja por unos segundos ya que, esa forma de pensar no era propia de mí, o al menos de mis recuerdos como humana.
Con ese pensamiento en mi cabeza, y los cientos de preguntas que atravesaban mis pensamientos alcé el vuelo una vez más, tal vez si conseguía alzarme por encima de los edificios reconocería el lugar.
Tuve suerte, de alguna manera, pues una vez arriba no sólo pude distinguir la ciudad de Seoul, sino que, a lo lejos, también pude ver la universidad de Hanyang. Estaba tan, pero tan cerca.
Las ansias por llegar me carcomieron y sin pensármelo dos veces volé en la única dirección que me interesaba.
Aun así, una duda me hizo parar de golpe. Si los creadores habían impedido que aquellos seis hermanos se llamaran debido a la situación, ¿si ellos se enteraban de que venía hacia aquí no intentarían evitarlo? Al fin y al cabo eso es lo que se suponía que debía pasar. Sin embargo me habían asignado un humano fallecido en la ciudad de Seoul, cerca de la universidad en la que JeonGguk estudiaba, entonces, ¿qué estaban?
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Hola mis personitas!
Esta vez han sido unas dos semanas desde que publiqué (creo) y sé que no tengo escusa, sin embargo aun así quiero disculparme.
Esta novela está siendo difícil de escribir para mí, tengo la sensación de que, de manera inconsciente, estoy mezclando personalidades, cosa que no debería hacer como escritor.
Así que si ya de por sí siempre he sido muy crítico con mis novelas y lo que publico, con ésta en específico me estoy volviendo loco de reescribir el capítulo una y otra vez.
Btw, espero que os estéis manteniendo sanos y saludables, (no como yo xd), y que estéis disfrutando de la novela tanto como os sea posible.
Recordad siempre que vuestros comentarios me alegran la vida incluso si no los respondo, los leo siempre!
Nos leemos en la próxima.
Black.
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El regreso de la Muerte.
Fiksi PenggemarSegunda parte del Ángel de la Muerte. Pero debía cumplir con mi trabajo, sólo que esa vez, no tardé tanto como lo hice con Hye, tenía tantas dudas en mi cabeza que necesitaba darme prisa para poder encontrarme de nuevo con Tae. Portada hecha por: @D...