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Los días y las semanas habían pasado hasta convertirse en meses, sin embargo en un ningún momento JungKook dejó de llamarme, siempre que le era posible me llamaba, a veces para responder a sus preguntas, otros para que le contase sobre mí, a veces incluso simplemente para contarme sobre su día o para quedarnos en silencio.

Era un chico solitario, pocas veces la había visto salir con sus amigos o familiares. Aunque tampoco podía estar siempre cerca de él. Al final debía cumplir con mis deberes como Ángel de la Muerte.

Había días en los que incluso me preguntaba como lo hacía él en nuestra vida anterior para poder permanecer cerca de mí durante tanto tiempo seguido, o incluso para cuidarme durante las noches.

Tampoco había vuelto a ver a Tae, Jin, Jimin, YoonGi, Nam o HoSeok, aunque tenía bastante sentido, ya que los creadores nos habían cortado la comunicación entre nosotros por alguna razón. Era algo que no lograba comprender y que muchas veces me mantenía en alerta. ¿Por qué harían eso?, ¿a caso ya sabían que le estábamos buscando y que si le encontráramos sería un problema?

Había demasiadas cosas que no entendía.

—Mía, — la voz de Gguk me sacó de mis pensamientos, últimamente se había cogido bastantes confianzas, a veces incluso dejaba su mano abierta con la palma hacia arriba, como si me estuviera pidiendo de forma inconsciente que la sujetara.— ¿crees que en algún momento podré verte como tú me veías a mí?— miré al techo de su habitación, yo tampoco estaba segura, ya me sorprendía bastante que pudiera escucharme.

—A decir verdad no lo sé.—respondí sincera, tampoco tenía sentido mentirle sobre aquello.— Aunque últimamente prefiero que no puedas vernos.— suspiré.

—¿Por qué, a caso crees que en esta vida no me gustarás?— su pregunta no sonó con  un tono de burla, tampoco coqueto, simplemente pareciera que la pregunta hubiera salido desde el fondo de su alma.

—Kook, —le llamé por su antiguo apodo, sus ojos recorrieron la habitación como solían hacerlo cada vez que le llamaba por su apodo o nombre, o cada vez que iba a preguntarle algo.— aún me parece increíble que creas tan fielmente mis palabras, incluso que pienses de esa forma. ¿Tú... a caso recuerdas algo?— la pregunta que quise hacerle desde nuestra primera conversación por fin escapó de mi cabeza.

—No estoy seguro, — vi el suspiro que escapó de sus labios, al mismo tiempo que cerraba sus ojos.— a veces sueño con una chica de pelo negro y ojos grises, — fruncí mi ceño, a pesar de que él me había preguntado sobre mi aspecto en bastantes ocasiones, nunca le dije nada.— estamos en la playa, en el puerto de hecho, hay bolsas de la compra en el suelo y las únicas luces que nos alumbran son las de las farolas.— su ceño se frunció, al mismo tiempo que yo comenzaba a ponerme nerviosa, era cierto que le había contado algunas cosas, pero ese recuerdo era demasiado vergonzoso para mí como para habérselo dicho.— Esa chica está muy pegada a mí y parece tener frío, sus ojos están llenos de lágrimas mientras me grita algo, después sólo la beso, pero me duele hacerlo.—abrió sus ojos, que se encontraban llorosos, ¿cómo era posible que recordara aquel momento?— Cada vez que pienso en ese sueño, me invade la tristeza.

En ese momento, las lágrimas comenzaron a caer mis ojos, no era la única que recordaba aquello, tal y como prometí.

Él también me recordaba, aunque fuera un poco.


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Black.

El regreso de la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora