No tuve tiempo de esperar a que Jeon terminara el examen pues fui convocada, nuevamente cerca de la zona en la que él estudiaba.
Comenzaba a tener cierto miedo, pues no sabía si aquello lo estaba decidiendo alguno de los creadores o si eso simplemente se asignaba al Ángel de la Muerte más cercano.
Suspiré con algo de incomodidad. A decir verdad ya iba siendo hora de que fuera a aquel lugar, la bandolera cargada con tarritos de cristal que contenían las almas de tantos humanos estaba ya casi llena. Pero no quería alejarme demasiado tiempo de Gguk, tenía miedo de no poder volver a encontrarle.
Pasé las manos por mi pelo azabache, me pregunté si mis ojos habrían cambiado de color o se mantenían grises, hasta ese momento ni si quiera me había molestado en observarme a mi misma. Lo único que tenía en mente era conseguir que Gguk me viera y me hablase.
No tardé en llevarme el alma de aquel moribundo, no podía estar demasiado tiempo por allí si quería vigilar a aquel que en su momento dio la vida por mí.
Tan rápido como pude sobrevolé la ciudad, en esa ocasión me habían mandado algo más lejos de lo habitual, pero al menos no me habían de vuelto a Busán.
Nada más llegué a aquella universidad comencé a buscar rastros de él, sin embargo por lo que podía ver, ya habían terminado todas sus clases y él seguramente se habría ido a casa. Por suerte aún recordaba como llegar, era un camino relativamente sencillo ya que le había seguido en unas cuantas ocasiones.
Al llegar miré por las ventanas aún cerradas. Había una cosas que me había llamado la atención en su rutina. Cada vez que llegaba a su casa, habría solamente la ventana de su habitación y dejaba todas las puertas abiertas. Eso me recordaba a cuando los papeles estaban invertidos, que era yo quien dejaba la ventana abierta incluso a pesar del frío porque JeonGguk detestaba atravesar ventanas o puertas.
¿Tal vez él recordaba algo?, ¿o era simple casualidad?
Unos minutos la ventana de su cuarto se abrió y no pude evitar sonreír mientras trataba de entrar en su habitación. Necesitaba encontrar algún método para que él pudiera, por lo menos, escuchar mi voz.
No mentiré, pues a pesar de haber pensado aquello, y sabiendo que no podía asegurar tener el tiempo suficiente para absolutamente nada, me dediqué a verle, era hipnotizante verle cocinar, verle hacer cosas tan cotidianas como barrer. Sin embargo algo que no me esperaba era ver cómo de debajo de su cama sacaba una tabla de madera con numerosas letras en ella.
¿Qué hacía él con una tabla de ouija?, ningún espíritu contactaría con él, era algo imposible.
—Ya sabía yo que no debería haber hecho caso a mi abuela.— le escuché suspirar por lo bajo. ¿A caso su abuela le había regalado aquel juego? Porque sería algo digno para dar de que hablar.—Ahora estoy emparanoiado y con alucinaciones.— fruncí el ceño sintiéndome un poco indignada.—Pero buen, ¿a caso pierdo algo por intentarlo?
Crucé mis piernas sentándome como un indio mientras mis alas me mantenían flotando. A decir verdad, si él hubiera jugado a eso hace algunos cientos de años, seguramente podría haber perdido la vida, sin embargo los creadores ya se habían encargado de cerrar todas las puertas que aquellas tablas abrían. Pero, tal vez, y sólo tal vez, podría aprovechar aquella situación para comunicarme con él.
¿No podría pasar nada verdad?
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Hola mis personitas!
Sé que es lunes y debería haber actualizado hace un par de días, pero he estado agotado últimamente así que no lo hice.
De todas formas aquí tenéis el capítulo prometido :D .
Cuidaos mucho y recordar mantener la distancia de seguridad, llevar las mascarillas y usar el gel para protegeros a vosotros y a los demás.
Nos leemos!!
Black.
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El regreso de la Muerte.
FanfictionSegunda parte del Ángel de la Muerte. Pero debía cumplir con mi trabajo, sólo que esa vez, no tardé tanto como lo hice con Hye, tenía tantas dudas en mi cabeza que necesitaba darme prisa para poder encontrarme de nuevo con Tae. Portada hecha por: @D...