My Mask (Mi mascara)

Capítulo 17: Final

—¿Entonces lo arreglasteis? ¿Volvéis a ser pareja? —preguntó la morena insistentemente.

—Por última vez... ¡Si!

—¡OW! —gritaron tanto Lifeline como Wattson.

—Ni que os hubiera tocado la lotería —se quejó Octane inflando sus mejillas.

—No es eso, compañero. Se llama alegrarse por el prójimo. En este caso: tu —respondía Lifeline riendo —¿Acaso no estas feliz?

—¿De volver con Crypto? ¡Estoy más que feliz!

—Ayer debías estar tan feliz que cuando fui por la mañana a ver si estabas bien, Crypto y tu estabais desayunando juntos.

—¿Qué? —dijo la morena —¿Cómo que desayunando?

Lifeline se volvió hacia Wattson que se hizo la distraída al darse cuenta de lo que ha dicho.

—Oh, no... —murmuró Octane.

—¿Oh, no? ¿¡Oh, no!? Dime que no es lo que creo que es...

—¿Eeeeh?

—Em... él solo... vino ayer a hablar y... —comenzó a decir nervioso —¿Qué demonios hago? Si, nos acostamos.

Octane sabía que literalmente tuvieron unos Apex Games en la cama hasta que fueron literalmente eliminados. Pero no iba a dar tantos detalles de eso a sus dos amigas.

—Alguien ha dado el siguiente paso —canturreó la morena.

—Como sea.

—¡Oh, pues celebremos que Crypto y Octane han vuelto a ser pareja! —comento Wattson como si emergiera nueva de la conversación.

—¿Esta tarde? —propuso Lifeline.

—¿Mañana? —dijo Octane.

—¿Y por qué no hoy? —pregunta la morena.

—Tengo planes.

—Uuuuh. Adivino... ¿Esos planes son con un hacker?

—Mm... puede.

—¿Y esos planes son una cita?

—Posiblemente.

—¿Vais a salir por la ciudad a pasear?

—Tal vez.

—¡Silva, maldita sea, cuéntanos algo y no te hagas el tonto! —grita ella.

—Vale, vale, soltare algo de información. Crypto y yo vamos a ir al cine y a cenar a un restaurante que se por ahí.

—Interesante. Bueno, pues mañana no te olvides de que tienes celebración con nosotras, ¿vale?

—Grabado a fuego en mi cabeza, chica —responde Octane.

—Y hablando de eso... creo que veo a tu caballero de armadura —comentó ella entornando la mirada.

A lo lejos se veía a Crypto salir del edificio.

Desde unos bancos lejanos, el joven le miraba caminar tranquilo mientras miraba su teléfono. Iba vestido como siempre y con ese abrigo blanco y verde que siempre solía llevar, el cual el otro día Octane le robo para probársela. Le quedaba enorme... pero tenía una necesidad inminente de ponérsela y enseñarle al hacker que la llevaba puesta.

Y eso era un problema. Seguro que les paran cientos de fans pidiéndole una foto o un autógrafo... con lo reacio que era el hacker a esas interacciones, seguramente él tenga que interrumpirle. Por suerte iban al cine. Allí estaba oscuro y nadie podía reconocerles.