Capítulo 8: Manos

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Para su desgracia o quizás su suerte, no le había tocado con Crypto.

Si Gibraltar tenía razón, ahora mismo tendría que pegarle un tiro a la persona que le gustaba. Maravilloso. Ojalá pegarle un tiro contase como confesión, porque entonces seria relativamente más fácil.

Bloodhound estaba escondido por el tejado por si avistaba a alguien y Wraith echaba un vistazo por la zona. Mientras tanto, el deambulaba por el edificio vigilando un poco.

Llevaban ya un buen rato y por los altavoces, quedaba muy poca gente. ¿Estaría él entre los que quedaban?

Le había dado vueltas a lo que Gibraltar había dicho.

Si bien esto fuera un desarrollo normal, si, confesar que le gustaba a Crypto seria menos tortuoso. Pero teniendo en cuenta que hace menos de veinticuatro horas estaban comiéndose la boca el uno al otro... ¿Seguiría valiendo lo de confesarse?

La idea de besarlo no le era mala para nada.

No, no, no. Piensa en otro momento esas cosas. Ahora estas a lo que estas. Llevas un juego de apenas haber acertado unos pocos tiros a alguien. Lo siento por eso, Horizon.

No debía mezclar temas personales con la arena. Ya lo decían Che y Nat.

¡Disparos! ¡Y muy cerca para variar!

Bloodhound estaba respondiendo a los disparos.

—¡Nos tratan de rodear! —oyó decir a Bloodhound por la radio.

—¡Creare un portal en el tejado para escapar! —alerto Wraith.

Mierda, ponte las pilas Octavio se repetía el joven.

Agarro el arma, pero se dio cuenta de que la tenía los escudos descargados. ¿Dónde tenía una batería para cargarlos? Trato de cargar los escudos para estarse preparado para lo que se venía.

Unos pasos cerca suyos le alertaron.

En cuanto se giró, un cañón de una escopeta asomo por la puerta. Y detrás de este, un hombre de rasgos asiáticos.

Ambos se miraron sorprendidos. Por un momento el ambiente se congeló.

¿Qué debía hacer?

Se había vuelto a congelar como antes en la nave. Crypto no parecía disparar tampoco. ¿También estaba congelado? ¡Qué mal momento para esto!

El mayor fue el primero en reaccionar.

Alzo su arma al techo de edificio por fuera y disparo varias veces.

Esto alertó a Octane que salió por patas con su arma en mano por la otra puerta que había. Y allí justo, Witt aparecía. La reacción del joven fue rápida y le dio un par de disparos al narcisista logrando derribarlo.

Dio un salto al edificio para encontrar uno de esos portales de Wraith y logro meterse dentro.

—¿Estas bien? —pregunto la mujer.

—Si... —respondió.

—¡Falta uno! —dijo Bloodhound —. Es Loba.

—Yo derribé a Witt —comenta Octane —. Crypto está con ellos.

—Logré darle yo —comenta Wraith —. Lo derribé.

Eso le heló la sangre.

Se supone que... Crypto pudo matarle y haberse metido dentro del edificio, pero prefirió... pasar de él ¿¡Por qué narices pasó de él!? ¡Si le hubiera matado podría haberle salido mejor la jugada! Ahora él había sido el derribado.

My Mask (Mi mascara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora