Mientras las personas circulaban a sus respectivos trabajos temprano en la mañana, Jimin contaba las propinas que había recibido junto con su compañera. Estaba sentado en posición de indio sobre la barra del bar donde trabajaba.
—Bien, esta es tu parte — dijo entregándole la mitad de los billetes a la chica que estaba acomodando los últimos vasos y copas que se habían usado. Jimin observó a su alrededor,
estaba harto. El lugar le resultaba deprimente, estaba agradecido con el dueño por haberle dado trabajo cuando nadie más lo hizo, pero era extremadamente tacaño, lograr conseguir que le entregue su paga sin problemas era una lucha que se repetía constantemente. Las propinas que conseguía cada noche apenas le alcanzaban para comer. No tenía celular, usaba las mismas zapatillas desde hace años y ni siquiera recuerda cuando fue la última vez que se compró ropa. Esta no era la vida que había soñado para si mismo.
—Me voy —dijo Jimin observando a la chica guardar su dinero en el bolsillo del pequeño delantal atado a su cintura.
—¿A qué te refieres?—
—Me da el cheque y me voy.
El dueño del bar salió del baño con un periódico debajo de su brazo. —Ya vuelvo— dijo pasando por donde se encontraban ellos.
Jimin giró sobre la barra para ponerse de pie y le dijo: —El cheque antes de irse.
—El pago es a fin de mes— respondió sin siquiera mirarlo mientras tomaba su chaqueta.
—Todavía me debes el del mes pasado, necesito mi dinero. Loretta tiene un hijo...
—¿Tienes problemas con la gerencia?— dijo cortando lo que Jimin iba a decirle. —Deja una nota en el buzón de sugerencias— Completó con una sonrisa sarcástica abriendo la puerta del bar.
—Hablo enserio, renuncio— dijo Jimin caminado hacia él.
—Cubriré el turno noche— dijo el hombre antes de irse. Sabía que el muchacho no tenía a donde ir.
—Claro que no lo hará— dijo Jimin luego de suspirar, estaba realmente harto. Camino hasta la caja registradora decidido y comenzó a sacar los billetes.
—¿Qué haces?— preguntó su compañera acercándose
—Retirare lo que me corresponde, ni un centavo más— dijo cerrando la caja.
—Si te llevas el dinero, él te buscará.
—Deberá encontrarme primero.
—Y ¿qué es lo que harás?
Jimin sacó un par de billetes de su paga, los dobló y los puso en las manos de su amiga. —Eso cubrirá los gastos de la bicicleta para tu hijo. Llegarás tarde a buscarlo. Vete, yo me encargaré de cerrar esto—Le dijo entregándole su bolso.
—¿Realmente te vas?—preguntó la chica
—En realidad me voy— dijo decidido
—Esa bicicleta puede esperar— le respondió y volvió a guardar los billetes en el bolsillo de Jimin. —Llévate lo que te debe, ¿de acuerdo?— Caminó hasta la puerta. —Hasta luego— se despidió con una sonrisa.
Jimin suspiró observando el lugar, pero su vista se clavó en la pequeña tarima que funcionaba como escenario. Caminó hasta la puerta, colocó el cartel de cerrado y bajó las cortinas para que no se pueda ver hacia adentro desde la calle. Se sacó las zapatillas, seleccionó una melodía en el equipo de música, que usaban para ambientar el lugar, tomó una silla que colocó sobre el escenario, se apoyó sobre ella y empezó a cantar. La bella voz del chico inundó el lugar, la canción que había seleccionado lo acompañaba perfectamente. Eso era lo que él amaba: cantar, bailar, estar sobre un escenario. A medida que la canción avanzaba, se volvía más rápida, Jimin comenzaba a mover su cuerpo con el ritmo. Esto lo hacía extremadamente feliz.
Cuando terminó la canción, tomó sus cosas y corrió decidido al pequeño departamento donde vivía. Guardó toda la poca ropa que tenía en una valija vieja. Sacó el dinero que venía ahorrando desde hace meses y también lo guardó. Envolvió el cuadro de la única foto que tenía de su madre y lo escondió entre su ropa. Terminó de guardar todo lo que realmente quería llevarse y dejó el lugar con rapidez.
Caminó con su pequeña mochila al hombro y su valija hasta la terminal de autobuses. Se acercó a la ventanilla y preguntó:
—¿cuánto hasta Seúl?—
—¿Ida o ida y vuelta?—preguntó el hombre tras el vidrio.
—Bromeas, ¿verdad?—Preguntó Jimin con una ceja alzada.
Pagó su boleto, subió a su autobús y viajó a Seúl decido a cumplir sus sueños.
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Burlesque. [Yoonmin]
FanfictionCansado de su aburrida vida, Jimin decide abandonar Busan para cumplir sus sueños de bailar y cantar. En Seúl, encuentra por casualidad el club "Burlesque" donde deberá convencer a su dueño, Seokjin, de darle un lugar en su show. -¿Disculpa? TE EST...