8.

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Jimin volvía cansado a su pequeño cuarto de hotel. Caminaba por el largo pasillo cuando vió que la puerta había sido forzada.
Ingreso rápido descubriendo que todo estaba revuelto, corrió al baño y descubrió que la bolsa con sus ahorros estaba vacía.
No pudo evitar ponerse a llorar cuando encontró el cuadro con la foto de su mamá roto en el piso.
Yoongi recién llegaba en su motocicleta a casa cuando se encontró con Jimin llorando sentado frente a la puerta de su departamento junto a una pequeña maleta. —¿Jimin?— Tomó su maleta y lo dirigió a su puerta cuando vio lágrimas en sus ojos. —Adelante, siéntate y prepare unos tragos, ¿bien?— Prendió las luces y tomó el teléfono. —Ten, llama a quien quieras, no hay problema. Larga distancia lo que sea.
—No puedo.
—¿A qué te refieres?— preguntó sacándose la chaqueta que llevaba.
—No tengo a nadie.
—¿No? ¿No tienes padres? ¿Hermanos? ¿Tías? ¿Tíos? ¿A nadie?— volvió a preguntar mientras servía licor en unos vasos.
—A nadie— repitió Jimin con lágrimas en los ojos.
—Entonces no viniste por el teléfono— quiso bromear Yoongi, pero Jimin comenzó a llorar nuevamente. El pelinegro corrió hacia él. —No, no. Basta por favor. Todo saldrá bien. Puedes dormir aquí. Tan solo, Jimin, deja de llorar— suplicó. —¿de
acuerdo?— Le entregó el trago y Jimin comenzó a calmarse para tomar un pequeño sorbo. —¿mejor?
—Solo por hoy, hasta calmarme y pueda decidir que haré.
—Hecho— aceptó Yoongi.
                                     *
Yoongi no tenía un gran departamento pero tenía todo lo necesario. El living, cocina y el comedor eran de concepto abierto que hacían ver el ambiente más grande. El cuarto estaba separado por unas puertas francesas dobles y dentro de este, un pequeño baño.
Jimin ya se encontraba acostado sobre uno de los sillones de Yoongi. Este último, estaba sentado frente a un pequeño piano tocando una suave melodía en la habitación. Jimin podía verlo desde el sillón a través de uno los vidrios de la puerta, a pesar de estar cerrada, gracias a que una de las cortinas que la tapaban estaba corrida.
—Es hermoso— habló el rubio. Yoongi sonrió sin dejar de tocar. —¿Quién la escribió?- preguntó.
—Yo lo hice.- afirmó Yoongi.
—¿Tu lo hiciste? Yoongi, es muy hermosa.
—Gracias— dijo observando el cuaderno donde iba anotando las notas.
—¿Tienes más?
—Sí, pero no para escuchar.
—Oye Yoongi, ¿Por qué dejaste Daegu?
—¿Por qué dejaste Busan?
—Miraba a mi alrededor y me daba cuenta que nadie tenía la vida que yo deseaba.
—Exacto.
—Oye Yoongi, me alegra no tener que estar solo esta noche.
—Duerme un poco— le dijo sonriendo. Jimin simplemente se acomodó mejor en el sillón, se tapó con las cobijas que le había dado Yoongi y cerró los ojos para dormir.
                                  *
La mañana siguiente se presentó con una fuerte tormenta cayendo sobre la ciudad de Seúl. El ruido de la tormenta despertó a Yoongi. El pelinegro se colocó unos jeans y salió hacia el living.
Jimin se encontraba en la cocina preparando un desayuno para ambos. Cuando lo vio salir habló: —Buenos días, ¿café?
—Negro— respondió sentándose en una banqueta alta frente a la isla de la cocina. —Como mi alma— susurró observando las piernas desnudas del chico. Jimin tenía sólo puesto una camisa oversize que apenas cubría su trasero.
—Me tomé la libertad de preparar el desayuno, espero que no te importe— le dijo acercándola una taza de café.
—Huele genial.
—Es hermoso, ¿tu hermano?— preguntó Jimin observando una foto de Yoongi junto a un muchacho que estaba pegada en la heladera.
—Mi novio.
—¿No eres hetero?— preguntó Jimin sorprendido. Él era gay pero nunca creyó que Yoongi también lo fuera.
—¿Pensaste que era hetero?— preguntó Yoongi riendo.
—Sí.
—¿Por qué?
—No lo sé, por tu aspecto, eres el único que no usa delineador en el bar…
—Tengo un aspecto normal— se quejó. —trabajo en la barra y a Jin no le molesta que no lo use.
—De acuerdo, iré a vestirme, será lo mejor— dijo caminando hacia sus cosas.
—Probablemente— dijo Yoongi encogiéndose de hombros.
—Entonces. Dime, ¿dónde está tu novio?— preguntó Jimin tomando un suéter que se colocó rápidamente.
—Tokio, actúa en un teatro.
—Ahora que sé que no eres hetero— dijo colocándose unos jeans ajustados —y estas de novio, me siento mal por haber venido aquí en primer lugar— estaba tan avergonzado que al tratar de ponerse los pantalones rápidamente, terminó cayéndose al piso. Se levantó rápidamente y miró a Yoongi. —Estoy bien— exclamó en un tono más agudo. —Me iré de aquí de inmediato.
—Jimin, no debes marcharte— dijo Yoongi acercándose al rubio.
—No te preocupes por mí, estoy bien— respondió poniéndose ahora sus zapatillas.
—Pero está diluviando afuera— mencionó observando hacia la ventana.
—Tengo un plan— comenzó a guardar todas sus cosas en su valija. Se colgó su mochila al hombro, tomó la valija y volvió a mirarlo. —¿Podrías abrirme la puerta? Yoongi la abrió para él. —Gracias.
—De nada.
—Nos veremos en el club— Dijo Jimin saliendo del lugar. La lluvia no dejaba de caer, estaba seguro de que iba a empaparse. Tomó unos diarios que encontró en la entrada del edificio, los sostuvo sobre su cabeza y caminó hasta la parada del autobús.
Yoongi observó al rubio desde el segundo piso, donde se encontraba su departamento. Corrió descalzo hacia la calle y gritó desde la entrada: —Jimin, ¿qué estás haciendo? Vamos,
vuelve a entrar.
—No Yoongi, estoy bien.
—Está diluviando.
—Sólo es agua, no te preocupes.
—Maldición— Dijo saliendo a la vereda para caminar hasta el chico. —Pon tu trasero de vuelta en mi casa.
—Hiciste demasiado, déjame tranquilo, estoy bien.
—De acuerdo, de acuerdo. Bien— dijo Yoongi tomando la valija de Jimin, colgó la mochila en su hombro, levantó a Jimin estilo princesa quién gritó por la sorpresa y caminó de vuelta a su departamento.
—DÉJAME! ¿Qué estás haciendo?— gritó Jimin cuando ingresó con él en sus brazos nuevamente a la casa.
—Relájate.
—SUÉLTAME!— volvió a gritar cuando lo bajaba en el living.
—No tienes a donde ir y yo tengo lugar— Dijo dejando las cosas de Jimin en el piso. —Te guste o no te quedarás aquí unos días más— Justo en ese momento sonó su celular, viendo que era su novio, contestó rápidamente mientras terminaba de cerrar la puerta. —Hola Nataniel.— saludó.

Burlesque. [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora