Hierro y marmol.

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A diferencia del resto Jasper y Adara llegaron de buen humor luego de ir a cazar. Todos lucían tensos, probablemente solo pensando en la batalla que les esperaba.

—¿Y Bella? —preguntó solo por sacar conversación, podía escucharla en el garaje.

—Afuera, hablando con Alice sobre...

—¿Cómo puedes hacerme esto?, ¡A Adara! —escucharon a Alice gritar.

Volteó a ver a Edward con el entrecejo fruncido, quien solo se limitó a extender su mano, invitándola a ir y averiguarlo por su cuenta.

—Ada, ¿tu sabías de esto?

Adara enarcó las cejas. Alice tenía acorralada a Bella en lo que parecía un interrogatorio de película.

—¡Bella y Edward se van a casar!

Se llevó las manos a la boca, incrédula ante las palabras de Alice. Fijó la vista en Bella quien asintió débilmente.

—No.

—Si...

—No.

—Si...

—¡No!

—¡Si!

—¡Bella, no! —en un parpadeo ya estaba frente a ella, sacudiéndola por los hombros. —¡Tienes 18! No puedes casarte, a Renee le dará un infarto y Charlie va a matarme por no convencerte.

—Quiere ir a Las Vegas, casarse a escondidas y sin invitarnos.

Bella entornó los ojos en dirección a Alice. No veía la gravedad del asunto y seguía diciendo cosas que solo sacarían más de quicio a Adara.

—¿Las Vegas? De pésimo gusto, Bella, incluso para ti.

—¡Déjanos planear tu boda! Nos lo debes. —Alice señaló a la futura novia con el índice, de forma autoritaria.

—¡No, definitivamente no!

—Vamos, Bells, será divertido. Nosotras nos haremos cargo de todo y tu solo tendrás que caminar unos cuantos metros y repetir lo que el sacerdote diga. —Bella hizo cara de asco. —No puedes decirle que no a esta carita, mírala.

Alice sonrió encantadoramente, agitando sus hermosas pestañas con aire soñador. Bella bufó resignada.

—¿Cómo pasaste de odiar eso de la boda a querer organizarla? Creí que podía confiar en ti.

—Como tu hermana mayor mi principal propósito en la vida es hacerte infeliz. —le sonrió ampliamente y salió del garaje.

En lugar de volver a la casa decidió sentarse en las escaleras de la entrada recargado los codos sobre las rodillas y la quijada sobre las palmas de sus manos.

Una boda... la única feliz de eso era Alice, y Edward, probablemente.

No pudo evitar sonreír al imaginar la cara que pondrían sus padres. Estaba segura de que Renee le daría un discurso de horas sobre los riesgos del matrimonio a temprana edad y Charlie... pobre Charlie. Sus dos hijas se irían durante el verano. Al menos que ella se fuera a la universidad los alegraría más, aunque Bella también fuera a continuar sus estudios.

—Así que planearas una boda y no será la nuestra.

Adara le tapó la boca a Jasper con una mano y con la otra puso su dedo índice sobre sus propios labios en un gesto de silencio.

—No digas esa palabra o ella se aparecerá. Sería peor que decir Beetlejuice tres veces.

—Es una gran planeadora, ha organizado varias de las... tú sabes, de Rosalie y Emmett.

Turmalina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora