Turmalina.

Amigos.

—¿Pasa algo? —Adara desvió la atención de la barra de comida. —Estás más relajada desde la última vez que hablamos.

—Acabamos de hablar hace cinco minutos en clase. —fingió no entender a que se refería Jasper exactamente. Tomó una manzana y la observó como si le preocupara la calidad... como si se la fuera a comer.

—Me refería a cuando estuve en tu casa. —explicó con obviedad.

Titubeó levemente lo cual no pasó inadvertido para Jasper.

"Más te vale que no hayas hablado." Pensó. Edward sonrió burlonamente ante la sarta de insultos que Adara le dedicaba. Bella lo miró confundida y el señaló discretamente a donde los hermanos de ambos se encontraban.

—¿Edward te dijo algo? —preguntó bruscamente.

—¿Edward debía decirme algo? —sonrió triunfante.

Adara negó repetidamente. Después de pagar la manzana que había elegido se fue a sentar a la mesa donde Alice, Edward y Bella estaban, junto con los amigos de Bella.

Edward les dirigió una mirada cuando ambos tomaron asientos, Adara le sostuvo la mirada de forma amenazadora, nadie pareció notarlo.

Odiaba que Edward tuviera pase directo a su mente, cada pensamiento, cada imagen mental y cada debate interno carecían de privacidad por culpa del novio de su hermana, y si bien no había revelado nada -al menos hasta donde ella sabía- no se sentía tranquila de que él supiera todo lo que pensaba de Jasper.

Una parte de ella trataba de convencerse que Edward no era un chismoso y su forma de ser respetuoso con los pensamientos ajenos era no divulgarlos. Por otro lado, muchos de los pensamientos que trataba de ocultar eran sobre Jasper. ¿Edward sería capaz de revelarle sus secretos a Jasper solo porque lo involucraban? Esperaba que no.

La conversación sobre su nueva libertad la obligó a dejar de pensar en las amenazas que tenía para Edward si se atrevía a revelar alguno de sus pensamientos. Trató de hablar con Angela, Alice y Bella lo mejor posible, sintiéndose nerviosa, o mejor dicho culpable, por la sonrisa amable de la humana. Jamás olvidaría que había deseado matarla.

Luego de charlar sobre las posibles salidas que organizarían tras la libertad de las mellizas Alice fue perdiendo el hilo de la conversación. Cuando desenfocó la vista Adara se obligó a centrar la atención en ella para evitar que notaran el extraño comportamiento de Alice dándole seguimiento a los comentarios de Angela.

—¿Entonces... de compras?

—Ir al cine también seria genial.

—Si... excepto por la idea de ir en parejas. —Jasper tamborileo los dedos sobre la rodilla de Adara, si hubiera podido se habría puesto roja de la vergüenza. —No importa, me las apañaré... o llevaré a Alice conmigo. No me dejarás sola, ¿cierto? —al ver que había vuelto a poner atención en la charla aventuró a mencionarla.

Alice asintió con entusiasmo. Luego de aquel pequeño e incómodo suceso Alice volvió a conversar con Angela de un modo mucho más entusiasta. El resto decidió dejarlo pasar, excepto Adara y Bella, que tenían curiosidad por saber que había visto la vidente, en especial por las sutiles miradas que compartían Jasper y Edward. Para su desgracia ninguno de los vampiros lucia con intenciones de contarles.

Cuando el almuerzo terminó el grupo se dispersó para ir a sus respectivas clases. Edward hizo que las mellizas se adelantaran lo cual solo aumentó las sospechas que tenían, ¿Qué había visto Alice que ellas no pudieran saber? Adara se llevó una gran sorpresa al no lograr escucharlos hablar, probablemente ya contaban con que trataría de espiarlos.