Batalla.

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ADVERTENCIA: contiene ciertos detalles que podrían ser incómodos para algunxs. Las descripciones son utilizadas meramente para explicar mejor la escena, no es con fines de morbo.

El resto de los Cullen habían llegado, los quileutes se transformaron y alejaron del prado para sorprender a los neófitos.

Pasados unos minutos escucharon gruñidos y fuertes pisadas. La briza atraía el dulce aroma propio de los vampiros.

—Ada, una última cosa antes de que lleguen.

Adara levantó la vista a Jasper. Podía sentir lo nervioso e incómodo que estaba ante la situación que se avecinaba.

—Cada mano en una oreja, un brazo debe pasar por encima de la cabeza y el otro por debajo de la quijada. Aprieta con fuerza y gira. Romperles el cuello es la forma más rápida y sencilla.

—Pensé que dirías "te amo". —confesó con una risita. Jasper también sonrió, sujetando su mano. —Como diga, Mayor Whitlock.

Los gritos y pisadas se fueron haciendo cada vez más fuertes hasta que pudieron distinguir alrededor de veinte neófitos corriendo hacia ellos. Adara apretó la mano de Jasper una última vez antes de soltarlo. Se apresuró en dejar salir las sombras de sus manos, esforzándose por que fueran lo más extensas e imponentes posibles.

En cuanto los neófitos fueron tocados por su don se permitió ser cruel haciéndole experimentar a cada uno un dolor distinto, desde la sensación de ser quemado vivo hasta un entumecimiento muscular digno de una hipotermia. Otros experimentaron un dolor de cabeza que les nublaba la vista, los entorpecía o les provocaba nauseas. E incluso agregó la sensación de látigos, cuchillos y balas atacándoles por la espalda.

Entonces los Cullen entraron en acción. Aprovechando la lucha interna que pasaban los neófitos gracias a Adara, pudieron eliminar a varios de un solo golpe. Jasper y Emmett avanzaron primero, atacando con tal rapidez que era más fácil ver los cuerpos caer inertes antes de comprender sus maniobras de ataque.

Los lobos no tardaron aparecer rodeando el campo, Adara alcanzó a distinguir el miedo y la sorpresa en los rostros de algunos neófitos.

Jasper creía con certeza que el mejor aporte de Adara no sería su fuerza física sino su don, por lo que los cuatro días anteriores se había esmerado en dejarle claro que no necesitaría pelear y que lo mejor sería limitarse a concentrarse en manejar las sombras.

Mas ahora que le había explicado como arrancarle la cabeza a un neófito se preguntó si era su forma de retractarse, invitándola a unirse de lleno a la batalla.

Emmett chocó contra un neófito lanzándolo en el aire justo por donde uno de los lobos iba pasando. Sonrió al escuchar un "crash" similar al ruido que se producía luego de quebrar un vidrio.

—Vamos, sé que quieres.

Adara sonrió ante la incitación de Emmett. Se echó a correr al centro del claro llamando la atención de varios neófitos que pudieron reconocer su aroma, al fin y al cabo, no solo buscaban a Bella. Esquivó con éxito todos los golpes, usando el mismo impulso de sus atacantes para lanzarlos en el aire, donde varios lobos se encargaron de atraparlos.

Conforme los que se acercaban a ella eran menos, Adara pudo acabar personalmente con cada neófito. Siguió al pie de la letra las instrucciones de Jasper y quebró por el cuello a más de uno.

También imitó las técnicas de Jasper y Emmett, atacando por detrás, los pateaba en la espalda y al caer los tomaba de cada muñeca hasta que sus brazos se desprendían de su cuerpo.

Jasper la buscó con la mirada y le sonrió orgulloso. Fue un gesto que duró segundos, menos tal vez, pero no pudo evitar suspirar de alegría.

Sentirse tan emocionada por acabar con la vida de alguien le hizo sentir mal... pero no lo suficiente. Ignoró la culpa y dejó que el entusiasmo la inundara, haciendo de sus ataques fueran más precisos y las sombras mucho más potentes.

Turmalina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora