Escuché leves susurros cerca de mi rostro, la sensación de una caliente respiración chocar contra mi mejilla un par de segundos y después dejé de sentirla.
No entendía que era lo que decían aquellos susurros, ya que todavía estaba adormilada a pesar de escuchar ciertos ruidos y voces a mi alrededor, así que abrí mis ojos lentamente para descubrir quién era él que susurraba cosas.
De nuevo la respiración caliente de Draco rozaba mi mejilla, estaba mirándome fijamente con esos bellos ojos grises que desde octubre brillaban cuando me veían, caían un par de mechones platinados cerca de ellos, sonreía levemente mientras acariciaba mi cabello, podía sentir cómo latía su corazón porque todavía me encontraba sobre su firme pecho.
El ambiente del cuarto se sentía frío, más que nada era porque ya estaba entrando el invierno y este hacía que se recorriera por mi columna vertebral unas ondas heladas, pero como estaba sobre el pecho de Draco y nos cubría una sabana solo se sentía un poco ese ambiente, además que nuestros dos cuerpos emanaban calor para ambos.
Se sentía tan bien estar así con Draco, eran pocas veces en las que estábamos en esa posición en la cama.
Estaba tan metida en mis pensamientos y disfrutando de nuestra cercanía que, por un momento, había olvidado que dormí en su habitación y que tuvimos una noche de placer.
Desde el 31 de octubre, ese día comenzó a captar mi atención de manera positiva.
Quería odiarlo, que me cayera mal, no disfrutar de su compañía, no sentirme bien al estar cerca de él, pero siempre mis sentimientos y sentidos me traicionaban, aunque me negase, él ya me gustaba desde antes, solo que no lo quería aceptar porque no me gustaba esa idea y además no sabía con exactitud cómo era querer a alguien de esa forma, de la forma romántica.
Al paso del tiempo, me era imposible no dejar de sonreírle mientras él me veía con aquellos bellos ojos grises que tanto me encantaban y no podía resistir las ganas de verlos porque estos tenían un gran brillo en ellos, me salía natural ofrecerle una dulce sonrisa a él y eso era algo que si me lo hubieran contado antes no lo hubiera creído.
Ya no lo podía negar, sí me gustaba y si decía que no, estaba mintiendo.
Empecé a sentir más cosas por él y se intensificaron mis sentimientos hacia él cada día que pasaba, sobre todo cuando fue la fiesta de Halloween fue la clave de todo porque comenzamos a hablar a diario en la madrugada, se sentía todo tan bonito y puro.
Me contaba cosas que tenía retenidas, sentimientos reprimidos, sus problemas, grandes temores y alguna que otra molestia que tenía.
Siempre fue honesto conmigo, había confianza entre nosotros y como pareja teníamos ciertos acuerdos por el bien de nuestra relación y por cosas futuras que pudieran pasar.
En algunas ocasiones, me identificaba con él.
Tal vez por eso peleábamos tanto.
Éramos parecidos, pero la diferencia es que yo cambié y él no, aún.
No quería hacerlo, no sabía cómo o simplemente nadie se le acercó para ayudarlo.
Él tenía opción, podía ser diferente, pero en el tiempo que él tenía que elegir no pensó bien en sus acciones, actuó de forma precipitada y también no tomó en cuenta las consecuencias que sus decisiones traerían consigo para su vida en un futuro, quería quedar bien con los demás, si soy específica él quería quedar bien con Lucius y con un grupo de personas específico.
Creo que ustedes entienden a quiénes me refiero y de qué habló.
No pensó bien y creyó que podía llenar el vacío de su corazón dañando a otros, que eso lo haría sentir mejor consigo mismo y que lo haría sentir mejor, eso no lo convertiría en una mejor persona, aunque él creyera lo contrario.
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Werewolf in Hogwarts
General Fiction~Experiencia en la realidad deseada de Hogwarts~ Una realidad que yo misma creé y cambié a mi gusto y beneficio. Algunas fechas y acontecimientos de los libros y películas fueron manipuladas por mí. Hija de Remus Lupin y Nymphadora Tonks❤️💛