PRÓLOGO

471 16 8
                                    

(Esta historia no tiene nada que ver con caperucita,la descripción puede confundir,si seguis leyendo lo entendereis)

Epílogo

No sabía qué hacía allí.Lo único que deseaba era estar en mi hogar,reconfortándome junto a la lumbre,llegar cansado tras una larga jornada de trabajo en la herrería y coger a mi hijo pequeño y sentarlo en mis rodillas mientras mi mujer sacudiría ligeramente la cabeza con una sonrisa al pelar las judías de la cena. Éramos pobres,pero felices. Sin embargo ahora sostengo una espada que desprende un halo de luz y un escudo de madera fuerte en la otra. No hay escudo mejor en esta guerra; tanto uno de irrompible duruk como uno de papel me serviría para lo mismo:para nada.

Participando en una guerra a la que no recordaba haberme apuntado,me acordé de las palabras de mi rey,escritas en un pergamino colgado en el roble del centro de las barriadas:
Queridos súbditos,¡celebremos con gozo la liberación de los humanos!
La raza humana ha hablado y hemos declarado la guerra a esas monstruosas criaturas que nos han oprimido,los demonios. Siempre nos han temido,nuestro potencial,ya que nuestra raza está destinada a la grandeza. A diferencia de las guerras que perdieron nuestros predecesores,tras esta contaremos a nuestros hijos como les cortamos la cabeza,les despellejamos y con sus pieles hicimos abrigos a nuestras mujeres. Con nuestra arma secreta,les venceremos. Requiero a todo hombre y niño capaz de empuñar un arma. La deserción sera castigada con la muerte del traidor y la de su familia.
Rey Auguston III de Lanma

La gran mayoría de los allí reunidos saltaban de la emoción,hombres ignorantes que no pensaban en nada más allá de sus narices,que no habían empuñado un arma en su vida y que solo fantaseaban con partir cráneos y dar hachazos a diestro y siniestro,mientras la sangre de sus contrincantes les salpicaba el rostro y que soñaban con ver como los demonios se arrodillaban a sus pies,suplicando por su vida. Como se notaba que nunca habían visto un demonio. Era cierto que los demonios ejercían una influencia notable sobre ellos,pero¿acaso no pasarían de estar sometidos a esas criaturas para pasar a estarlo por su propia raza? Por lo menos en el primer caso se evitaría el gran derramamiento de sangre,sangre de mortales. El rey les manipulaba a su antojo,no ganarían ni con el poder de los tres brujos.

Mi mujer,apoyada en mi brazo izquierdo también lo comprendió,pues no paraba de emitir sollozos ahogados. Nos fuimos corriendo a casa y recé,no para ganar,sino para que fueran misericordiosos con mi familia y demás inocentes.

A mi lado,los guerreros gruñen,algo nerviosos pero aún ansiosos por luchar. Leo en sus ojos una rabia homicida,un instinto depredador.

Somos el ejército más grande jamás visto,desde temibles soldados bien curtidos que podrían matarme antes de que abriese la boca,a gente sin mucha idea pero con entusiasmo. Estamos los 5 reinos aliados en esto

.Por un momento me siento esperanzado.¿Un ejército como el nuestro,con espadas hechizadas por los brujos,que aseguran matar a un demonio"normal"puede perder?

A lo lejos,unos desgarradores lamentos:demonios aulladores. Seres presentes antes de una desgracia,presagian la muerte,el dolor y la sangre con sonidos sobrecogedores,capaces de llevar a cualquiera a la locura,incluso a la muerte. No puedo evitar que se me erice el vello de la nuca,sintiendo a mi alrededor al resto encojerse y tensar los músculos bajo las armaduras.

Aparecen,la batalla empieza. Solo parece haber demonios martianos. Son enormes,llevan mazas cuyo golpe partiría la cabeza de un hombre como si de gelatina se tratase. Me estremezco y me lanzo a la batalla como puedo. Las clases de mi hermano han surtido efecto,notando que el combate no se me da mal.

Las espadas funcionan,aunque veo como a casi nadie le da tiempo a desenvainar la suya. Cada vez somos menos pero aún hay esperanza. Me giro y contengo la respiración. Veo una capa carmesí. No es posible. He sido demasiado iluso pensando que no vendrían. Demonios vengadores. Estamod completamente perdidos. Me alejo corriendo de la zona,tarde o temprano alguno se fijará en mí,no quiero quedarme a ver como me despedazan. Mi madre siempre decía:mejor lamentar un momento de cobardía en vida que morir en un momento de valor. Poco honorable,pero con una familia en la que pensar el honor poco importa. El dicho de mi propia cosecha es:no confundas valor con estupidez.

Siento que el tiempo se detiene. Veo a una figura envuelta en una capa color sangre avanzar entre la congregación. Los demonios que la ven dejan de pelear y se inclinan a su paso. Observo fascinado como se quita la capucha,y para mi gran sorpresa,es una chica,de unos 17 años. Bueno,aparenta esa edad. Tiene bordado un extraño símbolo en la túnica,cada hombre que intenta asesinarla cae desplomado con una sola de sus miradas. Una espada mágica se le hunde en el costado. El hombre grita victorioso. Creo que nunca he visto tanta ira junta tras ver los inocentes ojos de la muchacha. Cierto que de inocente no tiene nada. Se saca la espada tirándola bien lejos,sin afectarla. El soldado abre los ojos como platos cuando esta le chilla que le acaba de arruinar la túnica y acto seguido el hombre cae al suelo retorciéndose en una lenta agonía. Primero,su cuerpo sufre una especie de parálisis. Intenta respirar pero no puede. Comienza a convulsionarse en violentos movimientos,de su boca mana sangre a borbotones. Se queda quieto finalmente con la mandíbula desencajada y una expresión de terrible dolor. Apartó la mirada completamente horrorizado. Me quedo inmóvil cuando al levantar la mirada la veo observándome. Su belleza es tanto deslumbrante como espeluznante. Pensaría que es una hermosa joven mortal sino fuese por sus ojos. Totalmente inhumanos, grandes ojos rojos que me escrutan. Los siento como dos bolas de fuego que me abrasan por dentro,los siento mirar hasta mi alma. Respiro con dificultad

Ojos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora