-No hagas ruido-susurró por décima vez la princesa mientras andábamos silenciosas como sombras. Puse los ojos en blanco, a mí no me costaba esfuerzo alguno pero ella armaba un auténtico escándalo tropezando cada poco con las dichosas escaleras. La oscuridad era completa y prácticamente íbamos a tientas.
-Aquí es-dijo parando frente a una puerta de madera de roble desgastada. Gracias a Dios una tea ardía aún en un soporte junto a la entrada. Beth rebuscó en su vestido la llave y vi como su expresión se tornaba ansiosa. Madre mía no puede ser que me haya hecho subir unas mil estúpidas escaleras y andar durante un buen rato para decir ahora que ha perdido las llaves. No estoy para perder el tiempo.
-Al fin la encontré-suspiró con alivio descolgando la llave que resulta llevaba en su cuello-soy tan despistada...la conseguí el otro día hablando con Henrik, el ayudante de Aiden y aunque me costó lo suyo finalmente lo logré sé que él siempre ha estado enamorado de mí... -Me sentía ilusionada por la expectativa de leer esa profecía misteriosa y en cambio estaba en la puerta escuchando cómo se hinchaba como un pavo real vanidoso.
-Creo que yo también siento cosas por él pero no estoy segura y lo nuestro es imposib..
-Ya veo-la interrumpí arrebatando de sus manos la maldita llave-me lo cuentas ahora dentro. Cogí la antorcha y me adentré en la habitación, segura de haberla ofendido por pasar de ella. Miré a mi alrededor: en la parte central había una gran mesa abarrotada de frascos y ungüentos. Posé la vista en varias etiquetas: veneno de serpiente Taipan, estramonio, aloe vera.. Las estanterías estaban a rebosar de libros con aspecto delicado y de gran antigüedad. A simple vista, diría que era la sala de pociones de un hechicero.
-Este es el espacio favorito de Aidan: su sala de investigación y trabajo. Le encanta experimentar y esas cosas que hacen los chamanes. Aunque mi padre le tiene aquí normalmente para curar a pacientes, preparar mejunjes para aliviar su gota y poco más. Es el mejor maestre de todos los reinos-dijo con un deje de orgullo. Al parecer el enfado no le había durado ni un minuto.
-No lo dudo, repliqué cogiendo entre mis manos uno de los botecitos y aspirando su aroma: almendras amargas. Sin lugar a dudas, cianuro. ¿Para qué querría aquel hombre tantos venenos? Seré una desconfiada pero sabía que Beth estaba realmente ciega creyendo que la labor de aquel señor allí era pequeña.
Hacía mucho, mucho más que eso y decidí que sería provechoso hacerle una visita algún día de esos. Quizá al día siguiente mismamente.
-Este es el libro-murmuró Beth acercándose con un tomo que era casi más grande que ella. Despejé la mesa para apoyarlo y lo abrí con sumo cuidado. Era muy viejo y temí que las traslúcidas páginas se me deshiciesen entre los dedos al pasarlas.
-Se me olvidó decirte que en libro original de la profecía está todo en un raro dialecto de los druidas-exclamó agobiada llevando las manos a la cabeza-soy un desastre, yo no le hablo el único que conozco que lo habla es mi hermano Nius aparte del gran maestre y me mataría si supiese dónde estamos...Por alguna parte debe estar traducido-me miró llena de pesar y la verdad es que era cómico ver su torpeza ante algo que no importaba nada.
-No te preocupes yo también lo hablo
-Eres una caja de sorpresas, rió relajando el ceño.
No lo sabes tú bien
-Aquí está, dije señalando la página en cuestión
Escuchad escuchad lo que está por llegar
Con la sangre más real nuestro héroe surgirá
Y solo nacerá cuando la muerte le roce y falle
Sus poderes nunca vistos suscitarán maravillas a la par que atrocidades
Tan capaz de milagros y baños de sangre
Tan capaz tan especial
Tú eres la guerra y la paz
Corazón de león sálvanos del desastre
Solo tú lograrás lo que nunca antes
Traer el regalo faltante
-Vaya sin duda a tu hermano le espera un gran futuro- si este librucho estaba en lo cierto y él era el salvador de la humanidad contra la amenaza, o sea nosotros, más razón para matar al príncipe brujo de una vez.
-Eso dicen todos, por lo menos cuando no tienen la cabeza metida en su trasero.
Me miró horrorizada tapando su boca, seguramente pensando como se le había escapado tal comentario. Sonreí al pensar que si se la escapaba eso sin preguntar al tirar de la manta iba a cantar como un canario.
-Perdona por favor mi falta total de modales lo que he dicho ha sido totalmente...
-Cierto. Desde que he llegado aquí no he podido evitar fijarme, más bien es imposible no hacerlo en que todo el mundo gira en torno a tu hermano como si del Sol se tratase-bien, ahora me sentía como una de las viejas chismosas que acostumbran a meter cizaña en contra de aquellos que detestaban. Aunque bueno, ponerla en contra de Nius era algo fundamental. Los humanos cuando más datos importantes dan es cuando se desahogan.
-Claro, porque él es el principito que tiene una profecía particular, con poderes mágicos increíbles, heredero del reino, inteligente, guapo y perfecto en todo lo que hace mientras que yo soy la mocosa que se esconde en las caballerizas para jugar con espadas, lo cual es totalmente inapropiado para una dama, con un plebeyo.
Sí, realmente si se miraba de esa forma ella no era en comparación con Nius. Bueno, por lo menos yo la prefería a ella aunque fuese la única. Lo cuál no era un buen consuelo si piensas que viene de un demonio, la raza que te han enseñado a odiar desde que pronunciaste tu primera palabra.
-Si te anima yo no pienso que luchar con espadas sea malo a mí me encanta. Además, tú eres mucho más agradable que tu hermano. Te aseguro que la amabilidad y el juntarse con plebeyos son dos cualidades más que escasas en las princesas y muy valiosas- me sonrió con una sonrisa encantadora que le iluminaba la cara y le formaba hoyuelos en las mejillas, y no pude evitar apreciarla de verdad.
Esa cría me sacaba un lado de mí que ni yo conocía. Me ponía ¿sentimental?
-Eres una buena amiga. Creo que la primera aunque no te conozca casi. Mañana por la noche damos una pequeña velada privada, nada muy especial. ¿Quisieras venir?
Sus ojos me contemplaban muy abiertos asumiendo que rechazaría la invitación. Esta chica necesitaba afecto y algo de autoestima urgente.
-Con mucho gusto iré-no tuve tiempo para acabar la frase y ya me estaba estrechando fuertemente entre sus brazos. Me puse muy tiesa: nunca me habían dado tal muestra de cariño pero poco a poco me relajé y la devolví el gesto. Era sorprendente lo agradable que era un abrazo. Como me quedase un poco más con aquella chica ya me veía como una tonta adolescente enamoradiza.
Por suerte yo no podía amar.
-Será una noche estupenda. Estará Lord William que es fantástico, tu primo Lord Tyron y Nius...
Ah, era cierto tenía un primo en esta vida humana que era el mejor amigo del príncipe y brujo, a partir de ahora me mostraría como su más cercana amiga y así me acercaría a Nius
-¿Tu hermano no me tiene en mucha estima cierto?
Eso era quedarme corta. Las miradas que me lanzaba podrían matar.
-Solo necesita conocerte y mañana será la oportunidad. Ya lo verás
Lo estoy deseando
Hola!siento haber tardado tanto en publicar pero la profecía me ha costado y he empezado un nuevo libro...¿Qué os ha parecido? Nayisah haciendo amigos xddd
¿Queréis ver el encuentro entre el principito y ella? Espero que os esté gustado la historia. Besos a todos los que estéis leyendo esto, gracias por darme los ánimos para seguir escribiendo y mejorar
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Ojos de sangre
FantasyVaya a donde vaya, siempre dejo una estela de muerte, dolor y destrucción a mi paso. ¿Por qué? Porque soy un demonio vengador. He recibido multitud de nombres a lo largo de mi existencia: ladrona de vidas, viuda negra, hija de la muerte, y por el qu...