4. En silencio

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Era una mañana fria pero aun asi el sol iluminaba intensamente, el olor del café recien hecho inundaba la habitacion donde Zulema estaba llamando por telefono a Altagracia.
Dio un sorbo de cafe y luego marco el número nuevo, necesitaba saber como estaban luego de que ya habia pasado un mes desde su huida.

-Hola?...

-Frijolita? Soy yo!

-Mora! Todo esta bien?

-Si, estamos bien y ustedes?
Estas con la Gitana?

-Quieres hablar con ella? Te la paso
-Hey gitana te habla la Zule
-Zule!?

-Cabrona que no nos habias llamado!! Como estas?

Zulema sonrió al escuchar su voz pero al instante cambio su expresion al recordar el motivo de su llamada.

-Necesito un consejo

-Que dices?... paso algo malo?

-Estoy embarazada

El silencio en la otra linea no duro mucho tiempo.

-Mi Mora! Ole tu!!! qué emocion!

-No! no... yo no estoy lista para tener un hijo

-Nadie esta lista para parir, te lo digo por experiencia y tu lo sabes mejor

-joder, no es eso... No quiero tenerlo. No quiero que mi vida cambie.

-Zule hey! te estas escuchando? La vida cambia con o sin un hijo. Ya ves lo mucho que ha cambiado estos ultimos meses

-Gitana... joder que... tengo miedo. No se si Hierro estara de acuerdo y... no tengo ni puta idea de que voy a hacer.

Hablo con voz temblorosa mientras miraba de vez en cuando por la ventana para asegurarse que Hierro no hubiera llegado a casa todavia.

Saray caminaba de un lado a otro sobre la arena calida junto al mar Caribe pensando en un buen consejo para su amiga.

-A ver Mora, tu quieres al carcelero no?

-Pues... si, lo quiero.

-Y el te quiere a ti tanto, que le dio igual su libertad con tal de ayudarte a escapar

-Lo sé, lo sé

-Vale y entonces de que tienes miedo? Un bebé solo les traera cosas buenas

-Nos sigue buscando la policía, si nos encuentran sabes a donde vamos a parar...

-Ya... no pienses eso, no va a pasar.
Antonio lo sabe?

-Que cosa?

Se volvió a la ventana y aun no vio el auto estacionado

-Pues de que estas preñada que más!?

-No no no, no pienso decírselo ahora!

-Y que vas a hacer entonces? Zule... ya sabes que los niños son sagrados

-Siempre me lo dices

-Coño, quisiera estar ahi contigo Mora... pero vale pues, lo que debo decirte es que vayas y le digas ahora al Antonio y ya lo solucionan juntos

-Y dale con eso Gitana. No le voy a decir que estoy embarazada.

Zulema escucho un ruido tras de la puerta y supo enseguida que Hierro estaba ahí. La puerta se abrio y él entro.

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