20. Supervivencia

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Este es un final para esta historia... agradezco a todas las personas que me brindaron su tiempo y cariño con comentarios y votos, gracias por su apoyo siempre y de verdad no saben la ilusión que me hace saber que les gustó la historia jsuajaj que literal me la saque de la manga solo porque yo queria leer algun fic Zulierro pero nadie escribia aún. Bueno hasta aquí termina este pequeño viaje por el momento. Gracias💖

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Linea roja.

Cuando Zulema despertó del pesado sueño qué la había atrapado después de tantos golpes y el hambre, lo primero que vió fue a una silueta borrosa entrando a ese almacen.
El sonido que emitían los pasos al contacto con el agua y barro del lugar, la desesperaban e incrementaban el dolor de cabeza.

—Mira quien ha llegado! Tú novio el carcelero

Hierro forcejeaba intentando quitarse de encima las manos de los dos hombres que lo escoltaban hasta una silla de metal.

—S-sueltenme! Dónde se llevaron a mi hija!?

En cuanto Zulema escucho aquello, alzo la vista y las fuerzas volvieron a su cuerpo, como si una inyección de adrenalina la hubiese revivido y forcejeo chocando las cadenas contra el tubo de metal que la aprisionaba.

—Les juro que si le hacen daño a mi hija v-van a desear estar muertos...

—Tranquila morocha, la niña esta bien... por ahora

—Dónde coño esta!

Apenas preguntó, el llanto de Seren inundo la habitación pero no se alcanzaba a ver de donde provenia. Y eso llenó de miedo a Zulema.

Después el llanto cesó de un instante a otro y a Hierro lo llevaron a otro sitio pero como él no paraba de gritar y forcejear... se necesitaron algunos golpes, tan fuertes que hasta Zulema pudo sentir con dolor.

El silencio y la oscuridad reinaron algunos minutos alrededor de la mora.

—Joder...
Se quejó y sobo sus muñecas en cuanto le quitaron las cadenas de las manos y movieron la silla para que estuviera frente a frente con el lider de la banda.

El la observaba atentó y con una sonrisa llena de frialdad.

—Y bueno? Que hacemos Zulema?

La mora levantó la vista y le sonrió de la misma forma.
No iba a ceder ante nadie y si tenia que matar a todos en esa habitación, lo haría con tal de proteger a Hierro y a su hija... su familia.

—Negociar, que más?

—Venga pues, como quieres negociar? La vida de Antonio a cambio de los millones que me debes? O será la vida de la niña?

Zulema rodó los ojos sin quitar esa sonrisa.

—Antes que nada, esto es entre nosotros dos, me vendría bien que saques a este par de pringados de aquí.

Señalo a los escoltas y después se recargo en la silla sin preocupaciones.
El hombre asintió y les dio la orden de salir, ya que el creía que ocurriría algo diferente, nada de que preocuparse.
Pero no conocia a Zulema.

—Bien y ahora? Tu decides

—Tienes un cigarro?

Él se lo dio y le ayudo a encenderlo

El humo escapó de sus labios para ir directo al rostro del hombre que esperaba al asecho cualquier señal para abalanzarse sobre ella y besarla. Le ponía desde el primer día en que hizo el trato con ella y había jurado que se iba a liar en cualquier momento.

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