segunda confecion

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Un aura oscura y tenebrosa, como indicador de inminente peligro, despertó a los jóvenes dormidos en la sala.

Adormilados, miraron desconcertados enrededor, intentando localizar al posible enemigo que había perturbado su sueño. Lo único que vieron fue a una muchacha de pelo corto rosado tapándole el rostro, y a una peliazul con las manos en la cara, mostrando cansancio.

- ¿ Es que nunca nadie piensa en limpiar la suciedad que se deja ?- Sakura habló lentamente, en un tono bajo y suave que erizó el vello de todos los presentes.

Hasta ese momento, ninguno se había dado cuenta de que por la sala quedaron desperdigadas las latas de los refrescos y las bolsas de las papas que Ino sacó el día anterior.

- ¡ Yamanaka ! ¡ Baja ya !- la pelirrosa gritó tan fuerte que los chicos retrocedieron instintivamente, mientras que las jóvenes que dormían en el piso de arriba se despertaban de golpe.

- ¿ Qué pasa frente ?- Ino bajaba por las escaleras rascándose la cabeza y bostezando.

Sai se sonrojó al ver a la joven. Iba con su larga melena rubia suelta, llevaba una camiseta de tirantes que se amoldaba a su cuerpo y un pantaloncito muy corto. Caminaba dando tumbos, agarrándose a la barandilla de la escalera para no caerse del sueño.

- Todo el maldito comedor está sucio. Estoy cansada de tener que recogerlo yo, cerda. Te quejarás de que te llame así, pero es que te va como anillo al dedo.- Sakura estaba realmente enfadada, y tamborileaba con el pie el suelo.

Al ver a Sai sonrojado y recorriendo con avidez la figura de Ino, los demás chicos se dieron cuenta de que las kunoichis estaban en pijama.

Sasuke no podía apartar la mirada de Sakura. La pelirrosa llevaba un pantalón tan corto como el de Ino, y una camiseta ancha, que casi sobrepasaba la largaria del pantalón. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, y miraba a la rubia con una expresión asesina. El pelinegro apartó de golpe la mirada de la chica. Él no podía estarse fijando en la molestia rosada de su equipo. En su compañera. Por supuesto que no.

Por otra parte, Naruto tenía los ojos tan abiertos que parecía que se le fuesen a salir de las órbitas. Su mirada fue atraída como un imán por Hinata, que se había sentado en el sofá a mirar entretenida la pelea entre sus dos amigas. La peliazul únicamente llevaba una camiseta que le venía hasta medio muslo, y que era tan grande para ella que se le escurría, dejando al descubierto la blanquecina piel de su hombro mientras que abajo solo llevaba ropa interior tapada por la misma camiseta.

* ¿ Qué estás mirando ?- Neji le habló a Naruto de una manera tenebrosamente calma.

* N-nada. ¿ Qué voy a mirar, 'ttebayo ?- el rubio se rascó la nuca riendo nerviosamente, reuniendo toda su fuerza de voluntad para no mirar a Hinata.

* Más te vale, porque como sigas mirando de esa manera a mi prima, te voy a...- pero lo que iba a decir no se supo, pues en ese momento llegaba a la sala Tenten. La imagen de la chica dejó mudo al Hyuga, que nunca imaginó poder ver así a su amiga.

La castaña se había soltado el cabello de sus habituales moñitos, y ahora lo llevaba a un lado, recogido en una trenza maltrecha de moverse en la cama. Su atuendo era como el de Hinata, pero con una camiseta del clan Hyuga.

* Neji- habló Shikamaru- ¿ Esa camiseta no es tuya ?

El castaño asintió, aún anonadado por la imagen de la chica, que en ese momento se había puesto a ayudar a Hinata a recoger la sala, mientras que Sakura e Ino continuaban peleando.

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