Tercera confecion

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Se llevó las manos a la cabeza y masajeó sus sienes con cansancio. Su cara reflejaba la molestia que sentía, y soltaba suspiros cada cierto tiempo, regañándose a si misma por su inseguridad. Ino Yamanaka era extrovertida, segura, explosiva. Siempre había sido así y siempre lo sería, no podía dejarse vencer por un sentimiento, y más si este era debido a un hombre que la llamaba hermosa sin sentirlo.

Sí, es cierto que al princio se sintió halagada, deslumbrada. Ningún chico le había llamado de esa forma y con tanta dulzura.

Dulzura, se repitíó en su cabeza con amargo sarcasmo. Eso había pensado ella al principio, pero al parecer estaba equivocada. Debía admitir que le encantaba que llamase a Sakura, su eterna rival, feíta, pues eso significaba que le había ganado en algo. Aunque fuese en un adjetivo no sentido que no le aportaba más que tristeza.

Se había desahogado ya con sus amigas, y se sentía mejor. Pero el rostro de Sai seguía en su cabeza, y aunque las chicas le habían dicho que él también la quería, ella era reacia a ese pensamiento. No quería ilusionarse, pues Sai era incapaz de amar. Y no lo culpaba, ¡ por supuesto que no lo hacía ! Lo amaba con todo, pero era francamente deprimente el pensar que no podría tenerlo.

Si tan solo pudiese creer lo que le decían sus amigas...

Sacudió la cabeza con fuerza. No debía pensar en eso. Cuando acabase esa especie de misión, volvería a la aldea, y todo seguiría como siempre. Y si Sai de verdad se le declaraba... bueno, simplemente sería la mujer más feliz del mundo.

Los chicos observaban curiosos a la rubia. Sospechaban que estaba teniendo una lucha mental, pues no paraba de murmurar cosas que no alcanzaban a escuchar y de fruncir el ceño. Era bastante gracioso verla mover la cabeza de un lado para otro, mientras se retorcía las manos al más puro estilo de Hinata.

- ¿ Pasa algo, Yamanaka-san ?- 

Ino dio un respingo y se giró rápidamente hacia donde provenía la voz. Suspiró aliviada al ver que era la pequeña matsuri. No le apetecía tener que enfrentarse a la mirada indiferente pero inquisidora de Sakura.

- No me llames Yamanaka-san, matsuri-chan. Solo Ino. En confianza, ¿ si ?

- Como gustes. - la castaña sonrió torcidamente- Estamos aquí encerradas en contra de nuestra voluntad. Y no podemos hacer nada.

- Es totalmente frustrante. Pero es así.

- Lo sé. Pero me gustaría no tener que hablar de mí, ni de ningún tipo de... sentimiento- dijo Matsuri con desprecio, pero su voz tembló un poco, mostrando el miedo que realmente sentía por tener que abrirse a las demás- No soy precisamente buena en eso.

- Ya.- Ino le sonrió con confianza. Le caía bien esa chica. Era como Hinata, pero a la vez tan diferente...- Ambas sabemos lo que vas a decir, ¿ no ?

- No... no lo sabemos, ¿ verdad ?- preguntó Matsuri temerosa.

- Sí, sí que lo sabemos.

- Pues menuda mierda.

- No imaginaba que la Tierna Matsuri hablase de esa manera.

- Pues la " Tierna " Matsuri se canso y te va a meter un golpe por el culo como vuelvas a llamarla Tierna por que no lo soy.

- Hai, hai, ya lo pillo. No diré en voz alta que estás enamorada de un pelirrojo con complejos de demonio

6 Secretos Por DescubrirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora