Progreso

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Uchiha Sasuke no podía dejar de rumiar la humillación que había sufrido. Y le preocupaba que realmente no le importase. La mirada fiera de Sakura a centímetros de su rostro había despertado algo en él que no sabía que tenía. Una mezcla entre anhelo y dolor que le había dejado un sabor amargo. Los ojos de Sakura eran jade al rojo vivo. Y solo con mirarla sentía que se quemaban sus maneras, su porte tranquilo y su indiferencia. Los trozos rotos de Sakura eran afilados y le estaban cortando.

- Creo que voy a quedarme ciega- Matsuri entrecerró los ojos al sentir los rayos del sol quemándole.

El sol brillaba con fuerza, como desafiando a la tormenta de horas antes. El bosque resplandecía con su luz, y las gotas de lluvia parecían pequeñas perlas acariciando las hojas.

- Es hasta bonito- Tenten se recolocó algunos mechones de pelo que se le habían salido del peinado- Aunque me gustan más los días nublados. Como las personas.

El bosque se reflejaba en los ojos oscuros de Tenten y Neji no pudo evitar pensar en lo bonito que era verla a contraluz. Y en que él era una persona nublada, con todo el dolor que arrastraba y la poca alegría que desprendía, y lamentó que Tenten se sintiese atraída por las personas nubladas como él. Casi se sintió culpable cuando deseó que no dejase de ser así.

- Creo que deberíamos irnos ya.- Sakura se colocó uno de sus guantes- Tengo ganas de llegar a Konoha, destrozar la oficina de Tsunade-sama y terminar de leerme algunos informes con tranquilidad, en mi casa. Sin verles la cara a estos seis traidores.

Y, acto seguido, pegó un puñetazo en el suelo que hizo temblar la tierra. Las rocas de la entrada de la cueva se desprendieron y esta quedó sellada.

- Mujer, eres demasiado problemática- dijo Shikamaru desde el suelo. Se encontraba muy cerca de la entrada y el temblor lo había tirado.

- Esta cueva sufre desprendimientos con facilidad. Así nos evitamos problemas.- la pelirrosa se quitó el guante con delicadeza, como si segundos antes no hubiese partido el suelo por la mitad.

- Sí, tienes razón- Hinata se apartó con gracia el pelo que le caía por los hombros- Es hora de volver a casa.

Las kunoichis estaban deseosas de llegar a Konoha, ajustar cuentas con la Hokague y no ver a los chicos en un tiempo. Descansar, asimilar lo que había pasado en esa casa perdida de la mano de Dios y fortalecer una vez más la coraza que habían abierto. Volver a Konoha significaba volver a la rutina, a la seguridad.

Temari frunció los labios. No creía que eso fuese posible a esas alturas.

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- Tsunade-sama- Shizune trató de no exasperarse cuando se encontró a la Hokage dormida sobre su escritorio- ¡Tsunade-sama!

La mujer rubia se sobresaltó y tiró todos los papeles que había sobre la mesa. Un par de botellas se rompieron en el proceso.

- ¡Estoy aquí, estoy trabajando, siendo tan productiva como siempre! ¡Mira cómo trabajo!

- La joven no sabía si reír o tirarle una silla. Esa mujer no cambiaría nunca.

- ¿Tienes algo que decirme, o me has interrumpido mientras trabajaba para nada?


Definitivamente, le tiraría una silla.-penso

6 Secretos Por DescubrirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora