Capítulo 4: Sig-Sauer P-226

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*Puede que este capítulo tenga contenido sensible*

Al llegar el lunes los alfas tuvieron que regresar a su rutina de todos los días. Despertando temprano para llegar a tiempo a sus trabajos, aquél que los ocupaba tanto cada día.

Al final Jin estuvo de acuerdo con ir con NamJoon, el cual ya en su casa lo trato con extrema dulzura, preocupándose por lo que el omega necesitara. Y le dió su espacio para no incomodarlo, ofreciendole un cuarto solo para él.

Jimin por su lado era observado por YoonGi mientras acomodaba la corbata de su traje, el omega dormía como un bebé, de lado con su pierna derecha sobre la almohada como si de YoonGi se tratase. Con la sabana blanca enredada en su pierna subiendo hasta su cintura tapando su lindo trasero, y dejando el resto del cuerpo desnudo a la vista, y subía hasta sus manitos en donde la mantenía agarrada.

Mi ángel.

Pensó el alfa mientras terminaba de arreglarse, acercándose lentamente y dejando un suave beso en el cabello rubio del omega con el que había compartido amor casi toda la noche, siendo las pruebas de esto las marcas en la piel lechosa del omega.

TaeHyung había hecho lo posible para cuidar de ambos omegas, quienes parecían uña y mugre con el otro. Siempre los podía ver juntos, entre abrazos y juegos, o en tan solo pláticas triviales. Y no se esperaba terminar durmiendo con dos omegas en su cama, pero JungKook no quería que HoSeok durmiera solo, pero tampoco él quería dormir lejos del alfa. Como a ninguno de los omegas le molestó la idea se la propusieron al alfa, quien casi se atraganta con su jugo; al saber que ninguno de los dos omegas le molestaba él accedió.

El gran tamaño de la cama de Tae serviría para esa situación, y entonces durmió con dos cuerpos que se aferraban al suyo, descansando en esa noche lo que no descansó en años.

YoonGi se mecia lentamente en la silla de su escritorio, mientras investigaba más acerca del tema que tanto le daba vueltas en la cabeza. No encontró mucho, hace unos años el dueño de los burdeles alcanzó altos ingresos y tan solo por tener un omega en cada lugar abierto. Se las arregló para conseguir más y el negocio próspero, consiguiendo abrir una compañia, años después la compañia fue pasada a otras manos. No se hizo público quién, ni ningún dato fue rebelado, solo han salido rumores de cosas sucias que ha hecho la compañia para seguir alcanzando el cielo.

—¡Estamos jodidos!—bufó molesto pateando el escritorio, haciendo que varias de las cosas en él calleran.

¿Quienes eran ellos para intentar acabar con algo tan grande? No podrían, claro que no.

Pero tampoco quería darse por vencido.

Los otros dos alfas tampoco tuvieron mucha suerte, obteniendo la misma información que YoonGi.

Días después los cuatro omegas pudieron encontrarse de nuevo, cuando los alfas los llevaron con ellos a visitar a TaeHyung, pero en realidad es que tenían un tema que discutir.

Mientras los omegas cocinaban luego de ofrecerse para hacerlo, ellos hablaban de lo que habían descubierto.

—Es lo mismo, nada—habló el alfa tomando más de su café helado.

—¿Entonces que hacemos, Hyung?

—No lo sé, supongo que esperar, querrán a los omegas de vuelta.

—¿Como lo sabes?—YoonGi guardó silencio, mientras respiraba profundo.

—Conseguí un permiso—y antes de que preguntarán acerca de eso, hizo a un lado un costado de su chaqueta, dejando ver un arma.

Pied Piper °[σмєgανєяѕє]° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora