𝐕𝐚𝐥𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐚

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Narra Nishinoya

Apenas escuché el portón abrirse corrí hacia la entrada, el auto del señor Uchiha se detuvo y Kuroo bajó con T/N en sus brazos.

Mi corazón al ver que llevaba sus ojos cerrados se saltó un latido, Tetsuro gritó y varias personas que ni me molesté en identificar se acercaron, yo estaba ahí mirándola. 

—Reacciona Nishinoya—. Kinoshita me sacudió y tomó mi cara entre sus manos. Parpadeé. 

—No eres de ayuda si te quedas aquí parado—. Me dijo con un tonto serio. —Ve y ayuda en algo—. Demandó y fue suficiente para hacer que comenzara a correr en dirección a la casa.

Entro y todos estaban con rostros preocupados, algunos incluso pálidos. Subí las escaleras hasta el cuarto de la chica, la puerta estaba abierta, Kuroo estaba sentado junto a ella, Yachi levantó su polera y dejó ver las heridas.

—Tiene que ir al hospital—. Hitoka dijo con una voz tiritona. —No puede—. El abuelo de T/N entró a la pieza con un rostro preocupado.

—La asociarán con el incidente y harán preguntas sobre las armas que les entregué a los chicos—. Explicó. ¿Armas?

—Tienes que hacer algo Marx—. Kuroo se paró y miró al señor Uchiha fijamente, el anciano asintió.

—No creas ni por un segundo que no haré todo lo que esté a mi alcance por mi nieta—. El Uchiha se giró y salió de la habitación, entró una señora anciana y baja.

—Chiyo, te la encargo—. La voz del abuelo pidió antes de desaparecer por el pasillo.

—Hola niños—. Sonrió la señora de apariencia amable, lleva su cabello blanco atado en un tómate y se apoya en un bastón en forma de jeringa. 

La señora caminó hasta T/N y analizó sus heridas, me pidió a Kuroo y a mi que abandonáramos la habitación por un segundo y cerró la puerta, ambos nos sentamos en el pacillo con la cabeza pegada al muro.

—¿Qué pasó?—. Pregunté sin mirar a Kuroo a la cara, solo miraba un punto fijo en la pared.

—Íbamos a detener el asalto cuando uno de los ladrones sacó un arma, intentó dispararle a Daichi y el disparo hizo que los pacos llegaran y comenzaran a disparar balines—. Inhaló e hizo una pausa.

—Ella se puso frente mío y evitó que me llegaran a mi—. Escuché como golpeaba su cabeza contra la pared.

—Me siento culpable—. Admitió y lo miré, ambos teníamos el rostro lleno de tristeza y culpa.

—Yo ni siquiera estuve ahí—. Pensé, la voz en mi cabeza me culpaba una y otra vez.

La puerta se abrió y Hitoka nos miró con una sonrisa suave. —Despertó—. Susurró al borde de las lágrimas.

Nos paramos lo más rápido que pudimos y corrimos a la habitación, T/N estaba acostada con una sonrisa forzada en su rostro.

—T/N—. Suspiré con una sonrisa en mi rostro, ella giro su cabeza y me miró, se puso roja y gritó.

—ESTOY EN CALZONES—. Se tapó la cara con la manta. 

—Rayi no se te ve nada, estás con una manta encima—. Hitoka la calmo y T/N sacó su carita de debajo de su sábana.

Kuroo caminó y se sentó junto a ella. —No teniai porqué ponerte delante mío, era yo quién tenía que cuidarte—. La miro preocupado, T/N levantó una de sus manos y le acarició la mejilla.

Weon Hinata weonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora