Weon Hinata weon

𝐖𝐞𝐨𝐧 𝐇𝐢𝐧𝐚𝐭𝐚 𝐰𝐞𝐨𝐧

10 años más tarde

Narra T/N

—APURA LA WEA—. Saeko me golpeó la puerta de donde estaba intentando que me entrara el vestido de mierda.

—NO ME ENTRA EL ROLLO—. Me quejé intentando cerrar el cierre, la Tanaka abrió la puerta y me miro con cara de pico.

—Inhala weona—. Me pidió y obedecí, pescó el cierre y lo subió a la fuerza. Exhalé y sentía que iba a rajar la wea en cualquier momento.

—¿Te lo probaste antes?—. La rubia me miro decepcionada.

—Sí, pero el Noya me preparó desayuno hoy y me inché.

—¿Que desayuno?

—Algo piola.

—Dime que desayunaron T/N

—Pizza con doble queso.

—LINDA LA WEA, SE CASAN TUS MEJORES AMIGOS Y TÚ INCHADA COMO LA VIEJA CULIA DE HARRY POTTER—. Gritó levantando sus brazos rendida, me reí de su reacción, por lo menos la pizza estaba rica.

—T/N puedes ayudarme con el—. Yachi entró hablando y paró en seco.

—Te ves preciosa—. Corrió a abrazarme, correspondí su gesto. —¿Que me estabas diciendo Hito?—. Pregunté.

—Si podías ayudarme con el maquillaje—. Pidió y yo asentí, volvimos a la sala donde todas nos estábamos preparando e Yachi se sentó frente a uno de los espejos.

—Te ves preciosa Kiyoko—. La voz de la Hinata menor sonó a mis espaldas, Natsu había cumplido dieciséis y me recuerda a cuando conocí a Shoyo.

Estaba concentrada maquillando a Yachi, pero me tomé un momento para mirar a Shimizu, el vestido parecía hecho para ella, el color hacía que sus ojos destacaran y todas sus curvas se veían preciosas, sobre todo la de su panza de embarazada.

—Aún no puedo creer que estés preñada—. Saeko se rió mientras se ponía los zapatos. —Pensar que por fin el aweonao del Ryu hizo algo bien, me enorgullece—. Le guiño un ojo a su cuñada y siguió en lo suyo.

Volví a concentrarme en el maquillaje de Hitoka.

Narra Nishinoya

—Hermano se te ve buen poto—. Le di una palmada en la espalda a Tanaka.

—Todo un papito—. Kinoshita se burló. El cabeza de talón se puso rojito, sigue siendo la misma guagua de siempre.

Me terminé de subir los pantalones y me di una vuelta frente al espejo, pasé una mano por mi pelo preocupado de que quedara bien peinado hacia arriba.

—¿Pa' donde tan peinado mi rey?—. Ennoshita se rió de mi mientras se ataba la corbata.

—A bailar con el amor de mi vida—. Expliqué guiñando un ojo.

—Que son lindos con la T/N—. Narita me sonrió mientras se acomodaba sus calzoncillos de Miguel Bosé.

—Me refería al Kinoshita, el es el amor de mi vida—. Miré al de pelo claro y me mordí el labio forzadamente, todos reímos, seguimos siendo los mismos tontos de siempre.