Verano

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Kim Taehyung conocía aquel rincón de la playa de Busan bastante bien, no era del todo secreto, pero era el más silencioso y apartado

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Kim Taehyung conocía aquel rincón de la playa de Busan bastante bien, no era del todo secreto, pero era el más silencioso y apartado. Lo había descubierto después de años de caminatas entre pensamientos un poco aturdidos. Hacía dos años que no iba allí, dos años desde que su abuela enfermó y las vacaciones se convirtieron en visitas para cuidarla e intentar que su salud se mantuviera lo más estable posible. Busan, que siempre había sido sinónimo de vacaciones alegres e inolvidables, era ahora un sitio melancólico.

Ese rincón era perfecto para pensar, o para no hacerlo en absoluto, era perfecto para leer y dejar ir su mente un rato; estaba lejos de la casa de su abuela, pero estaba cerca del hospital, y ahora era allí donde ella se encontraba y donde él pasaba la mayor parte de sus días.

Su abuela iba a morir, eso no era un secreto para nadie. Y su tía que también vivía allí y había dejado el trabajo por demasiado tiempo para cuidarla, ya no podía postergarlo más. Por eso él estaba allí, porque era su nieto menor y el preferido, y ella lo repetía cada vez que podía, generando la envidia de sus primos que no encontraban en absoluto qué tenía él de extraordinario a ojos de su abuela. Por eso, y porque su tía llamó apenas unas semanas después de que sus clases en la universidad hubiesen acabado, y le dijo que su abuela tenía algo para él y que era urgente que fuera a verla antes de que fuese tarde.

La noche en la que Taehyung llegó, su abuela todavía estaba despierta y, con apenas un poco de consciencia, puso en sus manos la escritura de la casa con su nombre estampado y un manojo de llaves. Y le repitió, como tantas otras veces, que eso era todo lo que tenía, y que era para él.

La mañana siguiente su abuela no despertó, y terminaron en el hospital con un médico informándole que había pocas posibilidades de que se recuperara. Y cuando Taehyung ingresó a la habitación esa noche para darle un beso y dejarla al cuidado de su tía, descubrió que ella ya no estaba allí. En efecto, estaba viva, respiraba, su pulso latía. Pero no estaba allí, porque sus manos eran frías y sus mejillas ya no tenían el color que tanto la había caracterizado.

Taehyung no volvió a casa esa noche, corrió a la playa, a su rincón tranquilo, y lloró con tanto dolor y tanto sentimiento que juraba que su corazón estaba hecho trizas dentro de su pecho. Lloró por horas sin poder calmarse, sin poder detener los quejidos lastimeros que se le escapaban. Lloró hasta que se quedó dormido en esa silla plástica comunitaria, y se despertó a primera hora de la mañana siguiente, cuando el sol le dio de lleno en la cara apenas amaneciendo.

Y desde entonces, solo esperaba. Porque ir al hospital era en extremo difícil, porque su esencia, su olor a galletas, y lo cálido de su hogar ya no estaba allí, y cada día era una tortura. Ahora él solo quería que pudiera descansar, que se fuera tranquila, para que ninguno de los dos tuviera que sufrir más. Pero no pasaba, y Taehyung llevaba un mes de esa forma. Un mes ocupando esa tumbona por las tardes, cuando se suponía que debía ir a casa a comer y a descansar. No se iba porque tenía esta sensación de que apenas se apartara mucho, iban a llamarlo para darle la noticia.

Como en aquel verano - Taekook (kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora