El festival del mar en Busan era, cada año, una atracción para turistas jóvenes; con sus largas jornadas de conciertos, concursos de baile y muestras de arte, la atmosfera se prestaba para vagar entre el gentío y los eventos durante todo el día, la totalidad de los días que duraba. Esas primeras jornadas de agosto las calles de la ciudad se veían repletas de adolescentes y jóvenes que arribaban hasta allí para extender los últimos días de sus vacaciones antes de tener que volver a las clases y trabajos de medio tiempo que los dejaban exhaustos.
Su abuela había comenzado a llevarlos a él y a Wheein cuando tenían trece años, a pesar de no encontrar cosas de gran interés allí, a ella le parecía la oportunidad perfecta para consentirlos antes de que tuviesen que separarse.
"Es porque me encantan los fuegos artificiales" ella les había respondido con una sonrisa pintada en el rostro cuando a los quince años se les había ocurrido preguntarle por qué insistía en ir, si el volumen de la música solía marearla después de unas horas.
Fue otra de las tantas tradiciones que se instaló entre ellos sin que se dieran cuenta. Wheein y él crecieron, y esperaron esos días con la emoción propia de quién espera todo el año esa ocasión en la que se vuelve liberador cantar a los gritos y saltar con el calor y la emoción de los desconocidos rodeándolos. Y a pesar de que elegían la ropa, hablaban sobre maquillaje, trajes de baño y los artistas del momento, de forma natural, también terminaron apartando un día de la semana en la que arrastraban a su abuela a ver los fuegos artificiales.
Ese verano a sus veintidós, cuando Taehyung se esforzó por terminar sus exámenes de inmediato, por ganar todo el tiempo posible para partir a Busan en el mismo instante, se encontró con un panorama que le partió el corazón. Ahora que lo sabía, que estaba asustado por la salud de su abuela, se permitía viajar a verla en cada oportunidad que se le presentaba, sin importar que no fuese verano, ni que las visitas fuesen totalmente efímeras. Llevaba un año así, luchando y negociando con sus padres las vacaciones y los días festivos; a ellos les parecía egoísta que llevara tanto tiempo poniéndolos por debajo de su abuela, regresando poco a Daegu, y a él, que ellos no viajaban a verla lo suficiente. La última vez que la había visto, dos meses atrás, Suni todavía estaba bien; continuaba olvidando cosas, de vez en cuando se detenía en medio de sus acciones y quien estuviese a su alrededor tenía que recordarle qué estaba haciendo, pero más allá de eso, todavía podía llevar una vida normal. Sin embargo, ese nuevo verano su abuela no estuvo en la estación cuando bajó del tren para abrazarlo, como cada año, ni siquiera con la compañía de su mejor amiga.
Ese verano Taehyung llegó a su casa para encontrarla durmiendo plácidamente cuando daba el mediodía, aunque ella siempre había sido una persona que disfrutaba de levantarse muy temprano y de aprovechar las mañanas. Ese verano vio a Wheein todavía un poco alterada y dudosa cuando preguntó qué sucedía.
"Las cosas no van muy bien" ella le dijo, y Taehyung le prestó más atención a los papeles que la rodeaban y se extendía al completo en la mesa de la cocina "Se supone que está bien de salud, todos sus órganos funcionan correctamente, no tiene ninguna otra cosa más, salvo un poco de artritis" dijo señalando los sobres de estudios médicos con el sello del hospital "Pero no deja de quejarse de diferentes dolores, él médico nos explicó que puede ser una consecuencia del Alzheimer. Le causa ansiedad no recordar, y la ansiedad le provoca hipocondriasis. Ya casi no recuerda a su hija, confía más en mí que en ella".
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Como en aquel verano - Taekook (kookv)
Fanfic[Disponible en físico ✨📚] Es verano, es Busan. Y Jungkook conoce a Kim Taehyung, y tiene la certeza de que lo que lleva por dentro se siente, por primera vez, como amor genuino. Pero el verano se acaba y la suya es otra de esas historias entre mile...