Jungkook había estado tan ocupado por esos días que hasta le había costado un poco dormir por el agobio. Los horarios en el trabajo habían sido una locura de rotaciones y reemplazos y las tareas de la universidad se habían ido acumulando en una pequeña pila que nunca llegaba a acabarse. Cuando su jefe le comunicó la fantástica noticia de que tendría el fin de semana libre por primera vez en un tiempo, decidió que esas horas de insomnio debían ser de utilidad; así fue que dio su mejor esfuerzo terminando todo para poder disfrutar de ese tiempo por completo.
Con la llegada de la primavera el sol comenzaba a alumbrar hasta más tarde y el viento ya no les congelaba el rostro como hacía semanas atrás; si Jungkook olvidaba su bufanda, como le sucedía seguido, podía confiar en que no moriría de frío. Seúl se veía verde, comenzaba a florecer de a poco y todo el mundo parecía estar emocionado. Los primeros pétalos de los cerezos comenzaban a observarse, y también de la mayoría de las flores, que iban pintándolo todo color. Con ese clima, le apetecía muchísimo salir.
Desde el primer momento en el que supo que tendría días libres, sus intenciones habían sido preguntarle a Taehyung si sus horarios coincidían, para que pudieran pasear, caminar y tal vez que todos disfrutasen de un picnic debajo de los árboles. Pero fue el chico quien llamó primero, estaba libre ese mismo día después de la escuela y quería que Jungkook pasase por él.
Dentro de él había un anhelo secreto que explotaba cada vez que Taehyung hacía algo como eso, Jungkook lo veía como pequeñas señales. No podía decirse que todo estuviese volviendo a la normalidad, porque dudaba que alguna vez hubiese habido una que no fuese a medias o fingida; lo cierto es que estaban en camino, uno que no sabían adónde conducía, pero estaban marchando y eso era lo importante al comenzar.
Lo esperó afuera, cerca de los escalones del edificio. Había límites y Jungkook quería respetarlos lo máximo que le fuese posible, había pasos que no se podían apresurar ni saltar, espacios que no se podían invadir; y él lo entendía ahora. Por eso había tomado dos paraguas en vez de uno cuando el televisor en el trabajo anunció que las probabilidades de lluvia eran inminentes esa tarde que había comenzado tan cálida. Por eso Jungkook esperó unas calles cuando por fin estuvieron juntos, antes de revelar el pequeño diente de león que había cortado para él.
—Gracias —murmuró Taehyung al verla, y esa palabra le inundó el rostro y le llegó hasta los ojos.
—Es tonto —respondió Jungkook; los dos fueron conscientes que, en realidad, el gesto era simple pero significativo —Pensé que te gustaría.
—Lo hace —Taehyung le aseguró, sin poder ocultar por más tiempo la sonrisa que intentaba guardar.
Jungkook fue capaz de captar el momento en el que Taehyung recordó el verano, y esa flor que él le había colocado detrás de su oreja para tomarle una foto; cuando el chico la enganchó en el borde del bolsillo de su suéter, él también recordó Busan.
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Como en aquel verano - Taekook (kookv)
Fiksi Penggemar[Disponible en físico ✨📚] Es verano, es Busan. Y Jungkook conoce a Kim Taehyung, y tiene la certeza de que lo que lleva por dentro se siente, por primera vez, como amor genuino. Pero el verano se acaba y la suya es otra de esas historias entre mile...