Desde que su bebé nació no dejaba de leer libros y ver vídeos sobre el cuidado de los primeros meses de edad. Aquel niño era el consentido de Severide quien era su padre con el acuerdo de que no le quitara importancia a las ordenes de sus madres.
—Donde esta mi gordito —Dijo Shay mientras dejaba las bolsas de la compra en la entrada.
—Mira quien llego, es mamá —Anuncio Severide.
—Al fin, moría de hambre —Dijiste tomando las bolsas, donde en una de ellas venían tus dulces favoritos.
—Creo que lo dije millones de veces —Le quito el bebé a Severide —no lo tomen en brazos, eso hará que sea un niño consentido y no sabrá defenderse cuando sea mayor.
—¿De que hablas, solo es un bebé? —Se burlo Severide al ver como colocaba al bebé en la sillita.
—Es el momento donde empieza nuestro deber como padres, creeme cuando tenga diez años sera un niño independiente —Dijo Shay segura de sus palabras —¿verdad, pequeñito?
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—¡T/n! Dile algo —Se quejo Severide.
—Less amor, deja al niño en paz —Dijiste volviendo al sofá. Leslie era la que mandaba en la relación, amaba a su hijo aunque no lo había dado a luz. Severide estaba siempre al cuidado de su pequeño, aunque solo el había sido parte de un trató de y de una noche que jamas olvidaría quería formar parte de la vida de aquel pequeño.
—Me lo agradecerán, ya lo verán —Dijo Leslie con orgullo, Kelly le resto importancia y tomo al pequeño en brazos.
—Ven con papá —Le dijo al pequeño quien sonrió —tu madre esta loca.
—Oye, no le digas esas cosas al niño —Lo golpeó la rubia —esta en la edad donde todo aprende.
—Solo tiene cuatro meses, ya superalo.
—Ven aquí —Le dijiste a Shay para que se calmara, la abrazaste dándole algunos mimos para que dejara de sofocar al pequeño.
—Pero...
—Shhh —La callo con un beso, que rápidamente fue correspondido.
—Oigan, yo también quiero participar —Dijo Kelly viendo a ambas mujeres besarse.
—Eres un pervertido —Te quejaste dándole un golpe, si que era cierto que habías disfrutado estar con el, pero había sido un acuerdo mutuo para que su hijo llegara al mundo. Shay no era celosa al verte con Severide, veía normal la situación después de pasar casi un año viviendo en la misma casa y ahora tenían un bebé que los unía mucho mas.
—Quería que tuviera tus ojos, pero la genética de Severide es fuerte —Dijo Shay mientras observaba al bebé, amaba a la familia que tenia, no la cambiaría por nada en el mundo.
