14.-¿Otro clásico de magia negra?

39 24 5
                                    


Dos semanas a caballo era lo que tardaba Emerson y su gente en llegar a su reino. Durante el largo camino los bosques se convierten en selvas, donde la humedad y el calor predomina en el ambiente, para después subir en las montañas y trepar entre las grandes rocas y cascadas, entre una nieve que apenas empezaba a caer, al fin llegaron a su meta: el esplendor de un majestuoso castillo de colores cambiantes les daba la bienvenida.

Hogar dulce hogar, pensó con orgullo Emerson, el actual lord de Alejandrita, sus ancestros habían hecho un gran trabajo arquitectónico que representaba el hogar y el origen de la magia blanca. La preciosa piedra Alejandrita decoraba la mayoría de las paredes del castillo y al igual que una parte de los hogares de sus habitantes, por lo cual todo el reino poseía constantes cambios de color: entre un blanco, distintos tonos de rosas al igual que azules. Era un espectáculo definitivamente, y de noche, no tenía comparación alguna, las estrellas eran reflejadas en la bella piedra Alejandrita, provocando una lluvia de destellos de colores por todo el reino.

El lord se encaminó con su gente a saludar a todo el mundo y a entregarle las buenas noticias traídas de su viaje. Casi todas las piedras preciosas de su reino habían encontrado a su portador, lo cual era una alegría y dicha para el reino. Lo malo es que Emerson se encontraba aún en los que no lo consiguieron, pero no perdía las esperanzas como muchos otros.

Al anochecer, tras un pequeño descanso, los grandes guerreros con su lord se encargaron en entregarle a los afortunados su apreciadas almas gemelas que aún seguían dormidos. En una de las camillas venía el artesano, el lord se alegró de verlo y se encargó personalmente de llevarlo a su destino. Philip ayudó mucho a la investigación de Ilea como a la realización de las metas para corregir el daño, y de seguro será una herramienta muy importantes más adelante, por lo cual se alegraba por tenerlo dentro de su reino.

Una pequeña casa a las afueras de la gran ciudad era el destino del artesano. Emerson se preocupó ya que el hombre que llevaba probablemente necesitaba unas 5 de esas para no sentir claustrofobia. El lord conocía a la dueña; era una pequeña brujita que vivía tranquilamente en su reino, se había quedado sola a partir de la muerte de su madre hace unos años, lo cual era en verdad un misterio ya que nadie en el reino sabía las causas de su fallecimiento. Pero a pesar de todo se le quería a la brujita, era tímida y prefería la soledad, nunca demostró una gran habilidad en la magia pero era buena prediciendo el futuro y poniendo mantos de buena suerte, por lo cual la gente de su reino la quería y de donde ella tenían la mayor parte de sus ingresos.

Emerson la saludó amablemente al entrar en su casa, llevando con él al artesano, la cara de la emoción de la brujita era digna de un cuadro: brincó de euforia, con risa y curiosidad, y por último unas lágrimas de felicidad bañaron su tierno rostro. Definitivamente era algo contagioso , él y otro hombre que entraron cargando al artesano prácticamente querían brincar con ella. La brujita les indicará que dejaran a Philip en su habitación, que era la única de la casa, pero no menos acogedora que el resto de la misma, o mejor dicho cabaña de madera clara, que causaba una gran curiosidad a cerca de la opinión que iba a tener el artesano al despertar y verla.

El lord junto con su acompañante se despidieron de la brujita y partieron hacia el lugar donde las últimas personas dormidas en camillas estaban, pronto iba a amanecer y Emerson calculaba que antes de eso todas las almas gemelas iban a estar con sus respectivos compañeros.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Otras tres semanas largas en un navío; Nadira no sabia que mas hacer ya para calmar su aburrimiento: en la mayor parte del tiempo le ayudaba a los dos cocineros a bordo del barco a preparar todas las comidas que se servían, pero aun así no era mucho, no porque no quisiera, si no que no le dejaban hacer más. Ella por ser la compañera del lord estaba prácticamente en un pedestal que nadie podía tocar, eso sí con la molesta excepción de que Balder aprovechaba cada momento para hablarle, hacerle enfadar, y en peor de los casos tocarla. Las subidas al hombro como saco de papas se hicieron prácticamente una tradición cada vez que ella salía en un atuendo que el lord consideraba "subido de tono", después de lo cual se llevaba una acalorada discusión dentro del camarote de ella, donde acababan en un beso aún más acalorado que Nadira no podía negar y Balder en no robarle, continuando con enojos y por último ella salía ganando usando lo que ella quisiera.

Piedras preciosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora