Nadira se sentía tan relajada como nunca en su vida, apenas se había despertado, y miraba fijamente al lord de la obsidiana que seguía dormido y desnudo en su cama. Tan rápido que habían cambiado las cosas, pensó la sanadora; su mano acariciaba el duro pecho masculino que se movía levemente por la respiración. Balder definitivamente era alguien muy hermoso, pero no de una belleza simple, sino atrayente y misteriosa.
Un fuerte golpe sacudió todo el barco e hizo que el lord se levantara de un brinco. Nadira se espantó enseguida, por que algo así; solo podría significar que chocaron con algo... o con alguien.
Un chirrido que rasgó todo el fondo del barco vino a continuación. Balder se visitó rápidamente y salió a la popa del barco en menos de un minuto, Nadira por su parte tardó un poco más en salir. Pero cuando lo hizo vio el caos total que reinaba en la popa del barco: los guerreros corrían de un lado a otro tomando armas y preparando los cañones, dos de los hombres gritaban con todas sus fuerzas, dando órdenes a diestra y siniestra a todos los marineros... Nadira seguía sin entender nada de lo que estaba pasando. Localizó al lord hablando con uno de sus hombres de alto mando, y como imanes sus miradas se encontraron. La sanadora vio el tormento dentro de los ojos de Balder y supo que las cosas estaban más que críticas. Con ese pensamiento en mente la sanadora corrió hacia el lord, no sabía qué más hacer pero al menos a su lado se sentía más segura.
Cuando todos los hombres estaban listos y Nadira protegida cerca del lord, el silencio reino...
Todos esperaban un mínimo movimiento del enemigo, una señal de donde se encontraba, o al menos, una percepción de lo que estaba pasando. Pero el silencio reinó y reinó...
Hasta que unas suaves voces femeninas sobrepasaron el sonido de las olas, y todo se fue al carajo. Levantaron un lento cántico que envolvió todo el barco y los hombres de este fueron como abejas a la miel a los bordes del navío. Todos y cada uno de ellos dejó su puesto, sus armas y sus responsabilidades por irse a asomarse a ver lo profundo del mar. Nadira los llamaba y los llamaba, pero al parecer ellos solo podían escuchar los melodiosos cánticos. Entonces lo entendió: rápidamente la sanadora rasgó su delicado vestido, formando con los pequeños trozos unas pequeñas bolitas tapando con ellos los oídos de los marineros uno por uno. Cuando dejaban de escuchar el cántico, ellos reaccionaron y volvieron en sí, ayudando y repitiendo las acciones de la sanadora con sus demás compañeros. Cada vez había menos hombres que aún escuchaban y a unos pocos los tuvieron que detener antes de que se aventaran al agua sin ninguna pizca de conciencia presente.
Todos se miraron por un momento verificando que nadie faltara de tapones en los oídos, una vez más la situación estaba teniendo algo de control. Pero el nervio y la tensión se podía cortar con un cuchillo en el aire, los habían desarmado como si fueran niños de 5 años, Balder recordó agradecerle después a su sanadora, si salían de esta claro...
Todos los hombres volvieron a tomar sus posiciones y El lord pudo respirar un poco. con decisión y respaldado por sus guardias, Balder se asomó para ver el terrible mar. Y lo que vio era digno de relatos sobre el infierno...
Una criatura de cabeza ovalada y de grandes dientes, sacaba su enorme cabeza del agua, aparentemente no tenía ojos pero si unas garras de puntas negras al igual que toda ella, que se incrustaban con facilidad en la madera del barco, y que poco a poco, le ayudaba a subir a cubierta del mismo.
- Ninfides...- Murmuró el lord y toda la tripulación palideció.
Eran famosas entre las leyendas de los marineros, pero poco se conocían de ellas, ya que hasta ahorita solo hubo un sobreviviente de su ataque, y ahora todos entendían el porqué.
La horrible criatura seguía subiendo por las paredes exteriores del barco, pero por suerte hasta ahora se ha mostrado lenta. Y por desgracia, uno de sus hombres avisó que no era la única. Rápidamente todos se movieron preparando los cañones, en el momento en que la criatura pasará a lado de ellos, iban a disparar.
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Piedras preciosas
FantasyQuiero un amor verdadero... Entre los besos mas calientes... Entre unos brazos cariñosos llenos de pasión... Una alma busca a la otra a través de las colinas, por encima de los mares, por grandes acantilados, en los reinos muy lejanos; para unir su...