Luego de otra discusión, la cual la razón de esta fue que Samuel quería que se ducharan juntos. A lo que ____ rápidamente se negó rotundamente. El solo suspiro resignado y fue a ducharse primero, mientras que ella fue a uno de los otros baños del pent house.
Samuel estaba saliendo del baño, ya vestido solamente con un pantalón de pijama muy cómodo. Y con una toalla secaba su cabello, cuando fue interrumpido por ____. Esta tenía puesto un albornoz blanco de seda y una toalla en la cabeza. El solo la miraba gracioso— ¿Necesitas algo cariño? —
—A decir verdad sí. No tengo nada que ponerme, aquí solo está mi ropa interior —dijo con voz obvia—y mi ropa esta toda mojada y la maldita secadora no quiere servir—
— ¿Acaso olvidaste como solías dormir aquí? ¿Y que eso era lo único que usabas?—Pregunto con voz picarona—Y también que dormías con alguna de mis camisas o…—____ lo interrumpió—
—No lo digas. Ya lo recuerdo—dijo rápidamente. No hacía falta que él le recordara que dormía desnuda sobre su fuerte pecho luego de haber hecho el amor por horas. Eran insaciables. Esos pensamientos los borro inmediatamente—Solo dame una de tus camisas y punto—
—Está bien, calma—Samuel busco en el gran armario, donde habían trajes elegantes y caros. Sin contar los numerosos pares de zapatos y corbatas. En unos de los tantos cajones consiguió un suéter negro, con capucha y bolsillos. Pensó que ese la abrigaría bien. Lo tomo y se lo lanzo—ese debería estar bien. ¿O prefieres la otra opción? —Dijo Samuel subiendo y bajando las cejas con una sonrisita de lado—
—Estoy completamente segura de que este suéter servirá. Gracias—dijo cortante, para luego dirigirse al baño y cerrar la puerta—
El solo sonrió. Le gustaba hacerla enojar. Se sentó en la cama esperando que ella saliera. Cerró los ojos y comenzó a pensar. No quería volver a perderla ni a ella ni a Ruben. Sonrió al recordar el nombre de su hijo. Quería prometer que no la lastimaría otra vez. Juraría que no lo haría de nuevo. Quería ser el mejor esposo del mundo. Y también el mejor padre. Quería amarla eternamente. Hasta el final de sus vidas. Quería darles a su hijo, y también futuros hijos, una vida llena de alegría y felicidad, pero sobre todo amor—
— ¡Samuel! —levanto la voz ___ al ver que el no le respondía—
—El solo se sobresaltó, y luego se percató que la tenía tan cerca de su rostro. Sus labios. Eran una condenada tentación para él. Quería besarla. —
— ¿Estas allí? —Dijo ___ pasando su mano de un lado a otro frente a la cara de Samuel—
—Saliendo otra vez del trance, pero esta vez un trance provocado por ella. —Sí, sí. Estoy bien. Solo pensaba—dijo parándose haciendo que ____ retrocediera—
—Bueno… buenas noches—dijo ____ dirigiéndose a la puerta pero las manos de Samuel la tomaron por su cintura haciendo que diera la vuelta y que quedara pegada a él—
—No, no. Tú dormirás aquí conmigo. Después de todo es nuestra habitación—dijo con voz suave. No quería asustarla, ni mucho menos sonar con un mandón-