Capítulo 20

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Agradecida con todos aquellos que dedican su tiempo con comentarios y votos a la historia. Se les quiere <3

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El precio


Peter despertó desorientado al verse en un lugar desconocido, sin saber que era buscado por todo el pueblo debido a la doble muerte de las hijas de un ciudadano muy querido y conocido.

Tom Sworn, el sheriff.

Por supuesto que nadie sabía que Peter estaba escondido en la mansión Godfrey, aunque solo era cuestión de tiempo para que lo sepan.

Della no se había cambiado de ropa todavía ya que había vigilado a Peter junto a Roman. Ninguno de los dos había dormido. Por suerte, su ropa era negra y no se veían las manchas de sangre salpicadas en el jersey y el pantalón.

Dejó a los chicos solos mientras ella se iba a cambiar de ropa rápidamente, en cuanto se despertó Peter.

― Siento la cabeza como si una maldita danza de guerra ocurriera dentro ― se quejó Peter haciendo muecas ―. ¿Me arrastraste hasta aquí?

― No, la última vez que te vi, estabas en el suelo.

― ¿En el suelo?

― Chasseur te disparó un dardo ― confesó Roman.

Peter exhaló murmurando incoherencias acostado en la cama.

― Iba a llevarte. Intenté decirle que no eras tú, pero... ¡Carajo! ― se excusó trémulo Roman, sintiéndose culpable.

― ¿Qué? ― inquirió Peter sin saber por qué se ponía así.

― Debería haber sido más fuerte por tí.

― ¿Más fuerte?

― Intenté detenerla, pero ella tenía un arma. Así que me fui. Luego volví, pero ya no estabas ― frunció el ceño al contarle la siguiente parte ―. Después la maldita de mi madre me llamó... y me dijo que regresara a casa y te vigilara.

Peter volvió a mirar a Roman.

― ¿Tu mamá?

Roman asiente ―. Estuve dos malditas semanas en coma, y ni me preguntó cómo me sentía. Es raro, ¿no?

― No la juzgo ― murmuró por lo bajo.

― Como te decía, regresé, y ahí estabas con Della, pero ella no ― guardó silencio de repente, mordiéndose el labio inferior ―. Hay algo más.

Peter se asustó.

― ¿Letha? ― mencionó preocupado.

― No, ella está bien ― aclaró Roman ―. Alexa y Alyssa Sworn... El Vargulf atrapó a las hijas del sheriff.

― Maldición ― soltó ―. ¿Tuviste noticias de mi mamá?

― ¿A qué te refieres? ― se metió Della al volver ya cambiada.

Peter se exaspera un poco.

― Si los malditos saben de mí, saben de ella ― se levanta de la camilla del hospital en la que estuvo acostado Roman esa mañana.

― Quédate aquí ― tranquilizó Roman al verlo exhausto ―. Iré al tráiler a ver si está bien, ¿ok?

― Bien. Como quieras. Solo ve, por favor.

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