Capítulo 1

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El sueño

Advertencia: este capítulo tiene contenido explícito que puede afectar en la trama, dependiendo del punto de vista de cada unx.

Ese mismo verano

Hemlock Grove es un pueblo ubicado en el estado de Pensilvania, conocida prioritariamente por la mayor empresa de biotecnología que pertenecía a la familia Godfrey. Una familia déspota, odiada por sus habitantes. No había nadie en la ciudad que no conociera el nombre Godfrey.

Entre ellos se encuentra Roman, el hijo mayor de JR Godfrey, quien gobierna la sociedad adolescente con la arrogancia casual de un aristócrata de sangre fría y su estatus superior incuestionable, a pesar de su hermana monstruosa, Shelley, que debido a unas condiciones biológicas ocultan una inocente dulzura.

La matriarca de la familia, Olivia, usaba su poder cada vez que podía y hacía desplantes a todo aquel que no era de su clase social. Una razón por la cual no es del agrado de muchas personas, sin mencionar que poseía una gran belleza que competía con su otra hija, Della.

Una tarde los dos hermanos mayores fueron a la tienda de dulces en el centro de la ciudad. Roman se alejó de Della y persiguió a una mujer, que sugería cuál sería su oficio. En ese momento necesitaba quitarse las tensiones del día, y qué mejor demostrándolo guiándose por la lujuria.

Ambos subieron al auto rojo de un modelo antiguo de Roman, en el estacionamiento de atrás, rodeado de arbustos y a plena luz del día, bastante apartado pero no lo suficiente para pasar desapercibido.

Unos gemidos salen de los labios rosados de aquella mujer, sentada encima del regazo de Roman, y movía las caderas apurada, sintiendo el calor acumularse en su parte baja y rostro.

Al sentir que alcanzaba el clímax, Roman toma la hoja de afeitar encima de la guantera y se hace un corte en el dedo pulgar, comenzando a ver puntos blancos por el éxtasis.

Sintió el usual ardor en la herida infligida, y con la sangre que fluyó dibujó un círculo en el brazo de aquella desconocida, quien extrañada se dejó pues lo único que le interesaba era el dinero que le daría él después.

En cuanto Roman se vino, y el momento terminó, sacó un par de billetes y se lo tendió, luego de que se hubieran vestido.

― Esto es demasiado ― señaló ella, al ver el gran fajo de billetes que le dio.

― ¿Sabes cómo me llamo?

― Eres el chico de la tienda de dulces ― respondió, a pesar de saber su nombre.

Roman suelta una leve risa al momento de pasar el pulgar a su boca, saboreando la sangre que seguía saliendo.

Al ver que no se iba, Roman la echa y sale del vehículo regresando a la tienda de dulces.

Ahora que se sentía satisfecho podía enfrentar a Della, su hermana. Aunque no la veía como tal.

Para él siempre fue su interés amoroso desde niño pero, por razones que se dio cuenta después, se obligó a mantener una relación fraternal con ella.

Él había entendido que la forma en que veía a Delilah Godfrey estaba mal. Son hermanos. Por mucho que Olivia nunca corrigió sus actitudes incestuosas, Roman no quiere que Della fuera comidilla del pueblo.

Frente a él, se encontró a Della mirándolo enojada, con los brazos cruzados y apoyando su peso en una pierna.

― ¿Dónde estabas? ― cuestionó Della.

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