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Horacio traía una boba y tierna sonrisa en el rostro, mirando a el Superintendente dar vueltas por el despacho.
El contexto de el asunto es este; Gustabo y Horacio acababan de entrar a el CNP, luego de tragar mierda durante semanas lograron entrar, les costo bastante pero eso fue gracias a Jack Conway, el cuál les puso bien difícil el hecho de lograr entrar. Horacio le insistió demasiado a su mejor amigo que entraran a el CNP, ocupaba la excusa de que estaba interesado en el trabajo, cuando enrealidad este estaba interesado en poder estar cerca de el Superintendente, el de la cresta había visto a el mayor un par de veces por la calle, le llamo la atención su voz, la forma en la que imponía ante los demás, los ciudadanos de Los Santos temblaban cuando escuchaban la voz de el hombre levemente canoso, eso claramente llamo la atención de Horacio el cuál trato se acercarse a este hasta que lo logró y termino trabajando para el, bueno, Gustabo y el terminaron trabajando para Jack Conway y también entablaron una relación llena de cariño, bueno, Jack Conway los logro ver a ambos como sus hijos, pero Horacio no quería aquello, Horacio buscaba el "amor" de el Superintendente. (...)

Estaban una vez más en el despacho del Súper Intendente de Los Santos, una persona que a ojos del rubio era un cascarrabias, pero tiene su encanto. Pero esta vez no era por una de sus gilipolleces, sino, para "por fin" formar parte de esta grandiosa familia: el CNP.
Gustabo a priori no estaba tan de acuerdo, ser un madero no era lo suyo... Pero, había una cosa que le hizo cambiar de opinión rápidamente, o mejor dicho, alguien. Su mejor amigo de toda la vida: Horacio Pérez.
Alguien que tiene esas auras de justicia que te da envidia. A veces Gustabo siente orgullo por lo bien que formó a su amado Horacio. Mimándolo siempre con sus caprichos, ya sea pequeño o grande, y este, era uno grande. A la vez no quería ya que sabe el porqué de querer estar en este trabajo. Por ese viejo que se puede ver sentado en esa silla de cuero marrón oscuro. Odioso.
El de crestas siente algo por ese decrépito, y el rubio no puede decir o hacer nada, más que intentar ganarse el corazón de Horacio, lo cual lleva mucho haciéndolo, y este no se da cuenta.

Al menos la relación que tienen es buena, se cuentan todo, se conocen bien, se quieren mucho por sobre todo, y uno más que a otro.
También con el prodigioso Jack Conway, aunque ahí, bueno, medio raro pero hay cariño.

Jack daba explicaciones extensas de lo que trataba ser madero, se notaba que Gustabo no prestaba atención a lo que el mayor decía, en cambio Horacio estaba fascinado con esa sonrisa extensa que no tenía explicación, Conway noto aquello y claro que se molesto, odiaba ver a ese rubio de aquella forma, le molestaba el notar que este no le prestaba ni la mitad de la atención que necesitaba.

⎯Bien, anormales, larguense de una puta vez y prestenle atención al trabajo ⎯Se acomodo en su silla mientras hablaba y daba a conocer instrucciones básicas para los dos nuevos policías alumnos. ⎯No no olviden mantener su radio encendida, respondan cuando pregunten por ustedes y si están en problemas no duden en usar el QRR, también manden su ubicación si se sienten intimidados. ⎯El Superintendente si estaba preocupado por ambos chicos y ello le fascina a el menor de los tres.

⎯Super, si me necesita no dude en decirmelo, estoy para lo que sea ⎯Estaba sonriente, Horacio sonreía feliz por tener la atención de Conway y Conway veía aquello como un acto de ternura, veía a Horacio como su hijo, nada más que aquello, pero Horacio no sabía de ellos y si se entera seguramente su corazón se rompa.

⎯No se pongan chupa pollas y váyanse de acá de una jodida vez antes de que les de con la porra. ⎯Le pareció tierno lo dicho por Horacio, pero este no es mucho de expresar lo que piensa o siente, se le considera difícil hacerlo para el, aunque aveces con pequeños actos lo demuestra.

Conway no tenía idea de lo que Horacio sentía hacia el, tampoco sabía sobre los sentimientos de Gustabo hacia Horacio, bueno, ante sus ojos se notaba demasiado el cariño que se tenían el dúo, aunque se notaba mucho más el cariño de Gustabo hacia el de la cresta.
Horacio se despidió sonriente de el Superintendente y se fue a un patrulla junto a su mejor amigo, Horacio subió a este dejando que Gustabo fuera el copiloto, en el momento que ambos estuvieron dentro de este llamativo carro Horacio soltó un suspiro de felicidad.

⎯¡Gustabo! ¡Lo logramos! Somos parte de el CNP y estoy cerca de Conway ⎯Movió su cabeza y miro a Gustabo con una sonrisa sincera y llena de sentimientos.

⎯Otro sueño tachado de la lista ⎯ le sonrió Gustabo, pues quiere ver a su mejor amigo y amor platónico feliz como una lombriz. Aunque eso significase un dolor constante, no físico, mental.
Pero no quiere llenarle de cosas al menor, que él esté bien, es lo único que importa.
La voz de Conway es potente, pero para el rubio ya le era medio indiferente, porque sabiendo que su Horacio siente algo por ese hombre, bueno, son celos y entre eso envidia... ¿Qué tiene ese tipo que no tenga él? Bueno, muchas cosas pero, joder, ya se entiende.

⎯¿Cómo era? ¿10-33? ⎯ preguntaba Gustabo, se aprendió algunos códigos policiales, cosa que Horacio le obligó más o menos, pero, le sirve si trabaja para esto obviamente. Vió que el de cresta asintió y encendió su radio para hablar, tratando de verse "genial" a los ojos diferentes de su mejor amigo. ⎯Horacio y Gustabo proceden a hacer 10-33 ⎯ apagó la radio pero dejándola en frecuencia, sonriendo ampliamente a su colega, para empezar su primer día de jornada laboral como agentes de policía... Alumnos.

"Teach Me" ⎯𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐚𝐛𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora