⎯Buen día Conway ⎯Dijo sonriente y con tranquilidad Horacio mientras entraba a comisaría y pasaba a buscar su armamento diario, por primera vez hace meses que no se ponía nervioso por tener al Superintendente frente a el. ⎯¿Sabe usted donde esta Gustabo?
⎯Ah... se quedo en casa, esta ⎯Se quedo pensando que decirle ⎯Esta enfermo, se siente débil hoy. ⎯Noto la naturalidad en Horacio.
⎯¿Puedo pasar a verlo luego de el trabajo? Tengo que hablar con el ⎯Le pregunto mientras acomodaba su arma reglamentaria.
⎯Claro Horacio ⎯Conway se sintió aliviado y se fue a su despachó.
El día paso rápido, Horacio sentía que se había sacado un peso de encima, de forma rápida dejo aquel "capricho" que tuvo con Conway, o tan solo, simplemente estaba enfocado en un blanco muy equivocado, teniendo en frente a Viktor Volkov, que era mucho más su tipo. Horacio se encontraba frente a la puerta de el departamento de el Superintendente, la tocó suavemente esperando que Gustabo abriera, llevaba una caja de jugo de naranja y unas galletas, era lo que comían las personas que se enfermaban de la nada ¿no?
(...)
Ojos zafiro mirando al techo... Estando solo, en una casa tan grande, no es como si tuviera muchas que hacer la verdad. Se quedó en cama unas horas, plácidamente dormido, bien acurrucado en aquella cama matrimonial, con las almohadas a su alrededor, parecía un puto nido. Y un pollito descansaba en este muy bien y demasiado cómodo para ser verdad. Agradece enternamente de que su novio le haya dejado quedarse en casa, y si, sus caderas aún duele bastante, entonces en vez de levantarse, solo se remueve entre las sábanas y todas las almohadas... Aburrido, miró televisión, hizo alguna que otra comida, así fue su tarde.
Hizo un movimiento lento, pasando sus languidos brazos debajo de una almohada, y sus piernas también, enrrollando su cuerpo en la sábana blanca, quedó boca abajo, gruñendo levemente, su cabeza le jugó en contra de nuevo e imaginó cosas poco cristianas, lo que hicieron ayer... Recordó de inmediato y sus mejillas se tornaron de un color carmesí. Suspiró.. o más bien fue un jadeo, ese hombre... En serio, apenas con pensar en algo no muy prudente lo tiene de esta forma, en serio jura que apenas venga se me tirará encima y querrá que lo toque como lo hizo ayer y haga un desastre de todo su cuerpo blanquecino, que ahora se movía sobre la cama, simulando embestidas de adelante y atrás, oliendo aquel shampoo que adora, y la colonia de hombre que se impregna en las almohadas, joder...
⎯Jack... Mmhm ⎯se dió media vuelta, debajo de la manta, él se empezó a tocar descaradamente, su mano se movía rápido sobre su miembro, pero no era suficiente, parece ser que su culo pedía ser llenado. Se levantó despacio y como pudo, con su miembro al aire, encontró la caja donde tenía los juguetes que Horacio había comprado alguna vez, ¿Cómo llegó eso ahí? Gustabo cuando quiere es discreto, muy.
Sacó un lindo dildo rosa con bolitas, y el bote de lubricante que estaba en la caja, se apoyó en la cama,... Parece un puto adolescente hormonal apenas se levantó y está más caliente que el infierno. Masajeó con sus dedos su rosada entrada, echando lubricante a montón, primero un dedo...luego dos... Luego tres... Haciendo movimientos de cada tipo, jugando con ganas consigo mismo, dejando escapar gemidos y geititos ahogados. Cuando iba a meter el dildo en su entrada, tragó saliva y se inclinó más, así tendría una vista hermosa de cómo devora aquel juguete. Las bolitas desaparecían, creando un sonido extraño al entrar y salir de su ano, más la humedad del lubricante, era exquisito. Me llegó la idea de llamar a Jack, pero seguro está trabajando, entonces, se levantó, con el dildo en su culo, meneando las caderas, saltando con los espasmos que le daba, llegó hasta su celular y volvió a su lugar, en la misma posición, preparó la cámara, el perfecto ángulo, y quitó foto; el juguete rosa chillón con las dos últimas bolas por fuera, mostrando su linda entrada devorarse el resto, y su miembro pegado a su abdomen. Le había enviado esa foto a Jack Conway.
Siguió así, por un buen rato, pensando en todo momento en ese hombre robusto, haciéndole el sin respeto con ganas de dejarle sin sentir un puto músculo de nuevo..
⎯Ah Anh ¡Ah! ⎯se corrió en el suelo, dando leves espasmos por el esfuerzo, se cansó, seguro que iba a dormir de no ser por el timbre del departamento que había sonado. Se sobresaltó, y, pensando que era Conway, fue así mismo, solo con una camisa, el juguete lo había quitado, desnudo, abrió la puerta, sonriendo resplandeciente y sonrojado, preparado para saltar sobre su presa..., encontrándose con Horacio.
⎯¡H-Horacio! ⎯su rostro se puso rojo a más no poder, avergonzado por las pintas que le muestra a su querido hermano.
⎯Mierda, ah- entra, me voy a cambiar
El corazón de Horacio se estrujo de forma fuerte, le dolió demasiado, luego de ver a Gustabo de aquella forma ahora entiende a lo que se refería Conway con estar "enfermo".
⎯No... ⎯Solo eso salió de los tristes labios de Horacio, de a poco estaba tratando de superar su capricho y supuesto enamoramiento, esto no le ayudo para nada, necesita más tiempo, esta vez si que necesita demasiado tiempo lejos de Gustabo y Conway. ⎯Me voy.
Nisiquiera miro a Gustabo a la cara, no respondió nada más, dejo la bolsa en el suelo con la comida que había llevado para Gustabo en caso de que estuviera realmente enfermo, el menor trataba de caminar a pasos firmes pero realmente no podía, quería romper en lágrimas, necesitaba apoyó de alguien y no quiere acudir a Volkov por que sabe que igual le afectara y se esta comenzando a odiar a si mismo por no cambiar sus sentimientos de golpe, por que le encantaría cambiarlos de un dia para otro como -segun su punto de vista- lo había echo Gustabo.
Entró al ascensor y bajo encontrándose en la entrada con Conway el cuál noto de inmediato a los ojos rojos y aguados de Horacio por aguantar las lágrimas, Conway trato de preguntar que sucedía pero Horacio simplemente se fue, Conway tuvo un día tan ocupado que no tuvo tiempo de tomar su celular o llamar a Gustabo para contarle lo que le dijo en la mañana Horacio, cuando el Superintendente entró al departamento encontró una bolsa en el suelo y a Gustabo atónito.El rubio no tuvo ni tiempo de irse a cambiar bien cuando un ruido de que algo se cayó llegó a sus oídos estando de espaldas, se alteró por aquello y miró a la puerta, Horacio ya no estaba. Su mente procesó todo, y sabe muy bien que la jodió saliendo así sin preguntar o mirar antes, estaba sumido en sus pensamientos de ver a su pareja llegar y abrazarse y hacer de todo, nunca pensó que Horacio llegaría de la nada... Pero es verdad que él también hizo mal en salir así sin estar seguro de que era la persona correcta. Soltó un bufido y llevó sus manos a su cabellera estirando sus cabellos para aliviar el repentino dolor de cabeza que le llegó, tenía un short y la camisa, miró hacia el frente, encontrándose con Jack. Quería llorar, capaz esa era la oportunidad de arreglar las cosas, pero no, tan gilipollas como siempre, tiene que cagarla en grande por ser tan estúpido, lastimando a su hermano...
⎯H-Horacio vino yo- no sabía... ⎯maldijo luego de eso, quería golpear algo, lo que sea, mirando por todas partes, en serio es un idiota de los grandes, ¿Cómo puede hacerle eso a Horacio? Ver su cara de asombro ya le dijo que todo estaba mal. Gustabo murmuró cosas y se sentó en el suelo, sollozos se escuchan, solo quiere estar bien con su hermano y tiene que estropearlo todo.
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"Teach Me" ⎯𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐚𝐛𝐨
FanficGustabo lleva años enamorado de su mejor amigo Horacio, Horacio no ha podido quitar de su mente a el hombre que acaban de conocer; Jack Conway. Gustabo quiere ser como Jack para poder llamar la atención de Horacio. "⎯Conway enséñeme a ser como usted...