1950
Un día normal en el pueblo de Breackfast, el cielo estaba azul, las flores hermosas, los pájaros cantaban y la pequeña Dahyun resplandecia de felicidad con su grande sonrisa, mientras perseguía a las mariposas.
La niña vestía una falda escolar con una camiseta blanca abotonada y unos zapatos negros. Se encontraba jugando a perseguir a las pobres mariposas, cuándo escuchó el grito de su hermana mayor, Nayeon, proveniente desde la ventana de su hogar.
—¡Dahyunnie a comer!. —gritó Nayeon, llamándola para ir a comer lo que su mamá había preparado.
La pequeña volteo a ver a su hermana y con una sonrisa en su rostro le contesto, —¡Ya voy unnie!. —respondió está gritando le a la mayor.
Cuando la pequeña llegó a su casa inmediatamente se sentó en la silla frente a la mesa esperando a que la comida esté lista, sostenía en sus manos el tenedor y su respectivo cuchillo, esperando a degustar la comida de sí Madre, sintiéndose cada vez más atraída por la fragancia endulzante pero también deliciosa proveniente de la cocina.
Sus pequeños ojos se iluminaron al ver que su Madre venia con los platos en sus manso, atrás de ella la seguía su hermana Nayeon, quien le sirvió una porción de carne y un poco de arroz blanco acompañado de un jugo de naranja natural.
La pequeña familia empezó a comer sin antes rezar y agradecer por la comida que les estaban brindando, después de eso empezaron a comer las tres
Al terminar de comer Dahyun fue a hacer sus deberes. Hasta que el sol de fue despidiendo del día, lentamente, para luego ir a la cama, pero antes de dormir la pequeña se acercó a la ventana para observar la luna.
—La luna brilla mucho hoy. — musitó la pequeña expresando una pequeña sonrisa en su tierno rostro, sus ojos brillaron como si de estrellas se trataran, recargó su cabecita en el marco de su ventana, tomándose su tiempo para divisar cuan hermosa era.
Cuando sus ojos se cerraban lentamente, y su respiración calmada comenzaba a volverse pesada, estaba a punto de ir a la cama, sin embargo alcanzó a ver de reojo a un niño ir en camino hacia el bosque.
El pequeño vestía de negro que al observarlo bien parecía ser dos o tres años mayor que ella. El destello de cualquier infante emocionado no se tardo en aparecerse, una pequeña –por no decir inmensa– emoción evadió sus sentidos. Decidida, se colocó su zapatos viejos, dispuesta a perseguir al pequeño.
El frío recorrió sus sentidos al momento qué piso un centímetro fuera de su casa.
Corrío hacia el bosque mientras una sonrisa se divisaba en su rostro una vez que se encontraba en el bosque, se sorprendió al ver que no había nadie, fruncía su ceño confundida.
Pero el tacto de lguien la asustó haciendo que volteará atrás suyo, acompañada de un grito, mientras se abrazaba a ella msima. Abrió sus ojos después de escuchar un bufido, el miedo se fue, no era nada de que preocuparse, simplemente era el niño de ropa negra, suspiró de alivio al verlo.
Sostenía un rostro sin expresión, no se veía interesado en saber de ella, mucho menos en saludarla. A comparación de ella, quien le extendió su mano, saludando lo.
—¡Hola!. —dijó, en un tono entusiasmado, mientras esperaba que su pequeña mano fuera estrechada, sin embargo, no pareció ser así.
El niño solamente la examino de arriba hacia abajo observando su pijama rosa con blanco. —¿Por qué me seguiste?. —preguntó, arqueando una ceja.
Dahyun le sorprendió por lo descortés que sonó el chico, arrugó sus pequeños labios, mientras bajaba su cabeza, escondiendo su cordial saludo qué había sido rechazado.
—Lo siento, es que me dió intriga saber a dónde te dirigías. —dijo amablemente, mientras miraba su manita.
El chico se veía serio, no parecia tener una pizca de empatia por la pequeña. —Hablas demasiado formal, habla normal me haces sentir raro. —bufó, mientras se agachaba para agarrar una rama del suelo.
—Está bien. —contestó sin molestia con una sonrisa, volviendo su felicidad hacia su cuerpo.
—¿Cuál es tu nombre?. —preguntó el pequeño, se miraba al menos más interesada en la pelinegra, comenzó a caminar con la rama dibujando un camino entre la tierra.
La pequeña se balanceó sobre su cuerpo, dispuesta a seguirlo.
—Me llamó Kim Dahyun. ¿Qué hay de ti?. —respondió, curiosa por saber la identidad del cabellos blancos.
El chico se paseo al rededor de ella mientras que Dahyun se balanceaba sobre su cuerpo, trazando un círculo alrededor de ella.
—Min Yoongi. —contestó.
—Bonito nombre, y ¿Que hacías por aquí?. —halagó Dahyun, y confundida preguntó, curiosa por saber su estadía en un lugar tan tenebroso como lo era aquel bosque.
Él suspiró, —Vengo aquí todas las noches. —contestó el pequeño Yoongi más relajado con la presencia de Dahyun, agarró su muñeca y se dispuso a llevarla a algún lugar.
—¿A dónde me llevas?. —preguntó dejándose llevar por él, intentando seguirle el paso con sus pequeñas piernas y las piedras del camino.
—Ya verás. —respondió.
Sus pasos la llevaron hacia una corriente fuerte de viento, cerro sus ojos hasta escuchar la marea tranquila, los abrió lentamente mientras sus tímpanos escuchaban a las hojas de los árboles menearse, mientras su cabellera se movía al a par de las hojas. Sus ojos se deleitaron con la magnífica presencia del agua cristalina de aquel lago, lago qué se encontraba frente a ella, se reflejaba la brillante luna nueva, realizaba un círculo entre la marea de las aguas, mientras el cielo oscuro se llenaba de los pequeños destellos de las estrellas mientras la gran luna las acompañaba.
Dahyun miraba aquel paisaje boquiabierta, no podía dejar la hipnotizante luna, por doquier qué la mirará, ya sean los árboles, el lago o inclusive la pequeña montaña qué sobresalia, ella era la principal y la más llamativa atracción.
—No le digas a nadie. —la voz de Yoongi despertó a Dahyun, distrayendo la de su trance.
—¿Que cosa?. —cuestionó confundida.
La mirada del peliblanco se dirigió hacia la pelinegra. Observó su pálida piel, sus ojos rasgados y su melena oscura como el mismo anochecer. Un brillo se asomó en su iris al observarla.
—Eres la primera persona que le muestro esto. —admitió, volviendo a poner su atención en el lago.
—De acuerdo, no sé lo diré a nadie. —contestó, feliz por la vista que les concedía la naturaleza.
Una sonrisa por parte del varón se asl.ls en sus delgados belfos, —De acuerdo, volvamos a casa. — consultó, echándole una última vista al lago.
—Está bien. — dijo, haciendo caso omiso al pequeño, volviendo a mirar a Yoongi sin soltar la sonrisa en su bello y pálido rostro.
Los dos dirigieron sus pasos hacia las calles del pueblo sin decir ni una palabra. Sin embargo, en medio del ahora solitario y silencioso pueblo, Dahyun suspiró.
—Volvamonos a encontrar mañana, Yoongi. —salió corriendo hacia su casa sin siquiera despedirse formalmente.
Dejando a un pobre gato blanco confundido.
❀Goniub❀
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ღ°~ Polos Opuestos ~°ღ
Romance░❀~ El amor es tan peligroso como el fuego, pero también es hermoso como una flor. En el pueblo de Breackfast, existe una historia tanto romántica como dramática, la desgracia persigue a Yoongi, pero Dahyun llega para compartirle felicidad. ❛El amor...