❀Min Yoongi❀

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Yoongi reprochó mil y un millón de veces en su interior. Puede que haber aceptado el trabajo de su padre, no haya sido la mejor idea.

Suspiró agotado, desplazó su mirada hacia el reloj de manecilla que su difunto padre conservaba como una reliquia. Pudo divisar la hora exacta de las dos de la mañana. Había estado justamente diez horas sentado en su ahora, despacho, haciendo lo que su padre tanto odiaba. El papeleo.

Era un madrugada relativamente oscura, tan oscura como aquel cielo estrellado, lleno de infinidades sorpresivas e impactantes. Una madrugada perfecta, para el famosos día de Chuseok, y en menos de lo que esperaba, estaría parado frente a una lápida blanca, vestido con el típico Hanbok.

Sí, bueno, si así era, así sería. Se levantó de su asiento, saliendo a rastra del lugar, para irse a su habitación, cerrando sus ojos, para descansar de una vez.

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Los rayos mañaneros del sol chocaban con el rostro de Yoongi. Quien frunció su ceño, molesto con el señor sol, causante de sus malas mañanas.

Sus ojos se abrieron, y con su ceño fruncido, se encamino hacia el comedor principal, dónde su hermana ya lo esperaba, con una sonrisa como lo era siempre, sin embargo, él notó algo inusual. Habían sirvientas caminando por doquier.

—¿Que están haciendo?. —preguntó el peli blanco, siguiendo con su mirada a las señoras mayores, pero no tanto.

—¡Es Chuseok!, Mamá ordenó que prepararán todo para pasar la tarde en el cementerio con Papá. —sonrió abiertamente, pero fue borrada al instante, frunciendo su ceño al darse cuenta de lo que pasaba; —Lo olvidaste otra vez, ¿Verdad?. —hizo una mueca.

—Si... Lo siento. —dijo, y en silencio, se sentó en la silla, esperando con paciencia a que el desayuno llegará.

—Está bien, no importa. —respondió Jennie, haciendo lo mismo que su hermano, dirigiendo su mirada a él. —Si vas a ir, ¿No?.

Yoongi frunció sus labios, buscando una respuesta indecisa, aún así, la miró a los ojos, recordando cuántas veces había faltado a tal día. Jennie y su Madre nunca faltaban al día de Chuseok, siempre eran puntuales, se quedaban hasta el anochecer junto a la tumba de su Padre, comían, hablaban y pasaban el tiempo con su espíritu, recordando momentos felices cuando estaban juntos, compartiendo los platillos favoritos del hombre, y viviendo como una verdadera familia, solamente por un día.

—Sí, ahí estaré. —le sonrió, misma sonrisa que había dibujado Jennie en su rostro, su felicidad brincaba con entusiasmo.

El hecho de que Yoongi vaya al cementerio con su hermana y Madre, es un logro, es una felicidad que irradiaba Jennie al momento de que el peli blanco pase momentos con ella.

Sin embargo, los tacones de la Madre de aquellos dos hermanos, resonaba por las escaleras. Las sirvientas y el personal del hogar dejaron sus actividades en alto, formando una fila, demostrando respeto al momento de que ella pasará frente a ellos, haciendo una reverencia.

Y sin más, se sentó junto a sus hijos, el desayuno había comenzando, en silencio, como era común. Hasta que su garganta fue aclarada, llamando la atención de sus hijos, —Entonces... ¿Irán al cementerio?. —cuestionó, bebiendo de su bebida.

—¡Si!, Yoongi también irá. —comentó Jennie, irradiando nuevamente felicidad.

—¿A si?. —levantó una ceja sorpresiva. —Bien, entonces será mejor que se comporten, Chuseok no es un día normal, vamos a honrar a su difunto Padre, así que eviten discutir conmigo.

ღ°~ Polos Opuestos ~°ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora