❀Kim Dahyun❀

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Dahyun gruño con molestia, mientras escuchaba el maullido de Chingu frente a su cara. Abrió sus ojos con molestia, pues aparentemente Nayeon había interrumpido su gran sueño.

Salió de su cama, dirigiendo se hacía la cocina, de dónde venían los molestos gritos de Nayeon llamándola, sintiendo como los pequeños pelitos de Chingu la seguían. Se te detuvo en seco, entre cerrando sus ojos al ver a Jungkook recargado en el sofá.

El maullido de Chingu llamó la atención del mayor, regalando le una sonrisa a Dahyun, quien devolvió el gesto en silencio.

—¡Dahyun!. —el grito de Nayeon espantó al amigo gatuno, mientras la nombrada rodaba sus ojos, acercándose a la cocina.

—Aquí estoy. —frunció su ceño mirando a la mayor, llamando su atención.

—Lo siento. Deberías cambiarte, recuerda que día es hoy. —dijo, colocando un plato en el comedor, mientras su pareja la ayudaba.

La pelinegra rodó su ojos recordando el día en el que se encontraban. Era el aniversario de la muerte de su Madre, y eso no la ponía de muy buen humor, pues aún que no lo crean, ellas conservaban las cenizas de su difunta Madre, al igual que las de su Padre y Abuela. Dónde las mantenían en una vitrina sus restos, conservándolo hasta el momento.

—¿Iremos al cementerio?. —preguntó, haciendo un puchero.

—No, iremos al mar. —respondió con obviedad, sirviendo el desayuno.

—¿Por qué?, El mar no tiene nada que ver con ellos, o al menos eso creo. —negó con su cabeza sentándose frente a la mesa, teniendo como fin desayunar.

Nayeon frunció su ceño confundida, —¿Que dices?, La Abuela decía que Mamá y Papá visitaban el mar en sus tiempos de juventud. —sonrió de lado, recordando perfectamente las palabras de su difunta Abuela.

—Mi Bisabuelo decía que los muertos descansaban en paz, cuando se conectaban con el lugar que les hacía más feliz. —intervinió Jungkook, encogiéndose de hombros.

—Buen punto. —suspiró la menor, jugando con la yema del huevo pensando en las palabras del más alto. —Entonces, ¿Que harás con sus cenizas en el mar?. —levantó una ceja observando a su hermana.

—Pensaba en liberar las, es decir soltar las cenizas en el mar. —apretó sus labios mirando a la pelinegra, quien solamente asintió sin responder.

—Eso contamina el mar. —reprochó la menor negando.

—¡Oh vamos!, Tu les dabas pan a las palomas, eso les hace daño. —contraatacó Nayeon.

—Como sea, solo hagámoslo. El problema es ¿Dónde nos vamos a ir?, el mar queda muy lejos de Breackfast, lo sabes, ¿No?.

La mirada de Nayeon se dirigió hacía su novio, mirándolo de una forma cómplice, levantando sus cejas una y otra vez sonriendo. El chico solamente se encogió de hombros, sintiendo la mirada de las hermana Kim, tragó saliva nervioso una vez más.

—¿Por qué me ven?. —protestó incómodo.

—Eres el único que tiene auto. —respondió Nayeon, regalando le una sonrisa abierta, mostrándole sus lindos dientes de conejo, como les decía Dahyun.

—Jungkook, si tan solo fueras tan amable de llevarnos al mar. —Dahyun parpadeo repetidas veces.

El varón suspiró rendido, mirando las lo pensó, su auto no era tan pequeño, pero tampoco tan grande, y Nayeon era su pareja y Dahyun su cuñada, mordió tu labio inferior terminando por contestar, —Está bien, solo no se tarden demaciado, puede anochecer y la playa se vuelve helada. Soy sencible al clima frío. —aseguró.

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