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El gruñido de Dahyun no se hizo esperar gracias a los rayos de luz qué molestaban sus dulces sueños. Abrios sus ojos con molestia, mientras tapaba al sol con su mano, se levantó de su cama semi dormida y como era de esperar se dirigía hacia la cocina donde su hermana la esperaría con su desayuno.

—¡Buenos días Dahyun!. — dijo Nayeon sirviendo el desayuno en aquella pequeña mesa de madera.

—Buenos días, ¿qué tal dormiste?. —se sentó en la silla, mientras bostezaba al mismo tiempo que su hermana servía su desayuno.

La mayor se encogió de hombros, —Podría decirse qué bien, supongo. —sonrió de una manera tímida.

Dahyun estaba a punto de llevar una porción de huevo cuando escucharon a alguien tocar la puerta.

—Yo voy. —aviso Nayeon dirigiéndose hacia la puerta.

Al mismo tiempo que escuchó chillidos reconocible de su hermana, la emoción qué desprendió su hermana no tenia siquiera descripción.

—¡Nayeon!, ¡Dios mío ¿Cómo estás?!. — dijo aquella voz dulce y amable.

Nayeon parecía haberle sonreído a aquella persona y darle un fuerte abrazo, cosa que hizo que Dahyun saliera corriendo hacia cambiarse de ropa rápidamente para luego bajar disimuladamente.

Encontrandose a su hermana sentada en el sofá, acompañada de una hermosa peliengra junto a ella. Dama la cual no tardó en sonreír al momento de verla.

—Dubu, ella es Jennie, mi mejor amiga.— dijo Nayeon con una pequeña sonrisa en su rostro, presentándolas a las dos.

—Un gusto... Uhmmm... Dahyun ¿Verdad?. —dijo aquella chica estendiendo le la mano.

Dahyun se acercó a ella y con gusto estrecho su mano, —Mucho gusto Jennie. — saludó, sosteniendo su característica sonrisa.

—Bien, como apenas acaban de llegar veo que realmente se acomodaron en este lugar. —dijo Jennie mientras observaba cada rincón de aquella pequeña casa.

—Si, era de mi Madre, pero después de fallecer nos mudamos al orfanato y luego volvimos para poder empezar de nuevo. —contestó Nayeon sirviendo le una taza de te a Jennie.

—Lo siento mucho por su Madre, realmente fueron buenos momentos los que pasamos en nuestra niñez. —confesó Jennie, mientras tomaba un trago de su té.

—No pasa nada, eso ya fue pasado, y realmente me gustaría volver a esos tiempos. —dijo Nayeon tomando una taza de té junto a Jennie.

Mientras ellas reían y platicaban sobre su niñez, Dahyun empezar a aburrirse así que decidió salir un rato a tomar aire fresco, en la puerta se encontró a un chico más alto que ella, parecía estar esperando a Jennie, vestía realmente extraño, estaba vestido de negro, realmente su piel era muy blanca.

Aquel chico parecía estar desesperado se, a si que la chica decidió hablarle para a si ella olvidarse del aburrimiento.

—Hey, ¿Qué tal?.—dijo, moviendo su mano en forma de saludo, con la sonrisa angelical de siempre.

El chico parecía desesperarse más cada vez que los segundos avanzaban, pero sin embargo cuando lo saludo la chica simplemente la ignoro y siguió esperando.

—¿Hola?. —dijo nuevamente, sin perder la paciencia, esperando por al menos que le correspondiera el saludo.

—¿Que quieres?. —preguntó el chico perdiendo la poca paciencia que le quedaba. La miró por encima de hombro.

La más baja frunció su ceño, —¿Disculpa? Eso deberia decirte yo.— dijo molesta rodando los ojos.

El chico hizo el mismo gesto que su contraria y suspiro realmente fuerte.

ღ°~ Polos Opuestos ~°ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora