Daphne Bridgerton👒

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Just Like You; Cute.

Haber nacido en un cuerpo como el suyo no era nada fácil, ella era una mujer y se sentía como tal, entonces, ¿por qué contaba con un miembro masculino entre las piernas? Son esas cosas que hace la madre naturaleza que nada ni nadie puede explicar, por lo que, Daphne Bridgerton, tendría que vivir con ello, le gustase o no.

Elena era una princesa de los pies a la cabeza, fue criada para encontrar un buen marido y acatar todas las órdenes que le diesen, pero no pudo evitar, en ningún momento, caer rendida a los pies de la fémina mayor de la familia Bridgerton.

Cuando Elena viajó a Inglaterra al comienzo de la temporada no se pudo imaginar la vorágine de sentimientos que iba a experimentar, pero a día de hoy, esperando a su primogénito o primogénita no podía estar más contenta.

Ambas chicas se conocieron en el primer baile de la temporada, dónde estuvieron hablando y bailando como una pareja más. Poco a poco la princesa fue siendo cortejada por la contraria, salían a pasear, quedaban para tomar el té y todos los días era recibida por hermoso ramo de sus flores favoritas.

Cuando Daphne le propuso matrimonio todo fue felicidad, para ellas, para ambas familias y, sorprendentemente, para la sociedad del Londres del siglo XIX. Al contar una de ellas con un aparato reproductor masculino y poder procrear las personas que sabían de la existencia de dicho matrimonio no pusieron ninguna objeción al enlace de las dos chicas.

De ese momento ya habían pasado cuatro meses y medio, llevaban casadas uno menos, como indicaba el protocolo y Elena se levantó ese día con una grata sorpresa.

No había ni un rastro de sangre en su cama matrimonial.

Emocionada salió corriendo a los jardines, dónde sabía que se encontraría su mujer, y sin detenerse se tiró encima de ella cuando por fin la encontró.

- ¡Elena! - Gritó Daphne alterada por el susto. - Casi me da un infarto.

- Lo siento, amor. - Rio la princesa antes de dejar un bonito beso en sus labios. - Pero tengo grandes noticias.

- Te acabas de levantar, ¿cómo puedes haber recibido ya noticias? - Se extrañó la Bridgerton frunciendo el ceño.

- La cama está limpia. - Le informó sin borrar la gran sonrisa de sus labios.

- Claro que si, cariño, como todos los días. - Rio la fémina todavía sin entender nada. - No sé por donde... Espera. - Se interrumpió a ella misma Daphne al darse cuenta de lo que realmente estaba pasando. - ¿No estarás queriendo decir qué...? - Dejó la frase en el aire, sin concluir, pero ambas chicas sabían de lo que estaban hablando.

- Sí, lo estoy. - Chilló más emocionada aún, si eso era humanamente posible. - O eso creo, al menos.

- Dios... ¡Esto hay que celebrarlo! - Exclamó cargando a su mujer en sus brazos y girando con ella. - Tenemos que avisar a todo el mundo, que vengan y lo celebren con nosotras. - Siguió hablando, dejando de girar, pero sin soltarla. Nunca la soltaría. - Es la mejor noticia que me has podido dar, amor, soy la mujer más feliz de este planeta.

Su cuerpo era algo que no se veía todos los días y el haber nacido mujer no le permitía saber si su aparato reproductor estaba preparado para darle hijos a otra persona, no estaba bien visto y ella tenía que comportarse como una verdadera dama. Este miedo se juntó al hecho de que llevaban casi cuatro meses de casadas y todavía no habían conseguido que Elena se quedase embarazada.

La princesa siempre intentó tranquilizar a su mujer, haciéndole saber y repitiéndole hasta la saciedad que se había casado con ella por amor, que su país ya tenía un heredero y que podía vivir perfectamente sin hijos si no se daba la oportunidad. Incluso habló de adoptar.

Pero Daphne Bridgerton ansiaba formar una familia con la mujer de su vida y no quería que una estúpida rareza de la naturaleza le quitase lo que más anhelaba, por lo que la noticia que le acababa de dar su compañera de vida le hacía la mujer más feliz que habitaba la Tierra en ese momento.

- ¿Qué crees que será? - Preguntó Daphne después de estar un rato abrazadas en silencio, cada una en sus pensamientos. - ¿Qué quieres que sea?

- No lo sé, me da igual, solo quiero que nazca sano y que sea feliz. - Respondió Elena abrazándose más fuerte al torso de su mujer, en momentos tan íntimos como ese adoraba su pequeña estatura. - Será el niño o la niña más feliz del mundo, le amaremos y cuidaremos hasta que nos tenga que cuidar él o ella a nosotras. - Añadió con una sonrisa.

- ¿Qué pasa si nace como yo?

- ¿Cómo tú? - Repitió la fémina frunciendo el ceño y mirando a la contraria con enfado. - ¿Quieres decir completamente normal, sana y con unos valores que muchos querrían? - Preguntó de forma retórica. - No quiero que vuelvas a infravalorarte nunca más, Daphne Bridgerton, ¿me has escuchado? Qué seas diferente a las demás personas no quiere decir que sea algo malo, ni mucho menos, el que seas como eres ha permitido que nos casásemos, nosotras, ¡dos mujeres! - Le recordó. - ¿Sabes lo que es eso? Jamás había pasado algo parecido, y nosotras lo hemos conseguido, gracias a esto. - Le dijo agarrándole el paquete con fuerza, haciendo que la contraria soltase un gemido involuntario. - Te amo, Daphne Bridgerton, como eres por dentro y como eres por fuera y sé que cuidaras de nuestros hijos como la gran mujer que eres. - Añadió sin separarse ni un centímetro de su cuerpo. - Y si mi hija o mi hijo sale como tú, seré la persona más feliz porque se parece al amor de mi vida. - Completó su discurso la fémina viendo como la contraria se aguantaba las ganas que tenía de llorar.

- Lena... - Murmuró con la voz entrecortada. - Te amo. - Añadió de forma simple, pero con todo el amor que le profesaba.

👒👒👒

Esa misma noche se celebró una gran cena con la familia de Daphne, ya que la de Elena, por obvias razones, no se encontraba allí. Cuando estaban todos charlando, divirtiéndose y esperando la llegada del postre las dos chicas se agarraron de las manos y se levantaron de sus respectivos sitios bajo la atenta mirada de la familia Bridgerton.

- Elena y yo queríamos contaros algo. - Anunció Daphne con una gran sonrisa. - Queríamos aprovechar la cena semanal en familia para anunciaros de que, por fin, Elena y yo vamos a ser mamás. - Finalizó intentando no emocionarse demasiado para que su familia entendiese lo que les quería decir.

- ¡Oh Dios mío! - Se escuchó exclamar a la matriarca que se acercó rápidamente a su hija y a su nuera.

- ¡Voy a ser tía! - Celebró Eloise saltando de su sitio.

- Felicidades, chicas. - Les dijo Colin con una gran sonrisa acompañada de un abrazo.

- Bienvenido a la familia, pequeñín. - Habló el vizconde a la barriga de su cuñada con cariño. - Enhorabuena, chicas. - Les felicitó con una sonrisa, no podía estar más orgulloso de su hermana pequeña.

En ese mismo momento Elena se dio cuenta de lo afortunada que era, una familia que no era la suya la había acogido en su hogar y le habían convertido en una de ellos y ahora iba a ampliar esa familia con el fruto del amor que había entre ella y la mujer de su vida.

Echaba de menos a su familia, claro que sí, pero era feliz, no se imaginaba en otro lugar del mundo que no fuese ese, entre los brazos de Daphne y recibiendo las felicitaciones de su familia política.

|Nota de Autora|

¡Hola!

Un nuevo One Shot para PinkBerryMilkys, espero que te guste, me encanta escribir sobre cosas que no conozco y así conocer cosas nuevas. ¡Gracias una vez más!

Cada vez somos más y yo sin saber desde dónde me estáis leyendo, ¿de dónde sois, mis lectorxs hermoses? ¡Me encantaría saberlo! Yo os escribo desde Españita 🤪

May we meet again, Andrea.

One Shots ✴︎ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora