Saul Nanni🇮🇹

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Don't You Worry; Cute.

- No puedo.

- Pero ¿por qué no? - Volvió a preguntar el chico, cada vez más desesperado. - Llevamos planificando este día durante semanas. - Le recordó con voz cansada. - Solo voy a estar un par de días en la ciudad, no puedes cancelar nuestra cita en el último momento, El.

- De verdad que no puedo, Saul. - Repitió Elena, ese mismo día le había llegado el periodo y desde entonces no se había levantado de la cama. Ni si quiera para comer. - Tendremos que dejarlo para la próxima. - Añadió, temerosa de la reacción que podía llegar a tener el chico.

- No sé cuando será la próxima, amore. - Confesó mientras daba vueltas por la habitación del hotel, ¿qué es lo que le pasaba a Elena para que no pudieran verse?

- Lo siento. - Se disculpó. - De verdad. - Finalizó antes de cortar la llamada, dejar su teléfono debajo de la almohada e intentar descansar un poco.

En esa misma ciudad, a pocas calles de dónde se encontraba Elena estaba Saul, dando vueltas por la habitación del hotel en el que se alojaba, sin entender nada de lo que estaba sucediendo. Elena y él empezaron a salir hacía ya un par de meses y por culpa de su trabajo, no podían verse todo lo que ellos querían, pero hoy, por fin, iban a reunirse en un bonito restaurante e iban a tener una cita de verdad.

Pero no iba a ser posible porque Elena había llamado en el último minuto diciendo que se le hacía imposible asistir en el día de hoy. ¡Y ni si quiera dijo el por qué!

Decidido a averiguar qué es lo que estaba pasando realmente, Saul llamó a Laura, la mejor amiga de su chica, decidido a resolver todo este misterio y a ver a Elena después de tanto tiempo.

- ¿Saul? - Preguntó extrañada la chica al responder.

- ¡Laura! - Celebró en una exclamación. - Que bien que contestas. - Continúo hablando en un suspiro. - Elena me ha cancelado en el último momento, ¿tú sabes algo?

- Saul...

- Eres su mejor amiga, no me creo que no te haya dicho nada. - Interrumpió antes de que le pusiese una excusa. - Llevo dos semanas sin verla y ahora, de repente, me cancela, tengo derecho en saber que narices está pasando. - Exigió sin dejar de dar vueltas.

- Está con el periodo, Saul. - Le confesó al chico. - El primer día tiene dolores muy fuertes y casi no puede salir de la cama.

- ¿Y por qué no me lo ha dicho? - Preguntó confundido, era algo del todo normal, ¿acaso no confiaba en él?

- Le da vergüenza, como a la mayoría de nosotras, no sabemos como va a reaccionar un chico con este tema, así que lo evitamos.

- ¿Qué puedo hacer? - Preguntó, decidido a verla y hacerla sentir mejor.

- Ven a mi casa, te daré la llave de su apartamento. - Le dijo con una gran sonrisa, Elena si que sabía elegir a los chicos. - Ve a la farmacia a comprar medicamentos para que se le pase el dolor, - Siguió con sus indicaciones. - lleva una bolsa de agua para que se la ponga en la tripa, chocolate, galletas y helado para los antojos, comida china porque es su favorita y no habrá comido y una sudadera tuya.

- ¿Una sudadera mía? - Preguntó más confundido que antes.

- Sí. - Rio la chica. - Le quedará enorme, así que estará cómoda y, además, tendrá tu fragancia por lo que le hará sentir mucho mejor. - Acabó de explicarle al chico.

- Bien, ¿algo más? - Preguntó mientras preparaba una mochila para llevar todo lo que le había dicho Laura.

- No, con eso y tu compañía estará bien. - Finalizó la chica. - Te espero. - Indicó antes de finalizar la llamada.

Saul salió de la habitación del hotel con la mochila en la espalda, ahora entendía perfectamente porque Elena no quería decirle nada, había muchos chicos en el mundo que no se tomaban la menstruación como algo normal, por lo que la reacción de su chica era del todo justificada.

Cuando salió del apartamento de Laura con la llave se dirigió a la primera farmacia de guardia que se encontrase, luego iría a por la cena y por último a por el postre. Una vez cargado con todo puso rumbo al apartamento de Elena, queriendo llegar cuanto antes, pero sin saltarse ninguna ley de tráfico por el camino.

Cuando Elena se despertó de su pequeña siesta un delicioso olor a comida china inundó sus fosas nasales, pero en seguida su ceño se frunció, ella no había pedido comida china y mucho menos se había levantado a abrir la puerta al repartidor.

Haciendo caso omiso al fuerte mareo que le provocó el levantarse de la cama, tomó el pomo y abrió la puerta, apoyándose en ella para no caerse. Caminó por el corto pasillo con precaución y sin hacer ruido hasta llegar a la cocina, sorpresa la que se llevó cuando vio a un chico rubio andando por la cocina como si fuese suya.

- ¿Saul? - Preguntó apoyándose en la jamba de la puerta, estaba agotada.

- Hola, amore. - Saludó el chico con una sonrisa. - ¿Cómo te encuentras? - Preguntó preocupado, al ver el poco color que había en la cara de su chica.

- He tenido días mejores. - Confesó la chica. - ¿Qué haces aquí?

- No pensarías que me iba a quedar en la habitación del hotel mientras tú estás aquí sola y encontrándote fatal, ¿verdad? - Rio acercándose a ella. - Ven. - Pidió extendiendo su mano. - Vuelve a la cama, ahora te llevaré yo todo lo que necesitas. - El chico besó la frente de Elena antes de cargarla él mismo de vuelta al dormitorio.

- Gracias por venir a cuidar de mi. - Agradeció la chica cuando Saul volvió al dormitorio con una gran bandeja de comida, una bolsa con agua caliente y una gran sudadera negra. - ¿Qué es esto? - Preguntó cuando el italiano le entregó la prenda de ropa.

- Una sudadera. - Respondió obvio. Elena alzó una ceja divertida. - Laura me dijo como te encontrabas y que todo esto ayudaría a que te sintieses mejor. - Admitió con algo de vergüenza.

- Eres un tierno. - Confesó Elena después de pasar la sudadera por sus brazos y por su cabeza. - Gracias, - Repitió. - no he comido nada en todo el día y la medicación ya está surgiendo efecto. - Celebró deseosa por comer todo lo que Saul había traído para ella.

Pronto los dolores aminoraron, dejándola disfrutar de una bonita noche junto a su chico. Después de haber cenado juntos en la cama, se dispusieron a disfrutar de una película en Netflix, mientras comían todo el helado, las galletas y el chocolate que tenían a su disposición.

En un momento de la película, Elena cayó dormida en los brazos del italiano, que solo podía mirarla con adoración. Con cuidado, Saul salió de la cama, recogió toda la basura que allí se encontraba y se dirigió a la cocina para dejar cada cosa en su sitio. Cuando volvió a la habitación se despojó de toda su ropa, hasta quedar en calzoncillos y se volvió a tumbar junto a la chica.

Elena se acercó a él nada más sentirlo, lo abrazó y continuó durmiendo, Saul sonrió ampliamente mientras la recibía entre sus brazos con todo el amor que desprendía hacia ella. Su historia apenas estaba comenzando, pero pondría la mano en el fuego porque ella sería la mujer con la que pasaría el resto de sus días.

| Nora de Autora|

¡Hola!

Mil gracias de nuevo a PinkBerryMilkys por el One Shot, sin ti no tendría ningún pedido, así que mil gracias. Espero que lo disfrutes, ya estoy preparando el siguiente. ¡No te cortes en seguir pidiendo!

See ya', tpwk,

-A✌🏻

One Shots ✴︎ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora