One Shots ✴︎ Multifandom

Sweet Pea 🐍

Finally; Cute.

Mierda. Mierda. Y más mierda.

Llegaba super tarde a clase, otra vez, e iba a conseguir un enorme suspenso en esa asignatura simplemente por eso y mi malísima relación con las matemáticas. Maldito sea Sweet Pea y sus ocurrencias a altas horas de la madrugada.

Pero maldita sea yo por seguir al azabache a cualquier lugar que se le ocurriese ofrecerme, sin molestarme en saber donde me iba a llevar o a que hora íbamos a volver.

Salgo de casa sin pasar por la cocina, corriendo mientras acabo de colocarme las zapatillas, cuando llego a mi moto me subo y arranco con velocidad poniendo rumbo hacia el instituto.

– Pensé que no llegabas y que tenía que volver a cubrirte – me dice Fangs en cuanto llego a su lado.

– Yo también lo pensaba – concuerdo, dejando todo a un lado de mi mesa.

– ¿Otra vez Sweet Pea? – pregunta divertido.

– Como siempre.

– Está tan colado por ti que hace todo lo posible por estar cada vez que puede junto a ti – dice, como cada vez que llegaba tarde por culpa de nuestro amigo común. Pongo los ojos en blanco.

– No empieces, Fangs – le pido–, sabes que solo somos amigos.

– Amigos que se gustan – asegura moviendo las cejas de arriba a abajo con rapidez–. Que se gustan mucho.

– Para – pido intentando no reír, justo cuando el profesor hace acto de presencia.

Conocía a los chicos desde que tengo uso de razón, vivíamos prácticamente puerta con puerta y ciando una es pequeña busca jugar con cualquiera que tenga una edad parecida.

Ser una chica en una banda de hombres podía tener su parte positiva y su parte negativa. Sí, contaba con protección extra y nunca llegaba a aburrirme del todo, pero era muy difícil relacionarme con personas que no fueran Serpents, con chicos como Fangs y Sweet Pea siempre alrededor.

Por lo que asistir al instituto de Riverdale fue un soplo de aire fresco, nuevas personas y nuevos amigos. Además de nuevos misterios.

Pero esa es otra historia.

Cuando llega la hora de comer nos reunimos en la sala de descanso con Betty, Verónica, Cheryl, Tony, Archie, Jughead y Kevin; es decir, el que se había convertido en mi grupo de amigos.

– ¿Qué tal anoche, Sara? – me pregunta Tony con sorna–. ¿Llegaste muy tarde? No te escuche llegar.

– Tan de noche que hoy casi llega tarde – hace saber Fangs, el cual se encontraba debajo de mí.

– Simplemente salí un rato con Sweet Pea – digo quitándole importancia. No sé porque me molestaba en decir nada, si no iba a conseguir quitar sus sonrisas de idiota.

Tony, Fangs y Cheryl tenían la loca teoría de que el azabache llevaba enamorado de mí desde que éramos apenas unos niños, y por mucho que me gustase esa idea estaba completamente segura de que eso no era así. Nosotros éramos amigos, los mejores amigos en realidad, pero nada más.

– ¿Cuándo le dirás que te gusta? – pregunta la pelirroja sin dejar de jugar con el pelo de su novia–. Estáis dando vueltas como idiotas llorando por las esquinas por algo que podéis cambiar.

– ¿Qué podéis cambiar? – pregunta el susodicho haciendo acto de presencia–. ¿Acaso no hay donde sentarse? – me pregunta frunciendo el ceño.