Din Djarin🚀

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⚠️Advertencia: En el siguiente One Shot va a haber diferentes spoilers de la serie The Mandalorian, si continúas leyendo lo estás haciendo bajo tu responsabilidad.

You Are Not Alone; Cute.

Habían pasado un par de meses desde que la pareja se había separado del pequeño Grogu y las cosas habían ido de mal en peor entre los dos. Aiken estaba dolida, llevaba años junto al Mandaloriano, además de llevar varios meses saliendo con él, y nunca le había mostrado su rostro.

Entendía que el niño había calado hondo en su corazón, pero se suponía que ella también y seguía sin mostrarle su rostro.

Por otro lado estaba Din, sumido en un dolor que pensaba que no iba a experimentar nunca: el de perder a un hijo. Lo había dado todo por él y, aunque sabía que esa había sido la decisión correcta, no quería decir que el hecho de que se haya ido de su lado le doliese menos. Todo ello había originado que el humor y el comportamiento del Mandaloriano no fuese el mejor últimamente.

- Cenaré arriba. - Anunció Mando a su chica. Ella rio. - ¿Qué te hace gracia?

- Nada, Mando. - Dijo cansada. - No pasa nada, es más, últimamente no pasa absolutamente nada. - Recriminó cansada, si las cosas seguían así ella terminaría por irse.

- ¿Qué quieres decir? - Preguntó igual de confundido que de preocupado, había estado tan inmerso en sus pensamientos que no se había parado a pensar en como se sentiría Aiken.

- ¡Yo también perdí un hijo! - Exclamó dolida, harta de la poca comunicación que estaba habiendo entre los dos en los últimos meses. - Acepté tu religión, que no quisieras enseñarme tu rostro y que, tras unos meses con Grogu se lo enseñases a él y a mi no, que necesitases tiempo para ti tras habérselo entregado a ese Jedi, pero estoy harta, no puedo más.

- No pensé que te sintieses así, pensaba que te daba igual no ver mi rostro, que estabas enamorada de mi por lo que era.

- No me puedo creer que me estés echando esto en cara... - Rio sin gracia. - Te amo por como eres, Mando, pero ¿cómo crees que me siento yo al ver que le has enseñado la cara a Grogu y a mi, después de tantos años no? También puedo preguntarte si no me amas. - Notaba las lágrimas acumulándose en sus ojos, pero hizo el esfuerzo de que no salieran. - Ni si quiera sé tú nombre.

- Sabes que solo puedo hacer lo que me pides con la mujer con la que vaya a pasar el resto de mi vida, Aiken. - Dijo sin pensar, empezando a enfadarse consigo mismo y sin medir sus palabras.

- Vale, lo entiendo. - La chica se levantó, sin molestarse en retener las lágrimas, y se metió de nuevo en la nave. Empacaría sus cosas y se iría de su lado en ese mismo momento.

- ¡Aiken! - Llamó en gritos a la fémina. - ¿Qué haces?

- Irme, Mando. - Respondió enseñando la bolsa en la que había guardado sus cosas. - No voy a estar aquí jugando a las casitas contigo mientras tú esperas a que llegue algo mejor para darme la patada.

- ¿Darte la patada? ¿Por qué iba a hacer eso?

- ¡Porque no sé tu nombre real! - Le recriminó. - ¡No he visto tu rostro! - Siguió gritando. - ¡Y no me consideras la mujer con la que pasaras el resto de tu vida! - Terminó por decir mientras las lagrimas salían con fuerza, ni si quiera podía verle a los ojos para decirle todo lo que llevaba dentro.

- No quería decirlo así, amor.

- ¿Ahora soy 'amor'? - Preguntó irónica. - Llevas casi dos meses ignorándome, Mando.

- He sido un egoísta, lo sé, me he encerrado en mi mismo y no he tenido en cuenta como te sentías tú, pero eso no quiere decir que no te ame. - Aseguró.

La cabeza del Mandaloriano estaba trabajando a mil por hora, enseñarle el rostro al Niño era una cosa, pero ¿enseñárselo a Aiken? ¿Y si no le gustaba lo que veía? ¿Y si le dejaba porque no le parecía lo suficientemente atractivo?

Llevaba tiempo queriendo hacerlo, era la única mujer en la galaxia a la que había amado y estaba seguro de que sería la única mujer a la que amaría. Nunca le habían dado importancia al tema del casco, se habían besado y habían mantenido relaciones sexuales sin ningún problema, y no había llegado a pensar que eso iba a ser un problema para ella.

Si la iba a perder por no enseñarle el rostro, le daba lo mismo perderla por enseñárselo, al menos de esta manera podría odiarla por abandonarle por su físico.

- El problema es que no estás solo, así que deberías de dejar de pensar como si lo estuvieses. - Le recriminó la rubia enfadada. - Me has dado los mejores años de mi vida, pero no puedo más. - Finalizó antes de colocar bien su bolsa y alejarse del hombre de su vida, si él no la quería no mendigaría por unas migajas de atención.

- ¡Espera! - Oyó que gritaban a sus espaldas. - No te vayas. - Le suplicó el Mandaloriano.

En un momento de debilidad, Aiken se giró, una parte de ella quería quedarse, pero era demasiado pequeña en comparación con el amor propio que se tenía. Todo eso cambió cuando vio al hombre sin su casco mirando al suelo, avergonzado.

- Mando...

- Din, amor, soy Din. - Interrumpió, diciendo su nombre verdadero después de tanto tiempo estando juntos. - Eres la mujer de mi vida, por favor, no te vayas.

Aiken se acercó despacio hacia su hombre, no había dejado de llorar en ningún momento, pero esta vez era, lágrimas de alegría, de gratitud, de esperanza. Le había dicho su nombre y le había enseñado el rostro.

Por los Dioses, su rostro.

En su imaginación lo dibujaba con barba, serio, con el color de pelo oscuro, pero nada de lo que había podido llegar a imaginar se acercaba lo más mínimo al hombre que se encontraba delante de ella. Era el rostro más hermoso que sus ojos habían tenido la oportunidad de apreciar.

- Din. - Lo llamó, saboreando su nombre real. - Eres hermoso. - Dijo colocando ambas manos en sus mejillas con la delicadeza que le caracterizaba. - Tú también eres el hombre de mi vida. - Aseguró con una gran sonrisa antes de besarle con amor. - Pero, por favor, no esperes a que me quiera ir lo más lejos posible de ti para demostrarme que me amas.

- Te lo prometo. - Sonrió estrechándola entre sus brazos, suspirando con tranquilidad. - Siento haberte hecho pasar un mal rato durante estos dos meses... es solo que... lo echo de menos. - Confesó lo que era obvio, pero que nunca se había atrevido a decirlo en voz alta.

- Lo sé, yo también lo hago, pero no estás solo, mi amor. - Le aseguró juntando sus frentes. - Me tienes a mi, siempre me tendrás a mi. - Prometió al hombre, sabiendo lo dañado que estaba por culpa a todos los abandonos que había sufrido a lo largo de su vida.

- Cenemos juntos. - Propuso el Mandaloriano con una sonrisa, sabiendo la ilusión que le haría a su chica. - Dentro, los dos solos.

- ¿Es una cita? - Preguntó Aiken ampliando aún más, si es que eso era humanamente posible, su sonrisa.

- Es una cita. - Afirmó Din, agarrando su mano y guiándoles al interior de la nave.

Ya no había ninguna barrera entre ellos, eran uno en toda su totalidad y así sería hasta el final de sus días.

|Nota de Autora|

¡Hola!

¡He vuelto y bien acompañada! Aquí te dejo tu imagina del hermoso Din, DelfinaMendesh. ¡Espero que te haya gustado! Muy contenta con los pedidos de Star Wars porque son de mis personajes fav 🤪

May the force be with you, Andrea.

One Shots ✴︎ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora