Marie Ulver🎤

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I Want To Write You A Song; Cute.

– ¿Me acompañarás hoy al estudio? – le preguntó la cantante a su novia, que desayunaba tranquilamente sentada en el sofá de la sala de estar mientras veía la tele.

– Tengo que ponerme al día con las cosas de la universidad y sabes lo mucho que me distraigo cuando te acompaño al estudio – le recordó sin intención de moverse.

– Venga – suplicó alargando todas las vocales–. He compuesto nuevas canciones y quiero enseñártelas – insistió–. Llévate el ordenador para trabajar mientras yo las grabo.

– Está bien – accedió–. Déjame desayunar tranquila – pidió–. No tardo nada en prepararme y podemos ir para allá.

– ¡Genial! – exclamó Marie con una gran sonrisa–. ¡Gracias, gracias, gracias! – agradeció antes de salir corriendo por el pasillo hacia la habitación para ducharse y prepararse.

Cuando Elena terminó de disfrutar su desayuno, recogió todo lo que había usado y lo dejó en la cocina, luego se dirigió a la habitación que compartía con su novia y se dispuso a cambiarse el pijama por la ropa.

Ambas chicas montaron en el coche de Elena y pusieron rumbo al estudio de la noruega, que se encontraba más nerviosa que de costumbre. Solía ponerse nerviosa cada vez que le enseñaba canciones nuevas a su chica, pero esta vez había empezado a componer una que hablaba de manera clara sobre su relación. Cosa que nunca antes había pasado.

– Ya hemos llegado, M – informó la fémina a su novia después de haber aparcado el coche en el Parking del estudio y ver que no se movía de su sitio, metida en sus pensamientos.

– Oh, sí, vamos – salió del coche y se dirigió al ascensor de la mano de Elena, una vez dentro marcó el botón que tenía dibujado un número 8 y las puertas se cerraron con ellas dentro.

– Nunca habías estado tan nerviosa por enseñarme una canción – apuntó la fémina notando como la mano de su novia sudaba.

– Es que esta canción es muy importante, creo que de las más importantes que he compuesto y de verdad quiero que te guste – dijo de forma atropellada.

Cuando el ascensor llegó al piso marcado ambas chicas salieron al pasillo agarradas de la mano, pasaron de largo las numerosas puertas que habían en cada lado del pasillo hasta llegar a la sala que estaban buscando.

– ¡Buenos días! – saludó Elena alegre, hacía mucho tiempo que no veía al equipo–. ¿Me habéis echado de menos? – preguntó divertida abrazándoles de uno en uno.

– Hacía mucho que no venías por aquí, ya era hora – dijo Sarah con una sonrisa–. Marie tiene canciones nuevas, hay una en especial que te va a encantar.

– Por eso estoy aquí – hizo saber tomando sitio en el sofá–. Vamos, amor, me muero por escucharte.

– Voy, dame un segundo – Marie se quitó los zapatos, 'para estar en contacto con la tierra' cómo ella decía, cogió su ukelele y entro en la sala de estudio–. Bien, ya estoy, la primera que te quiero enseñar se titula: 4 a.m. – le dijo a su novia antes de comenzar a tocar.

Había compuesto un total de nueve canciones para su nuevo disco, una a una se las fue cantando a su chica, viendo sus reacciones, pidiendo su opinión como siempre hacía. Si a su novia no le gustaba alguna de las canciones, la reescribía o directamente la descartaba.

Cuando acabó de cantar 4 a.m. comenzó a cantar You Used Me for My Love, después Will She Come Back, continuo con Say Anithing, para luego pasar a Dramatic Lil Bitch, prosiguió con I Wanna Be Your Girlfriend para acabar con She Was the Girl in Red y Summer Depression.

– ¡Son geniales! – alagó Elena cuando la cantante dejó de cantar–. ¿Cuál de ellas es la que más ganas tenías de enseñarme?

– Todavía no te la he cantado – le hizo saber, notando como sus mejillas se ponían coloradas–. Quería dejarla para el final.

– ¿Cómo se titula? – preguntó curiosa.

– We Fell In Love In October – respondió sin conseguir mirarla directamente a los ojos.

– Oh, Marie – dijo Elena en una exclamación–. Eso es precioso, amor, ahí es cuando empezamos a salir – Añadió contándoselo a Sarah súper emocionada.

– Sabes que suelo hablar de ti en algunas canciones, pero esta es la que más me emociona cantar – le hizo saber–. La he compuesto desde el corazón, quiero que todo el mundo conozca nuestra historia y que nos envidien por lo que tenemos – concluyó emocionada, deseando cantarle la canción a Elena, porque en ese mismo instante estaba completamente segura de que le encantaría lo que había compuesto pensando en ella.

Los primeros acordes de la canción comenzaron a salir del ukelele que la noruega tenía entre sus manos, a continuación le siguió su voz, cantando los primeros versos; las primeras estrofas. Según iba avanzando la canción las lágrimas de Elena rodaban por sus mejillas con más ímpetu, hasta Sarah le tuvo que dar un pañuelo para que dejase de secárselas con las manos.

– My world, my world, my world – cantó la chica mirando a su novia a los ojos–. You will be my girl – acabó de cantar la noruega con una gran sonrisa, podía verle en los ojos a su novia que le había gustado.

Elena se levantó del sofá y entró en la pecera de grabación, le quitó a su novia el ukelele de las manos y se tiró a sus brazos, dejando miles de besos por todo su rostro y repitiendo mil y una veces lo mucho que le había gustado la canción y lo mucho que la amaba.

– Es preciosa, amor, me encanta – repitió la chica.

– Ya lo has dicho, como mil veces – rio Marie sin soltar a Elena en ningún momento–. Me alegra que te haya gustado tanto como para tirarte encima de mi.

– Siempre me tiro encima de ti – replicó Elena con tono seductor antes de besarla con amor y fiereza.

– No quiero ser la que os corte el rollo, pero estáis en medio de la pecera y no me apetece que rompáis nada con vuestra tensión sexual – las detuvo Sarah sacándolas a ambas de la zona de grabación–. Ya sabéis dónde está la sala de descanso, poneos el cerrojo – añadió cerrándoles la puerta en las narices.

La pareja se miro intentando que la risa floja no se les escapase, pero pensando que sería un desperdicio no utilizar la sala de descanso en la que no había nadie en ese mismo momento. Elena fue la que tuvo la iniciativa de tirar de su pareja para encerrarse en la habitación y empezar a despojarse de sus ropas.

– Si que te ha gustado la canción, si – comentó Marie siguiéndole el ritmo a su novia–. Tendré que componerte canciones como esta más a menudo.

– Me ha encantado la canción, pero siempre serás tú la que me ponga así – le hizo saber a su chica con una sonrisa juguetona.

Lo que pasó a continuación en esa sala quedará guardado en la memoria y en la piel de ambas chicas, pero no en la mente de los lectores, nos basta con saber el amor que se tienen la una a la otra, que las llevará a conseguir grandes cosas.

| Nora de Autora|

¡Hola, hola!

Aquí tienes un nuevo pedido, PinkBerryMilkys. Espero que lo disfrutes, muchas gracias por todos, a ti y a todes les lectores. Gracias a todos los votos y comentarios esta historia puede optar a participar en los Wattys, cosa que nunca pensé que podía llegar a pasar. Muchas gracias por todo lo que me estáis apoyando <3

Nos vemos, Andrea.

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