Kol Mikaelson🩸

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Always Been You; Hot.

Cuando Brisa salió de la habitación de Kol esa mañana no pensó que el día fuera a empezar de esa forma tan mala. Había comenzado a salir con el vampiro hacía unos meses atrás, sabía de su condición y de su inmortalidad porque ella había sido convertida por el castaño.

Cuando ambos chicos se conocieron, a ella le habían atacado un par de hombres de mediana edad, habían maltratado su cuerpo de mil formas diferentes y cuando se saciaron, la dejaron desangrándose en esa zona oscura.

Cuando el chico llegó a ella, no tenía muchas esperanzas de sobrevivir, por lo que la transformó sin dudarlo. Aunque había sangre, moratones y suciedad por todo su cuerpo, el vampiro pudo apreciar la belleza que la chica poseía, él acababa de dejarlo con Davina, por lo que solo quería a alguien con el que entretenerse.

Nunca pensó que se enamoraría de ella.

Por razones obvias, Davina no iba a desvincularse de su familia, vivían en Nueva Orleans y estaban inmersos en el mundo de lo sobrenatural, pero nunca pensó que Brisa se fuese a sentir amenazada por la bruja.

- Oh. - Murmuró sorprendida la fémina al ver a su pareja desayunando animadamente con Davina. - No sabía qué teníamos visita. - Usando su alta velocidad volvió a la habitación, se cambió y volvió a bajar. - Buenos días. - Saludó de forma cordial a la vez que mordaz.

- Buenos días, amor. - Saludó Kol, esperando que su chica le diese su beso de buenos días como todas las mañanas. Eso no pasó.

- Bueno, creo que es momento de que me vaya. - Anunció la bruja, levantándose de su sitio en la mesa, recogiendo sus pertenencias y saliendo de la propiedad de los Mikaelson.

- ¿Está todo bien? - Le cuestionó el vampiro a su chica, levantándose de su sitio para acercarse a ella.

- Sí. - Afirmó sin mirarlo. - Está todo perfectamente bien. - Reafirmó tomando un poco de la sangre que se encontraba frente a ella. - ¿Qué tal el desayuno con Davina? - Se interesó de forma desinteresada. Algo dentro de Kol hizo clic.

- Así que es eso.

- No sé de que me hablas.

- Estás celosa de Davina. - Dijo el vampiro, acercándose peligrosamente a su chica. - De que haya estado aquí conmigo, - Susurró en su oreja antes de dejar un suave beso en ella. - los dos solos. - Sabía que estaba jugando con fuego, pero estaba notando como el cuerpo de su novia estaba reaccionando a su tacto, así que siguió con las caricias que le estaba proporcionando.

- N-no estoy celosa. - Intentó decir segura sin emitir ningún gemido, fallando en el intento. - Kol. - Suspiró su nombre. - Basta.

- No pararé. - Aseguró, llevándoles a ambos de vuelta a la habitación que compartían. - No hasta que entiendas que Davina es solo mi pasado. - El Mikaelson dejó el cuerpo de la chica sobre la cama y se posicionó encima. - Y que tú eres mi presente y mi futuro.

Kol continuó dejando besos por el rostro y el cuello de la chica, moviendo sus manos con agilidad por el cuerpo de su chica, tocándola sin ningún reparo y de la forma que sabía que a ella le encantaba.

Brisa, por su parte, había perdido el hilo de sus pensamientos, se había olvidado de Davina y de sus celos, para centrarse únicamente en las habilidosas manos de su novio. Rápidamente movió sus manos hasta el final de la camiseta de Kol, para sacársela de encima y centrarse en tocar todo lo que podía de su cuerpo.

El vampiro quitó el resto de prendas con rapidez, para luego admirar el bonito cuerpo con el que contaba su chica. La miró de arriba a abajo, moviendo su mano por todas sus curvas y con una gran sonrisa beso los labios de su chica.

- Eres jodidamente hermosa, nena. - Alagó a Brisa haciéndola sonrojar. Nunca se acostumbraría a los comentarios que le hacía su pareja. - Nada, - Empezó bajando sus besos por el pecho de la chica. - ni nadie, - Continúo acercándose cada vez más a su punto más débil. - conseguirá que quite mis manos de ti. - Finalizó, llegando donde quería. - Jamás.

Los largos dedos del chico eran incluso más hábiles que sus manos y cuando fueron acompañados por su lengua, Brisa no podía pedir más. Estaba en el mismísimo paraíso. Sus manos se colocaron en el pelo de su chico incitándole a que continuase dándole placer.

- ¿Te gusta? - Preguntó con una sonrisa egocéntrica adornando su rostro.

- Mhm. - Gimió sin poder emitir ninguna palabra. - Kol. - Suplicó la chica por más, quería sentirlo completamente. - No quiero tu boca.

- Oh, ¿sí? - Rió alejándose de su centro para acercarse a su boca. - ¿Y qué es lo que quieres?

- Te quiero a ti, dentro de mi, ya. - Exigió la chica, dándole la vuelta a la situación y situándose encima de su pareja. - Ahora mando yo. - Aseguró.

Una vez acomodada encima del bulto que había entre las piernas del pequeño de los Mikaelson, Brisa se apresuró en desabrochar el cinturón y el botón de los pantalones, los bajó con una rapidez pasmosa y después se libro de la última capa de ropa que les separaba.

En un movimiento rápido y preciso de cadera Kol ya estaba dentro de su novia, ambos suspiraron de placer, dejándose llevar y sin medir el volumen de sus gemidos. Brisa cabalgaba a Kol de forma lenta y placentera, con experiencia, sabiendo lo que debía de hacer para darle el mayor placer a su novio, que se retorcía debajo de ella emitiendo graves gruñidos.

Movía sus caderas en círculos y de arriba a abajo, posando sus manos en el pecho del chico para poder darse el impulso necesario. El vampiro, por su parte, atrapaba los pechos de Brisa entre sus manos masajeándolos como sabía que a ella le gustaba y pellizcando sus pezones, provocando olas de placer en la vampira.

- Se acabó tu momento de gloria, nena. - Dijo Kol en mitad de un gemido, cambiando posiciones. - Como me encantas. - Le dijo dando otra embestida, y otra más, apreciando las caras que ponía su novia gracias al placer que él mismo le generaba.

- Kol. - Gimió con fuerza una vez más su nombre, al notar como su novio casi llegaba a su punto G. - Estoy a punto.

- Dámelo, Bri. - Pidió Kol bajando su mano para que acompañase a su miembro. - Soy completamente tuyo, hermosa. - Le aseguró cuando ambos llegaron al orgasmo. - No lo olvides.

- Las marcas que has dejado por todo mi cuerpo impedirán que lo olvide. - Rio la chica, después del sexo matutino estaba más segura de que el Mikaelson ya no sentía nada más por la bruja. - Ahora es mi turno de marcarte. - Habló antes de volver a subirse encima de su novio.

- Haz conmigo lo que quieras. - Pidió, tumbado en la cama esperando a que su chica hiciese con él cualquier cosa que les proporcionase placer a ambos.

Kol estaba tan enamorado de Brisa como Brisa lo estaba de Kol y no iba a dejar que unos estúpidos celos los separase del otro.

|Nota de Autora|

¡Hola!

¡Estoy de vuelta! Espero que te guste me ha costado lo suyo acabarlo, es el primer 'hot' que escribo, así que espero ir mejorando.

May we meet again, Andrea.

One Shots ✴︎ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora