Paulo Dybala 🖤

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To You; Cute.

- Tienes que entenderme, ¿qué crees que pensará la gente de mí? - Preguntó la chica sin dejar de caminar por el salón de la casa. - No quiero que piensen que conseguí el empleo por salir contigo. - Gimoteo haciendo que su novio se riese. - No es divertido.

- Amor, llevas trabajando para el equipo cuatro años y apenas llevamos dos de relación. - Le recordó, sabía que su chica estaba con el periodo y tenía las hormonas más revolucionadas que de costumbre. - Simplemente déjame dedicarte mi siguiente gol. - Pidió.

- Pau...

- ¿Porfa? - Suplico una vez más, si no lo conseguía dejaría de intentarlo, tampoco quería que se molestase con él.

- Esta bien... - Accedió. - Solo, tarda un poco en marcar. - Pidió sentándose en su regazo y abrazándolo.

El partido llegó con rapidez, jugaban un sábado a las 21 de la noche contra el Milan, era la final de la Coppa Italia, el primer título que podía ganar el equipo bianconero. Como parte del cuerpo técnico, Delfina tenía que estar en el Stadio Olímpico una hora y media antes para dejar todo preparado.

Cuando estaba todo el equipo reunido en el vestuario Andrea Pirlo anunció la alineación y cuando quedaban apenas veinte minutos los jugadores salieron al terreno de juego para comenzar a calentar. Delfina, por su parte, dejo todo el material sanitario en su sitio correspondiente y esperó paciente y atenta al comienzo del partido.

- Hola, hermosa. - Saludó el argentino a su novia pocos minutos después. - ¿Me revisas la rodilla antes de comenzar? - Pidió de forma angelical, acababa de salir de una lesión, si, pero también quería acercarse a su novia antes de que comenzase el partido. - ¿Y un besito de buena suerte?

- Pau, estamos trabajando. - Se negó la fémina con una sonrisa. - Acepté a que hagas la relación pública en un partido, no hagas que me arrepienta. - Le amenazó antes de que comenzase a alejarse.

La primera parte del partido estuvo de lo más emocionante, había metido Federico Chiesa para el equipo local y Ante Rebić para el equipo visitante. Delfina se puso manos a la obra masajeando zonas doloridas de los jugadores y dedicándole algo más de tiempo a los que acababan de salir de una lesión, entre ellos: Paulo Dybala.

- ¿Cómo te encuentras? - Le preguntó su novia intentando hacer su trabajo lo mejor posible.

- Bien, creo que puedo acabar el partido. - Le hizo saber, seguro de sí mismo. - Ya no me molesta tanto cómo hace unas semanas.

- No te fuerces, por favor. - Le pidió. - Cualquier molestia que sientas tírate al suelo y estaré contigo en menos de un minuto.

- Mi chica, tan trabajadora como siempre. - Rio el argentino intentando conseguir un beso de Delfina. - Venga, D, solo uno.

- Hicimos un trato, Dybala. - Le recordó. - Cumple tu parte y yo cumpliré la mía. - Dijo entre risas alejándose de él.

- ¡Eso haré! - Gritó más animado que nunca por meter un gol para su equipo.

Los bianconeri salieron más animados que nunca, querían ganar esa copa y más aún contra un rival tan fuerte y tan grande como el Milan. Ambos equipos atacaban la portería del contrario con todo lo que tenían, pero ninguno conseguía que el balón acabase en la red.

De un momento a otro Álvaro Morata cayó al suelo en el borde del área, siendo el minuto 85 de partido. Al ver que el español no se levantaba salió corriendo junto a su compañero hasta donde se encontraba el jugador y se tiró a su lado con rapidez.

- ¿Dónde te duele? - Se interesó queriendo resolver el problema en el menor tiempo posible.

- Creo que es el tobillo, pero la rodilla también me molesta. - Le hizo saber con una mueca. - Pero se me pasará, puedo seguir.

- Eso lo decidiré yo, Morata. - Respondió seria la fisioterapeuta. - Quedan cinco minutos y puede que vayamos a la prórroga, será mejor que te cambien.

- No, D, por favor.

- Álvaro, son estos cinco minutos o el resto de temporada. - Lo amenazó. - Tú sabrás.

- Hazle caso, colega, ella es la que sabe. - Hizo acto de presencia el argentino.

- Esta bien, pero nada de vestuarios, quiero ver la final desde la banda.

- Es un trato. - Rio la chica antes de salir del campo junto al médico y al futbolista.

- Espera. - Pidió el número 9. - Déjame como tiran la falta. - Agregó. - Tú también deberías mirar, la tira Pau, tu relación depende de este tiro. - Rio.

- No me lo recuerdes, quiero ganar este partido como no te haces idea, pero no quiero que sea Pau el que meta el gol. - Dijo sin poder evitar morderse las uñas, haciendo reír aún más fuerte al español.

Después de acabar de colocarle el hielo en el tobillo se fijó en su novio, en cómo se preparaba mentalmente para tirar la falta que podría decidir los últimos minutos del partido. El argentino se fijó una última vez en su chica, le guió un ojo con diversión y volvió a centrar toda su atención en el partido.

Ese sería el gol más importante de su vida privada. No iba a perder la oportunidad.

Todo el estadio se llenó de gritos de emoción, de abrazos de gol y de lágrimas de felicidad, Paulo había logrado meter el balón en la portería de una manera exquisita y magistral, dejando a todo el mundo con la boca abierta.

El argentino se abrazó a sus compañeros con emoción y dejó que todo el banquillo se le tirase encima, el partido no había acabado, pero ahora toda la ventaja la tenían ellos. Cuando la euforia disminuyó un poco se llevó su mano derecha a la boca para besar sus dedos y señalar a su chica que se encontraba todavía en la banda con la boca completamente abierta.

- ¡Lo ha hecho! - Gritó entre emocionada y muerta de miedo. ¿Habrían captado la gran revelación? - No me puedo creer que lo haya hecho.

- Pues créetelo, enana, porque es lo primero que le van a preguntar en cuánto acabe el partido.

Como todo había sido revelado, Delfina continuó con sus labores como fisioterapeuta, vendando y hechando cremas a la parte dolorida del jugador, recordándose mentalmente que habría que hacerle más pruebas en cuanto se pudiese.

Cuando finalizó el partido, con victoria para la Juve, gracias al gol de Dybala, Delfina le dio unas muletas a Álvaro para que pudiese celebrar con el resto de sus compañeros sin que tuviese que forzar la pierna en la que se había hecho daño.

- ¡Ah! - Gritó la fémina cuando dos brazos le rodearon la cintura y le hicieron dar vueltas. - ¡Bájame o acabare vomitando! - Le hizo saber a su chico.

- ¿Viste mi gol? - Preguntó como un niño pequeño, sin dejar de soltarla.

- Sí, lo vi, igual que vi la celebración.

- ¿Eso quiere decir que me darás un beso aquí y ahora?

- Si no hay más remedio. - Bromeó Delfina poniendo los ojos en blanco. De perdidos al río, pensó.

- No, no lo hay. - Respondió y, sin darle tiempo a reaccionar, ya había colocado sus labios sobre los de su chica.

- Enhorabuena, mi campeón. - Le felicitó antes de volverlo a besar. - Te amo.

- Eres mi vida entera, D, te amo.

|Nota de Autora|

¡Hola!

¡Aquí tienes tu One Shot, DelfinaMendesh! Muchas gracias por pedir uno de Dybala, porque me encanta este futbolista, espero que te guste tanto como a mi escribirlo.

Nos vemos, Andrea.

One Shots ✴︎ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora