Is she a Bridesmaid?

Capítulo 24

"¡Terminé!" Levantó los brazos con emoción, sintiéndose victoriosa. Logró acabar un día antes de que tuviera que entregarlo.

Solo necesitaba leerlo otra vez para pulir detalles y ver las fuentes para terminar completamente.

Por cuestiones que no tenía muy claras, había terminado trabajando en la facultad de Ingeniera. El último piso era realmente tranquilo y bueno para concentrase, entendía porque Arwin siempre estaba ahí.

A esa hora del día Arwin estaba dando una sesión de tortura, es decir, tutoría, así que tenía el laboratorio para ella sola.

Movió el cursor pasando por las páginas; para ser un trabajo de menos de una semana era bastante sustancioso. El reloj de la pantalla marcaba un poco más de las 2 de la tarde. Debía revisarlo otra vez, imprimirlo y encuadernarlo.

No había dormido mucho en los últimos días, así que sus ojos ardían y su cabeza comenzaba a doler.

Cerró los ojos un minuto, solo para descansarlo un momento, pero se quedó dormida.

Cuando despertó, rayos naranjas desaparecían a través de la ventana del laboratorio.

Vio con pánico como comenzaba a oscurecer.

[Maldita sea Latte, ¿¡No puedes permanecer centrada por una sola vez!?]

Cuando se enderezó notó un peso extra que no recordaba. Tomó la tela que reposaba sobre sus hombros, era una chaqueta de mezclilla que desprendía una colonia familiar.

¿Ella la tomó dormida o él la dejó en sus hombros? Quizá la confundió con un perchero.

Frotó su cara para despabilarse; con razón no la despertó el cambio de temperatura de la noche.

La traición nunca se había sentido tan cálida.

"Tienes el sueño pesado, querida clienta" volteó en dirección de la voz, encontrándose con Arwin que se recargaba en el marco de la puerta "Ni siquiera un camión haría que te levantaras."

Se sonrojó de la vergüenza, era cierto que cuando estaba cansada era prácticamente imposible hacerla reaccionar.

Ojalá no hubiera hablado dormida, porque soñó que lo insultaba.

"Si... No he dormido bien, creo que solo me apagué." dijo por lo bajo y peinó con sus dedos su cabello, intentando que no parecía tan desastroso.

Vio su computadora cerrada frente a ella, recordando que aún le quedaban cosas que hacer. Se mordió la lengua, por la hora el encuadernado pasaría a ser un engargolado normal.

Se levantó para guardar sus cosas, notando que al quitarse de encima la chaqueta que esta era tan grande que llegaba a sus muslos. Claro, él era excesivamente alto y ella estaba debajo de la media, así que era normal que le quedara gigante.

A alguien sí que le habían dado Danoninos.

"¿Te vas?"

"Tengo que revisarlo e imprimirlo." ella colocó su bolso en su hombro mientras él se acercaba "Debe quedar listo para entregar"

"¿Hablas de esto?"

Recargó con tranquilidad un libro en su cabeza, eso le hizo tener un déjà vu. Lo tomo entre sus dedos y lo revisó, se veía realmente bien y elegante, incluso era de pasta gruesa y con el escudo de su facultad.

"¿Cómo lo hiciste?" Admiraba cada centímetro del trabajo, abriendo y revisando cada hoja.

Brillaba ante sus ojos ¿Era acaso el pez de los encuadernados? ¿Todo lo que él tocaba se convertía en oro?