Is she a Bridesmaid?

Capítulo 32

Cuando el día prometido llegó se levantó más temprano de lo que había hecho nunca por convicción propia; en realidad casi no había dormido, pero no estaba cansada en absoluto.

Tras la ducha más larga de su vida y el uso de mil productos terminó viéndose al espejo pensando bien qué hacer con su cabeza.

Había dejado crecer lo suficiente su fleco con el tiempo como para que ya no estuviera tan marcado y pudiera perderse entre los demás mechones ¿Debería alaciar su cabello? ¿Debía definirlo? ¿Debía solo cepillarlo? ¿Debía raparse en ese momento y ponerse una peluca para librarse de problemas?

Miró la secadora y la plancha que estaban frente a ella; si hacía un cambio tan drástico en su melena ¿no parecería que se estaba esforzando demasiado para la cita? Porque claro que creía que era una cita, pero no quería que él creyera que ella creía que era una cita.

Lo pensó otro momento, y al fin se decidió.

Los rizos eran su marca, no podía decepcionar a su público.

Un besote a Ésula donde quiera que esté por enseñarle las maravillas de un difusor de aire.

Era tardado y algo tedioso tener que lidiar con cada mechón, por eso es que muchas veces lo ataba o solo cepillaba para que no estuviera tan enredado, pero hoy tenía que "competir" (y las comillas porque no había forma de competir) con una belleza andante.

Por todas las recomendaciones de su estilista de cabecera tenía su arsenal de cremas, fijadores, armas contra el friz y ceras listas para morir por su nación.

¿Cómo harían las personas de cabello rizado hace siglos para controlarlos? Seguro debían hacer un pacto con el diablo. ¿Ella? Amante del progreso.

Pasó alrededor de media hora.

"¡Muy bien!" miró su reflejo en el espejo "...Un cuarto de cabeza listo."

Suspiró.

Esto llevaría un rato.

[Animó gente, ya pasó lo más difícil, sigue lo más cabrón y después lo más culero.]

Con mucha paciencia (que casi no tiene), tres tutoriales y una llamada de pánico a Ésula logró su mejor trabajo en meses. Se bañó en fijador para que su esfuerzo no se perdiera tan rápido.

"Mierda" dijo entre dientes cuando vio el reloj.

Se maquilló lo mejor que pudo y colocó su outfit seleccionado que había preparado desde la noche anterior cual niño que va de salida escolar a una fábrica de-sabe-quien-que-cosa.

Se miró al espejo y se recargó en el borde de la pared, sonriendo de lado.

"Ay Latte~ ¿Todo esto es tuyo?" se miró con orgullo, sosteniendo su frente aguantando su hermosura "Hoy voy a mi destino y voy a ganar."

El sonido de una llamada la hizo terminar con su sesión de halagos frente al espejo.

Aguantó un grito cuando vio el nombre del contacto. Inhaló y exhaló algunas veces, manteniendo el temple y practicando que su saludo no fuera tan agudo como la emoción le provocaba.

[Casual y despreocupada. Conserva tu dignidad, mujer]

"¿Sí? ¿Hola? No me interesa" si, súper casual.

"¿No? ¿Deberé irme entonces?"

Pánico.

"¡NO!" aclaró su garganta "Digo, no..."

La risa a través del dispositivo era encantadora, como siempre.

"¿Tanto quieres verme hoy, clienta?"