XVI. Pájaros heridos.

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POV.- Hoseok


Mis caderas se empujaron dentro y fuera, sacando mi miembro para volverse a enterrar profundamente hasta tocar sus mejillas traseras y golpear el ras de mi pelvis. Él gimió alto con sus labios abrirse en forma linda y seductora, arqueando bellamente su espalda, mientras sus manos estrujaban por arriba las sábanas donde nuestros cuerpos se compartían. La bruma de placer se sentía borrosa, cansada y débil, estaba llegando al igual que mi lindo omega acostado en la cama. Sin embargo, quería que este momento perdurara todo lo que pudiera.

No quería dejarlo; lo necesita.

Me detuve un instante respirando agitadamente, buscando mi sensatez entre la bruma mareada de mi mente.

—No te detengas...

Ese rostro rojizo con los ojos cristalizados me buscó, tentándome a seguir con un movimiento duro, por el contrario, fui lo más suave que pude, empujé mis caderas lentamente, siseé por el dolor de mi miembro a punto de descargar mi semilla en ese interior y llegar a crecer mi nudo. Seguí, un ritmo menos rápido que el anterior, esta vez quería ver todo, estirándome cerca del rostro de Taehyung para admirar cada segundo de placer que le daba.

Observé sus lindos ojos azules desaparecer entre sus parpados y menudas pestañas obscuras, su delgado cuerpo agitándose al mismo tiempo que sus labios se quejaban bajito, sin poder contenerse gimió desvergonzadamente al recibirme profundo en su interior. Seguí moviéndome, mis labios succionaron sus pezones, rodeándolo con mi lengua para que pudiera probar de su piel. Una de mis manos sujetaba su generoso trasero y la otra lo cargaba por arriba de su espalda, atrayéndolo más a mi cuerpo, saciándome y él tomando todo lo que podía darle. Mi cabeza cayó en su cuello después de besar su cuerpo, aspirando su dulce aroma a jazmín con la tenue fruta involucrada en su olor, provocando cada vez ir más rápido. No podía controlarme, mis dientes salieron queriendo clavarse en esa zona, el sudor cayó en mi frente ayudándome a cerrar mis ojos y en concentrarme, maldiciendo a mi lobo interior por anhelar marcar a ese joven. Respiré de nuevo, abriendo los ojos al mismo tiempo que escuchaba los labios de mi dulce omega susurrar en mis oídos, mientras sus dedos se clavaban en mi espalda posesivamente, como si fuera totalmente suyo y lo era.

—Hoseok... lléname. Dame tu nudo, por favor. Quiero tu nudo... —exhaló, sin dejar de moverse.

Lo pensé. Las veces que tuvimos relaciones después del celo fueron un poco dolorosas. No quería arriesgarme a dañarlo y por primera vez los supresores llegaron a mi memoria, mismos que ayudaban con el dolor durante el celo. Acaso...

—Por favor... —las caderas de Taehyung se empujaron, tragando todo mi miembro en su húmeda entrada. Su esencia salió a gotas, haciendo la espera una tortura. Gemí alto, aplacando a mi lobo interior a punto de volverse loco.

—Bebé, dime que estas usando los supresores... —apreté los dientes con fuerza y gruñí bajó a punto de venirme. Se los había dado hace varios días y me preocupaba el montón de nudos que habíamos formado. —Bebé, responde... —volví a decir cuando ni siquiera abrió los ojos para mirarme. Me quejé cuando ese cosquilleo empezó a llenar mi pelvis, estaba en eso.

—Si...

Respondió. Siendo suficiente esa breve respuesta me descargué en su interior, llenándolo con chorros de mi semilla, formando un nudo, que expandió la estrecha entrada, apretando mi miembro gozosamente.

—Si... esto es bueno.

Sonreí por las palabras de mi amado omega. Besé sus labios por cuantiosa vez, él respondiéndome con su boca seductora ante el leve tacto, invitándome a invadirlo allí, mientras mis manos se aferraron a sus glúteos sin dejarlo ir del momento intimo que compartíamos en el nudo.

Say Something - HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora