Say Something - HopeV

Epilogo II. Era el mismo sentimiento.

Hoseok POV.-

Lo amaba, si tan solo lo hubiera mordido sin preocuparme que podía asesinarlo; si yo moría en esa batalla. Sin ser egoísta y luchar por él, por nosotros. Si no hubiera sido cobarde, nada de esto estaría pasando.

Sobé la piel de ese cuello, besé su cabeza fría en un largo cálido beso para prepararme. Abrí la boca y mis dientes se mostraron para clavarse en el liso cuello. La sangre empapó mi lengua y bebí de ella, haciendo que mis ojos primitivamente cambiaran. Lo hice profundo, que apenas pude escuchar el alterado sonido de las maquinas marcarse en rojo. Una de las pantallas mostraba una línea y el pitido se hizo intenso.

Cerré los ojos fuertemente para no ver. Mis dientes lentamente abandonaron la herida y lamieron suavemente la piel para que esta dejara de sangrar.

Por favor, por favor, por favor... principito... despierta.

Mi rostro se arrastró en ese cuello y sin querer solté un enorme sollozo. Ignoré cualquier sonido que hubiera en el exterior para mirarlo frente a frente. A mis ojos llegó su rostro apacible, sonriente y sus ojos azules mirarme con anhelo. Le sonreía a ese rostro y luego todo se destruyó cuando el sonido de la realidad regresó a mis oídos.

Taehyung no estaba sonriendo, sino estaba en una habitación blanca con muchos cables conectados, la piel pálida y el cuerpo moreteado sin vida—. No, mi Tae... —solté otro sollozo que se tragó mis próximas palabras. Mi corazón me dolía y mi respiración no podía pasar el oxígeno que me sostenía. Era tan doloroso que no quería estar en este lugar, no quería esta vida—. Por favor, Tae... hazlo por nuestra hija.

— ¡¿Qué hace aquí?! ¡Aléjese del paciente! —un hombre vestido de azul me observó y se tensó al ver la herida que tenía Taehyung en el cuello —Diosa de la luna... ¡LLAMEN A SEGURIDAD! ¡NECESITO AYUDA AQUÍ! — el hombre alto cruzó la habitación y observó las maquinas emitir ese fuerte sonido. Me miró con molestia y trató de acercarse a mi omega, le gruñí y él retrocedió unos pasos ante mi amenaza.

—¡NO SE ACERQUEN! —gruñí con un sonido doloroso y a la vez peligroso dentro de mi garganta, que no quería destruir ese nudo incrementándose en cada segundo—. ¡ÉL ES MIO! ¡MI OMEGA!

Varios enfermeros retrocedieron y se miraron entre sí. Otros tenían los ojos sorprendidos y unos cuantos mantenían el rostro decaído. Pareciera como si se compadecieran de alguien; alguien muerto o sumergido irreversiblemente en el dolor. Ellos no sabían nada, su mirada mentía. Abracé el cuerpo de mi omega, lo cubrí con mi calor, enredando mis brazos en esa cintura y pasándolas por los hombros para acercarlo a mí. Su cuerpo se sentía liviano y con un ligero calor emitir de él—Por favor, bebé... despierta —no me había dado cuenta que mis lágrimas se encontraban empapando la ropa de mi omega. En un impulso tomé los cables y los quité del cuerpo de Taehyung, quizás ya estaba en el borde y actuando sin sentido, pero no quería verlo con todos esos cables impedirme sentir su calor.

—¡DETENGASE! ¡DETENGASE! ¡SEÑOR! —los agentes llegaron en el peor momento. Apuntándome con sus malditas armas, pero no importaba.

Unos fuertes brazos me agarraron por detrás y me empujaron del cuerpo de Taehyung. El numero era mayor, haciéndome ver como una hormiga ante ellos al separarme de mi único amor. La distancia se estaba haciendo cruda y escuché ese sonido en mi cabeza diciéndome que tenía que pelear para que no tocaran a mi omega. Mis dientes salieron filosas y se clavaron en una piel gruesa, mi olfato detectó la sangre y mis garras tocaron varios cuerpos antes de despegarse de aquellos que la encarcelaban. Corrí y volví a ese cuerpo esperar por mí.

Esta vez eliminé todos los cables rápidamente, mis temblorosos dedos se deshicieron de cada uno para tener ese cuerpo entre mis brazos, lo cargué y lo senté en mi regazo. Hundí mi rostro y abracé fuertemente del delgado cuerpo, aferrándose a lo que quedaba, a ese calor que se estaba haciendo más débil. Mis sollozos se hicieron presentes y mis lágrimas no tenían ninguna medida al estar cayendo sobre la bata de hospital—. No me dejes, Tae... por favor... eres más fuerte que yo...